MENSAJE DE LA VIRGEN MARÍA REINA DE LA PAZ DEL 25 DE SEPTIEMBRE DE 2014 EN MEDJUGORJE Y REFLEXIÓN DEL P. FRANCISCO ÁNGEL VERAR HERNÁNDEZ
Comentario de Marija y reflexión del P. Francisco Á. Verar Hernández
“Queridos Hijos: También hoy los invito para que ustedes del mismo modo sean como las estrellas, que con su resplandor dan luz y belleza a los demás para que se alegren. Hijitos, sean también ustedes resplandor, hermosura, alegría y paz, y especialmente oración para todos aquellos que están lejos de mi amor y del amor de mi Hijo Jesús. Hijitos, testimonien su fe y oración en alegría, en la alegría de la fe que está en sus corazones y oren por la paz que es un don precioso de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado”
Entrevista del P. Livio a la vidente Marija Pavlovic, en directo por Radio María Italia, el 25 de septiembre de 2014, después de la aparición.
-P. L. Estas estrellas, de las que habla la Virgen, de las que habla la Sagrada Escritura, que compara, que enseña a los demás sobre justicia divina, que brillan en el firmamento… ¿son tan bellas como las que ustedes ven en torno a la cabeza de la Virgen cuando aparece?
-M. Esperamos…esperamos… que podamos ser como esas estrellitas que aparecen alrededor de la cabeza de la Virgen.
-P.L. ¿Cómo son esas estrellas que están alrededor de la cabeza de la Virgen?
-M. Son simples, pero con sus luces le dan a la Virgen una belleza agregada a la que ya posee. La cosa bellísima es, que cada día cuando vemos a la Virgen con esas 12 estrellas en torno a su cabeza, es una alegría para nosotros. Las estrellas son un signo de gozo, para nosotros. Y yo creo que con este mensaje, nos pide que nosotros seamos gozo con el esplendor de la fe. Que seamos testimonio; como dice la Virgen.
-P.L. La Virgen nos pide, prácticamente, que irradiemos la fe irradiando la alegría.
-M. Es verdad, es verdad. Porque Ella nos llama a ser alegres en la fe, testimoniando, orando. Sobre todo, a través este don precioso de Dios que es la paz [del corazón].
-P.L. Este gozo que tenemos en el corazón muchas veces lo callamos cuando estamos en el momento de la prueba, del sufrimiento. ¿Cómo se supera?
-M. Orando. La Virgen dice orando. Y así, del mismo modo, nosotros debemos buscar la oración. Porque yo pienso que una persona que ora es una persona que se abandona en la voluntad de Dios. Y esto es un poco difícil, porque cuando nosotros estamos en las pruebas, queremos decir: “Señor: actúa de esta manera… porque esta cruz no la queremos.” Pero, la Virgen nos dice que seamos esta “alegría”, este amor, esta luz, esta oración… que muchas veces se hace difícil, pero cuando vivimos en la voluntad de Dios, la oración nos da la paz en el corazón. La Virgen pide propiamente esto. Seguramente, para cada uno de nosotros se hace difícil. Pero a la vez, Ella nos dice continúen. Y así, Ella nos está empujando, ayudando, esperando. También por medio de estos mensajes que nos está dando, Ella quiere que nos hagamos siempre más “oración alegre”, la “fe concreta”, la “belleza”, el “gozo”, la “paz”… en realidad, el reflejo de Dios.
-P.L. Ahora viene el mes de octubre, mes del rosario. Yo creo que haríamos muy feliz a la Virgen si las familias se reunieran cada día a orar; sobre todo por la paz en el mundo.
-M. Sería la cosa más bella. Porque una familia donde oran juntos —sobre todo el rosario—, es una oración que tiene futuro. La familia que no ora no tiene futuro. La Virgen muchas veces nos ha invitado, nos ha llamado, nos llama… propiamente. Con Su presencia cada día nos está ayudando. Con su presencia nos dice: “Sin Dios ustedes no tienen futuro en esta tierra”. En esto la Virgen es muy clara. Donde nos llama, donde nos invita a ser cada día más gozoso testimonio entre las personas que nos rodean.
-P.L. Este mes de octubre la Iglesia celebra el Sínodo por la familia, que es uno de los puntos principales de la Virgen, dónde, desde el principio, nos pidió que orásemos todo un año por la familia, luego que orásemos por la familia y los jóvenes juntos.
-M. Es verdad. Es verdad. Porque la Virgen nos pide siempre ser más oración: oración por los jóvenes, oración por las familias, por los consagrados… Como vemos cada vez que la Virgen da el mensaje, nos pide que seamos oración por todas las personas. Y yo digo, sobre todo por nosotros que somos cristianos, que decimos que somos cristianos, pero que muchas veces no damos un buen testimonio. Entonces, la Virgen nos llama a ser testimonios gozosos de la fe.
Termina la entrevista con la oración del Magníficat.
Comentario P. Francisco Verar
El mensaje de este mes está relacionado estrechamente con el mensaje que la Virgen dio el 1 de enero de 2014:
“Queridos hijos! Oren, oren, oren para que el reflejo de su oración influya en las personas que encuentren. Pongan en sus familias la Sagrada Escritura en un lugar visible y léanla para que esas palabras de paz fluyan en sus corazones. Oro con ustedes y por ustedes, hijitos, para que día tras día estén aún más abiertos a la voluntad de Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
En ambos mensajes la Virgen pide irradiar la luz de Dios por medio de la oración. En el mes de enero nos pedía colocar la Sagrada Escritura en un lugar visible para estimular la oración, de manera que esas palabras fluyeran, ante los demás, por medio de la oración. En el mensaje del mes de septiembre insiste, en que por medio del resplandor de nuestro testimonio, llevemos alegría y paz a los demás; especialmente a quienes están lejos de Su amor y el de Su Hijo. Entonces, es una llamada a dar testimonio en la alegría. La Virgen no quiere que estemos tristes, aun cuando se den las pruebas que siempre vendrán. Ellas son necesarias porque nos purifican y porque aún estamos en este mundo imperfecto. Pero, en medio de las pruebas, hay que saber dar razón de nuestra fe. Y como hemos visto, que ha comentado la vidente Marija, la Virgen con su presencia nos ayuda para que en medio de las pruebas podamos dar testimonio alegre de la fe. Por lo tanto, quienes estamos abiertos a la Virgen, no es que tengamos menos pruebas —¡porque a veces pueden ser hasta mayores!—, sino que en medio de estas sentiremos una especial protección y ayuda materna.
Cuando un niño está enfermo y sufre en el hospital, lo consuelan los médicos, las enfermeras, los parientes cercanos, pero la consolación no es igual cuando viene de la madre. Esa consolación es diferente y se podría afirmar que es la verdadera, porque es cuando el niño se siente verdaderamente consolado. Lo mismo ocurre con nosotros: cuando sufrimos, cuando atravesamos diversas pruebas, escuchamos muchas palabras, consejos, de amigos y parientes que nos infunden ánimos, esperanza, estímulo, pero nunca es igual a cuando María llega al corazón. Por eso es importante aprender a vivir con Ella. Es otra cosa. Hay que abrirle el corazón a María, sin miedo. De esta manera, los sufrimientos, las pruebas, las persecuciones, los desánimos, las arideces, las enfermedades, las crisis, y hasta los mismos pecados, se transforman en luz, en amor, en paz en alegría para los demás. Entonces, la presencia diaria de María es un gran estímulo para lograr eso. Sólo hay que abrirse a Ella y tenerla como Madre. No basta con leer y meditar sus mensajes. Hay que abrirle el corazón cada día, hay que aprender a vivir con junto a Ella. Y así es posible dar alegría a los demás. Porque la presencia de la madre alegra el corazón, sana, consuela, conforta. Y para que María llegue al corazón hay que orar. Y ahora que comenzamos el mes de rosario, hay que tener claro que es el mes de la oración con María. Que significa: rezar cada día con Ella, al menos, 3 partes del rosario. Y orar, especialmente, como el Papa nos ha dicho, por el Sínodo de la familia. ¡Sea alabado Jesucristo!