El 27 de noviembre del año pasado, el Papa Francisco nombró al arzobispo Aldo Cavalli visitador apostólico con un papel especial para la parroquia de Medjugorje, donde llegó anoche en la fiesta de la Virgen de Lourdes. Medjugorje recibió con alegría a su nuevo Visitador Apostólico, y también nos alegra que el primer día haya tenido tiempo al ser invitado al programa de la emisora ​​de radio Mir Medjugorje y en las plataformas de video del Centro de Información Mir Medjugorje.

Padre Arzobispo, alabados sean  Jesús y María y bienvenido.

Gracias, gracias por invitarme a esta entrevista. Y gracias al Señor, a la Virgen María, y al Santo Padre que me envió aquí. Nunca he estado antes. Pero vino mucha gente de mi país y de mi parroquia. Y a su regreso siempre notaba una cosa muy profunda: volvían llenos de buena voluntad, llenos de fe, llenos de ganas de vivir bien, de recibir al Señor, llenos de bondad hacia la Virgen, con ganas de rezar el rosario. Noté muchas cosas positivas. Pero nunca había estado aquí. Así que cuando el Papa me nombró, a la edad de 75 años, me alegré. Y me alegré de venir a este lugar, y vine con mucho gusto, con mucho gusto.

¿Cuáles son sus primeras impresiones al llegar a Medjugorje?

Quería hablar con los padres franciscanos que están aquí desde hace mucho tiempo y que han hecho mucho bien. Y siguen trabajando muy bien. Ellos son a los que conocí primero. Y vi que les encanta este lugar. Confiesan con alegría, predican con alegría, están a disposición de la gracia de Dios. Y eso es muy positivo. Esta mañana vi la iglesia, los lugares donde viene la gente y siempre me sale una pregunta profunda: ¿Por qué viene tanta gente aquí? Y hay un profundo “porque”. No vienen por diversión, por otros motivos… Siempre he notado que vienen con el deseo de encontrarse con el Señor, orar y estar en compañía de la Virgen María. Dos cosas juntas: encontrar al Señor, orar, cambiar sus vidas y estar en compañía de la Virgen María. Cuando mi gente volvía de aquí, estos eran dos puntos fundamentales. Y ahora viene la consecuencia: ¿Qué debo hacer? ¿Qué hacen muy bien los padres franciscanos? Trabajar con la gracia para ayudar a las personas que vienen a encontrarse con el Señor, y estar en compañía de la Virgen María de la mejor manera posible. Ese es nuestro objetivo. Junto con los frailes, el obispo de Mostar y muchos laicos que trabajan aquí como ustedes, colaborar juntos con estas personas que vienen con un solo objetivo: encontrar al Señor en un lugar santo, y este se ha convertido en un lugar santo, para encontrar al Señor en la Eucaristía, encontrarlo en el Evangelio, encontrarlo en la Adoración, encontrarlo en la confesión y permanecer en la compañía de la Virgen María. Necesitamos cooperar en eso, no en otra cosa. Colaborar con el Espíritu Santo para ayudar a los creyentes en esa dirección.

Ha dicho que nunca antes había estado en Medjugorje, pero tuvo la oportunidad de conocer a personas que peregrinaron aquí. ¿Qué tan familiarizado está con el fenómeno de Medjugorje y todo lo que ha sucedido aquí en los últimos 40 años?

Mira, soy italiano. En mi país, Medjugorje se ha convertido en un punto de partida. Y cuando las personas tienen un punto de partida, se dan cuenta de que allí encontrarán lo que quieren encontrar, y ese es el Señor y la Virgen María. Y en eso nadie puede detenerlos, nadie puede detenerlos. Y eso es muy positivo. La gente ha estado viniendo, viniendo y vendrán más. Pero debemos preservar este lugar como un lugar espiritual profundo. Es natural, si viene gente, que haya instalaciones de acogida, es decir, cuando la gente viene a estar aquí. ¿Dónde se alojaran? Por lo tanto es necesario tener instalaciones donde puedan comer. Quieren comprar regalos relacionados con su experiencia… Los ponemos a su disposición, y estas son cosas normales y humanas necesarias para estar aquí. Y eso es normal, muy normal. En todo lugar sagrado la gente tiene necesidad de objetos y ese es siempre el caso. Es lo mismo en Roma. La gente va a Roma porque el Papa está en Roma. Eso es lo más importante, y hay muchas cosas bonitas en Roma, Roma es bonita, y está el Papa. Y cuando vengan, ¿dónde se hospedaran? En hoteles, institutos, también se necesitan. Quieren comprar souvenirs, los comprarán y son útiles para recordarles el ambiente espiritual en el que se encontraban. Es lo mismo para Medjugorje.

Ha pasado gran parte de su vida en la diplomacia. A finales de enero finalizó su ministerio como nuncio apostólico en Holanda. Ahora el Papa le ha confiado un ministerio que tiene sobre todo un carácter pastoral. ¿Cómo ha recibido la noticia de su nombramiento como Visitador Apostólico con un papel especial para la parroquia de Medjugorje?

Mire, desde que soy sacerdote para mí todo es servicio pastoral. La división entre diplomacia y pastoral no existe para nosotros, para mí. ¿Por qué? Porque una persona tiene una capacidad pastoral, no una función. La función viene después. Dentro tenemos una capacidad pastoral para que cada cosa que hacemos se convierta en pastoral. Y eso es muy positivo. Cuando se reúnen los embajadores, son las personas que representan a todo el país. Tienen su importancia, porque representan a todo un país. Y hay una responsabilidad muy grande. Nos acercamos a ellos como nuncios apostólicos, embajadores, pero también como sacerdotes. Y ellos lo saben. Donde quiera que vaya, a cualquier parte del mundo, cuando nos reunimos para cócteles, cenas, reuniones, celebraciones nacionales, vengo vestido como estoy ahora. Y todo el mundo lo sabe. Hablo como los demás, como y bebo como los demás, converso con todos, pero ellos siempre, siempre, siempre empiezan a hablar del Señor, del Papa, de la Iglesia, siempre. Siempre, siempre, siempre. Porque estos son temas espirituales que todos llevamos dentro. Y los tienen dentro. Aprovechan la oportunidad de tener una persona que representa un mundo tan invisible y tan profundo. Se desarrolla una conversación que es siempre profunda y espiritual. Y eso es pastoral.

Padre Arzobispo, ¿Qué significa para Medjugorje la continuación del ministerio del Visitador Apostólico?

Pues, el Papa representa a la Iglesia universal y por lo tanto manda un enviado, y el enviado con el Papa representa a la Iglesia universal. Esto significa que la Iglesia universal está atenta a este fenómeno, muy atenta. He visto en la casa parroquial una imagen, una imagen hermosa, muy profunda, ubicada en la oficina del Visitador Apostólico. Muestra Medjugorje, la iglesia,  y esta iglesia es un signo en todo el mundo. En ella está Medjugorje, representa a María, representa a todo el mundo cerca de María, y los rayos que van de Medjugorje a todo el mundo. Así debemos llegar a ser: los rayos del Señor, los rayos de la Virgen María en todo el mundo. Y el Papa representa el mundo entero, el mundo espiritual, la visitación del Hijo de Dios entre nosotros. Ese es el significado del Visitador Apostólico. Toda la Iglesia mirando a Medjugorje. Medjugorje debe mirar a toda la Iglesia y a todo el mundo. El motivo que he notado aquí es muy importante: llegar a todo el mundo. Estos medios son normales hoy en día, los utilizan de la mejor manera posible y con la mejor técnica posible para llegar a todo el mundo. Eso es algo muy positivo.

Usted se reunió con el Santo Padre después de haber sido nombrado visitador apostólico, tan pronto como el Papa le destinó a Medjugorje, sabemos que él se preocupa por Medjugorje y todo lo que está sucediendo aquí. Entonces, ¿cómo lo ve el Papa y qué dijo?

Mire, el Papa me recibió muy bien. Me dijo algunas palabras sobre Medjugorje. Me dijo: “Ve allí, quédate ahí y mantente tranquilo, tranquilo y equilibrado, quédate ahí y sigue a la gente. Y ya está.” El resto de la conversación con el Papa, y el Papa siempre es así conmigo, hablamos de cómo llevar el Evangelio. Hoy, a todos, cómo llevar el Evangelio a esta sociedad, que es la nuestra. La sociedad tiene su cultura, y la cultura está cambiando. En los cambios de cultura no debemos condenar, ni criticar, ni juzgar, debemos estar dentro de ella, porque esa es nuestra cultura. ¿Cómo proclamar el Evangelio dentro de esa cultura? Como lo hizo el Señor, entró en una cultura y predicó el evangelio dentro de esa cultura: en el lenguaje, en la forma en que se comportó, el Señor era judío, en la forma de comportarse inherente a esa cultura. ¿Cómo llegar a esa cultura? En esta parte de nuestro mundo, el mundo occidental, esa cultura solía ser toda cristiana, todos, de diferentes maneras: protestantes, anglicanos, los que quieras, pero la moral era completamente cristiana. Europa era cristiana. Tenemos un cambio de cultura increíble. ¿Son malvados? No, en absoluto, en absoluto. Simplemente viven en una cultura diferente. Estoy muy disponible. Cuando estuve en Holanda, y Holanda es una característica de esa otra cultura, un país fuerte, puedo asegurarlo. Fuerte significa que estas son personas que actuan, trabajan, tienen innovaciones.

Todos los años recibía en la nunciatura a jóvenes, grupos de jóvenes, jóvenes estudiantes de todo el mundo. Es decir, todas las universidades holandesas son bilingües y aquí estáis vosotros traduciendo para todo el mundo. Todas las universidades hablan flamenco e inglés, todas. Entonces vinieron jóvenes de todo el mundo en un grupo de quince, de todo el mundo. ¿Qué sabían acerca de Jesús? Casi nada. En esta cultura, Jesús es uno de muchos. ¿Sobre Dios? Es algo que no es completamente claro¿Sobre la Iglesia? Pero conocían el Vaticano. Porque el Vaticano es el Vaticano. Conocen al Papa porque el Papa es el Papa y va a muchos lugares. Querían saber por qué el Papa tiene embajadas. Y vinieron a mí. Y comencé a explicarles, comenzando con Jesucristo. Si no empezamos con Él, nada se explicará. Fueron muy atentos, muy atentos. Les solía hablar por media hora, explicándoles cosas desde Jesucristo hasta el día de hoy. Se los expliqué bien y fueron muy atentos. ¡Y cuántas preguntas seguirían después! ¡Cuánto interes mostrarían! ¡Nadie estaba contra nosotros, nadie! Pero no nos conocían, porque nuestro mensaje apenas llegaba a esa cultura. ¿Qué hay que hacer? Hay que recibirlos,  vivir con ellos, es muy importante vivir con ellos y estar con ellos. Hablé con el Papa sobre una carta muy importante del primer siglo alrededor del año 100-110 carta de Diogneto. ¿Cómo viven los cristianos? ¿Quiénes son los cristianos? Escribieron sobre esto en ese tiempo, en el tiempo inmediatamente posterior a los tiempos apostólicos.  Nosotros vivimos como los demás: nos vestimos como los demás, comemos como los demás, trabajamos como los demás, pagamos impuestos como los demás, nos casamos como los demás, pero vivimos como cristianos. Esto es lo que se debe hacer. Vivir con todos, no criticar, no condenar, sino vivir como cristianos. Transmitir la vida de Jesucristo como Él lo hizo, transmitirla a los demás. Pero tenemos que cambiar nuestra actitud. No hay necesidad de cambiar los métodos, porque los métodos no crean la vida cristiana. La postura cambia la vida cristiana. Y la postura significa algo de dentro que cambia, que ve a las personas como las ve el Señor. Personas humanas que necesitan ser amadas y servidas y vivir una vida interior sin miedo interior de vivir en comunión con ellas. Sin miedo, pero como cristianos.

Aunque el ministerio del Visitador Apostólico es ante todo pastoral, el arzobispo Hoser se pronunció positivamente sobre el fenómeno de Medjugorje, los videntes, la devoción mariana, destacando especialmente el cristocentrismo y la celebración de los sacramentos. ¿Qué tan familiarizado está con el trabajo de su predecesor, el difunto arzobispo Hoser?

Nunca lo conocí. Pero entendí una cosa sobre él: amaba a Medjugorje. Él lo amaba. Esa es la actitud, amar a Medjugorje y ser feliz de vivir en él. Eso es lo que reconocí. Le encantó y quedó satisfecho. Tenía una gran devoción a la Virgen María, grande, y un gran amor a la Iglesia. Llevaba veinte años en Ruanda, en tiempos difíciles y lo entiendo bien, porque yo estuve cinco años en Burundi, que está cerca de Ruanda y conozco bien la situación. Era médico, así que también le fue bien en esa área. Fue obispo en Varsovia. Y luego lo enviaron aquí tan viejo como yo. Le encantaba esto. Le encantaba esto. En la casa parroquial dije: “Por favor, dejen la foto de Mons. Hoser, que quede aquí. “Es una historia, una historia hermosa de un hombre que dio su vida aquí y prácticamente murió. Una hermosa historia y debe mantenerse. Porque la historia no necesita ser borrada. Nunca debe ser borrada. Los frailes me mostraron en la casa parroquial cuántas personas murieron en el pasado, no hace tanto tiempo, murieron como mártires, tanta gente fue asesinada. Es historia. Nunca podemos olvidar que somos el fruto de esa historia. Vine aquí después de que Mons. Hoser trabajara bien durante 3, 4, 5 años. Trabajó bien, en el sentido de que dio su vida por Medjugorje.

A principios de agosto de este año en Medjugorje se llevará a cabo el Mladifest, que reúne a decenas de miles de jóvenes de todo el mundo. Los jóvenes destacan que están particularmente impresionados por la devoción a la Adoración, la Santa Misa concelebrada por más de 500 sacerdotes de todo el mundo. En los últimos años, los dignatarios de la iglesia han estado con los jóvenes de Medjugorje en el Mladifest y han enviado su mensaje a los jóvenes. ¿Será lo mismo en el Mladifest de este año?

Mire, aquí hay organismos organizacionales que saben cómo hacer el trabajo. Hablamos de ese encuentro de jóvenes en agosto y me parece que hace dos años, cuando no había covid, había más de 50.000 jóvenes durante toda una semana. Y siempre nos preguntamos: ¿Por qué vinieron? Rezaron, muchos ayunaron, escucharon testimonios, participaron en la Adoración, día y noche. ¿Por qué está pasando esto? Y estos son jóvenes de todo el mundo. ¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué los jóvenes vienen aquí? ¿Qué esperan encontrar? Al Señor Jesús, sin duda. Y la Virgen María, sin duda. Y nosotros, ¿cómo podemos trabajar con Jesús y la Virgen María para ayudar a estos jóvenes a encontrar a Jesús y la Virgen María? El párroco de Ars entendió una realidad profunda: a su confesión acudían miles de personas, confesaba quince, dieciocho horas al día y siempre lo hacía bien, con calma, con calma, escuchando a todos, y a todos los recibía amablemente. Se dio cuenta de que Aquel que llamaba a todas estas personas no era él, era el Señor Jesús. Pero él fue el medio por el cual todas estas personas encontraron al Señor Jesús. Así que allí estaba el Señor Jesús, toda esa gente y él como medio. Se dio cuenta de que era un instrumento valioso, un instrumento muy valioso, tanto espiritual como humano. Siempre recibió a todos muy bien. Nosotros también. ¿Quién invita a estos jóvenes? No somos nosotros ¿Quién los está llamando? Es el Señor Jesús, usando a la Virgen María, que es muy importante. ¿Y qué somos? Somos los medios. Necesitamos tener la capacidad de ser abiertos, tolerantes, alegres. De manera que seamos medios valiosos y útiles para que otros se encuentren con el Señor Jesús.

Ahora que ha llegado aquí a Medjugorje, ¿cuáles son sus planes y cuáles serán sus primeros movimientos?

Pues, es muy simple. Yo tampoco esperaba que me enviaran aquí. Si me enviaron, el Señor, la Virgen María, el Papa, la Iglesia, por algo será, no lo sé. Lo primero es cooperar, cooperar. Cooperar con los Padres Franciscanos que están aquí y trabajan duro, cooperar con el Obispo de Mostar que es el obispo de toda esta parte de la Iglesia, cooperar con los laicos que trabajan bien aquí, cooperar.

Eso es lo primero que voy a hacer. Además, orar, orar, orar, porque estamos vacíos sin oración, estamos vacíos. Mi padre que solo sabía leer y escribir, un hombre pobre, nunca me dijo nada. Pero una vez que me convertí en sacerdote, me dijo: “¿Sabes por qué los sacerdotes no son tan buenos hoy en día? Porque no rezan.” Mi padre, que nunca me decía nada, me dijo: “Porque no rezan.” Me di cuenta de algo en su humildad y pobreza: nuestra fuerza es la oración. Porque nosotros, como ya he dicho, sólo representamos al Señor Jesús, pero nuestro punto fundamental, nuestro fundamento es el Señor Jesús. Sin oración nos quedamos vacíos. Por lo tanto, uno debe orar. Y luego hacer lo que tengo que hacer. Sin miedo a nada.

Padre Arzobispo, muchas gracias por esta conversación y por todos los mensajes que ha enviado a nuestros televidentes y oyentes. Espero sinceramente que este sea el comienzo de una hermosa colaboración con usted ahora que ha llegado a Medjugorje. Que las oraciones de todos los feligreses de la parroquia de Medjugorje y de nuestros peregrinos sean vuestra fortaleza.

Gracias, muchas gracias. Gracias a todos, gracias por lo que estáis haciendo por el mundo entero. Llegáis a muchas personas a las que nosotros no llegamos, pero aun así llegamos allí de esta manera. Muchos les están escuchando. Muchas gracias, gracias por su capacidad, porque me parece que lo estáis haciendo bien. Lo que he visto lo hacéis muy profesionalmente, y así se debe hacer. Gracias y que el Señor y la Virgen María los bendigan. Gracias.

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