MEDJUGORJE EN SU ETAPA INICIAL:  NO PUEDE SER RECONOCIDA AUN SU SOBRENATURALIDAD.

 

Es una bendición, sin lugar a dudas, que en el seno de la Iglesia Católica se hable actualmente sobre Medjugorje. Considérese que hasta el propio Papa Francisco se ha pronunciado “personalmente” al respecto, cuando por lo común, la Autoridad Suprema del Cuerpo de Cristo, jamás emite parecer alguno sobre un fenómeno que pertenece más bien, a la esfera de “apariciones privadas”. ¡Menos aun cuando el fenómeno está en curso! Entonces, Medjugorje tiene a su favor, que ahora se conoce más y despierta más el interés de todos, gracias a que la Santa Sede se ha pronunciado y ha manifestando que se estudia y se busca “un camino que a todos satisfaga”; según expresión  reciente del Arzobispo Hoser, Delegado Pontificio para Medjugorje.

 

También hay que tomar en cuenta, que en la reciente rueda de prensa que el Santo Padre concedió a su retorno de Fátima, ha declarado que pronto (al final del trabajo de Mons. Hoser) “se dirá algo”; y “ese algo”, lo más probable, es que no sea negativo pero tampoco conclusivo, toda vez que lo que se quiere, es atender las necesidades espirituales y pastorales de los fieles que acuden allí. Y de acoger el Romano Pontífice las propuestas conclusivas de la Comisión Ruini -como parece que sucederá-, la Santa Sede podría permitir que los sacerdotes organizaran peregrinaciones a Medjugorje y que se declare Santuario Pontificio; es decir, tutelado por la Sede Apostólica.

 

Se observa además, que Medjugorje, siendo un fenómeno de “revelación privada” , esté pasando a la historia como único caso, en el que la Sede de Pedro, ha ocupado el rol de corte de primera instancia; competencia que ha recaído siempre en prelados locales. ¡Notoria la diferencia!

 

Igualmente, se destaca que, sobre el evento de Medjugorje, han participado tres Papas, una Comisión Pontificia (que trabajó cuatro años), la Congregación para la Doctrina de la Fe, y luego un Delegado Pontificio. Todo es novedad. Caso único, y como tal, debe ser acompañado: espiritual, teológica y pastoralmente, con la limitación y prudencia que se está frente a un fenómeno que aun se encuentra en su fase inicial.

 

La etapa que vive Medjugorje en la actualidad, no es para una aprobación definitiva del Magisterio, porque todavía algunos hechos deben verificarse: el caso de “los 10 secretos”, la publicación de una “Vida de la Virgen María”, la descripción del “futuro de la Iglesia y del mundo”, que narra una de las “videntes”. Además, ni los mismos protagonistas saben por cuanto tiempo más ocurrirán las manifestaciones marianas. Sin embargo, si se juzga “el árbol por los frutos”, aun cuando falte la aprobación definitiva de la Iglesia, el fruto de la gracia y acción del Espíritu Santo en los creyentes les hace comprender y creer, en las acciones que vienen de Dios (“sensus fidei”). Es la razón del porqué, se les mueve a orar y sacrificarse por la paz, y responder así a una invitación que la consideran, desde hace 36 años, provenir del Cielo.

 

Son tantos los signos y frutos positivos que tiene Medjugorje, que se puede repetir como corolario: que todo se desarrolla bajo el prisma del mismo Dios y ocurre, para sorprender aun más, en una latitud sumamente compleja: se enlazan diversas culturas de occidente y oriente, el socialismo frustrado en penumbra, del que fue víctima la ex Yugoslavia, dio paso al surgimiento de un país predominantemente musulmán. Pero al final, bajo dicho estandarte, el pueblo de Dios no deja de pensar, que Medjugorje, no es más que la antesala del esperado Triunfo del Corazón Inmaculado de María.

 

 

 

 

 

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