Se celebró del 14 al 16 de noviembre, en la Casa de Retiro Marianela, Atyrá, con el lema: «La Virgen nos invita a Luchar por la santidad de cada vida humana», el XIV Congreso Nacional María Reina de la Paz.
Con la presencia destacada de Mons. Ignacio Gogorza, junto a los sacerdotes invitados internacionales, el P. Gastón Kitegroski (Argentina) y el P. Marcoantonio Pacherrés (Perú), además de los sacerdotes paraguayos, el P. Leonardo Terzaghi y el P. Leopoldo Esteban, se desarrolló con gran éxito el XIV Congreso Nacional Apostolado María Reina de la Paz, viviendo Medjugorje en nuestra tierra.
El encuentro reunió a todos los grupos de oración y fieles de diversas diócesis quienes vivieron un fin de semana profundamente espiritual, marcado por la oración, la formación y la fraternidad.
El congreso inició con la bienvenida oficial de Mons. Ignacio Gogorza (Director espiritual Nacional del Apostolado María Reina de La Paz en Paraguay), seguida por el rezo del Santo Rosario y la celebración de la Santa Misa.
La noche concluyó con un intenso y conmovedor momento de Veneración de la Cruz, acompañado por oraciones de sanación espiritual y física, donde acompañamos a Jesús en su pasión y por sus llagas hemos sido sanados.
El sábado comenzó con un espacio de oración en la capilla y continuó con varias conferencias de gran profundidad espiritual. El P. Marcoantonio Pacherrés ofreció una enseñanza centrada en María como modelo universal, expresando, “Vivir como María es sentirla como Madre, entregarle nuestras penas y alegrías, y levantar el corazón diciendo ‘Madre, aquí estoy’. Ella es la máxima realización del plan de Dios para la humanidad”.
El P. Gastón Kitegroski desarrolló los pilares de la espiritualidad medjugoriana: la oración con el corazón, la conversión, el ayuno, la lectura de la Palabra y la centralidad de la Eucaristía.
Cabe destacar que se sumaron interpretaciones musicales realizadas por nuestro coro estable medjugoriano que ayudaron a crear un ambiente de gran recogimiento, invitando a los presentes a dejarse “transportar espiritualmente a Medjugorje”.
Monseñor Gogorza también ofreció un mensaje centrado en la esperanza, enfatizando que, así como María perseveró desde la Anunciación hasta la Cruz, ella sigue acompañando y sosteniendo a quienes buscan la paz del corazón.

Durante la tarde se compartieron testimonios del P. Leonardo Terzaghi ( Italia ) fundador del Apostolado María Reina de la Paz en Paraguay, del P. Gastón, y del Hno. Matías, Seminarista de la Comunidad Mensajeros de La Paz de Argentina, quienes relataron experiencias de fe y conversión profundamente inspiradoras.
La jornada concluyó con la Santa Misa y la Adoración al Santísimo, que quedó expuesto toda la noche para quienes desearon velar en oración.
El domingo inició nuevamente con la oración comunitaria y continuó con las últimas conferencias.
El P. Gastón presentó a María como modelo de santidad laical, recordando que quien se encuentra con ella no puede permanecer indiferente, sino que está llamado a ser testigo vivo de su mensaje.
El P. Leopoldo Esteban habló de María como Madre universal, animando a anunciar sus grandezas incluso a quienes aún no la conocen.
Finalmente, el P. Leonardo Terzaghi subrayó la importancia de la oración en familia, afirmando que “la familia que reza unida permanece unida”.
El ultimo día fue muy marcado por la búsqueda de los asistente al sacramento de la reconciliación. El Congreso culminó con una solemne Misa de clausura, donde los participantes agradecieron las gracias recibidas y renovaron su compromiso de llevar el mensaje de la Reina de la Paz a su vida cotidiana. Un almuerzo fraterno marcó el cierre del encuentro, dejando un ambiente de profundo agradecimiento, unidad y esperanza.
Por último les expresamos nuestro profundo agradecimiento por la confianza , las oraciones y el acompañamiento espiritual que siempre recibimos de la FCM, del presidente y los coordinadores .
Seguimos firmes siendo los brazos Extendidos de la GOSPA en Paraguay, Dios los bendiga y nuestra Reina y Madre los cubra siempre con su manto Maternal .
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

















