“¡Queridos hijos! Mi Hijo, en cuanto Dios, siempre ha mirado más allá del tiempo. Yo, como Vuestra Madre, a través de Él veo en el tiempo. Veo cosas hermosas y cosas tristes. Pero veo que aun hay amor y que hay que hacer que éste se conozca.
Hijos míos, no podéis ser felices si no os amáis unos a otros, si no tenéis amor en cada situación y en cada momento de vuestra vida. Yo, como Madre, vengo a vosotros por medio del amor para ayudaros a conocer el verdadero amor y a conocer a mi Hijo. Por eso os llamo a que, de nuevo, tengáis cada vez más sed de amor, fe y esperanza. La única fuente de la que podéis beber es la confianza en Dios, mi Hijo.
Hijos míos, en tiempos de inquietud y de renuncia, sólo buscad el rostro de mi Hijo. Solo vivid sus palabras y no temáis. Orad y amad con sentimientos sinceros, con buenas obras, y ayudad a que el mundo cambie y mi Corazón triunfe. Como mi Hijo, yo os digo que os améis unos a otros, porque sin amor no hay salvación. ¡Os doy las gracias, hijos míos!”.
La Virgen le dijo a Mirjana que no tendrá más la aparición extraordinaria del día 2 de cada mes. Por lo cual la verá, de ahora en adelante, solo el 18 de marzo.