Coinciden dos circunstancias que han alegrado especialmente a las monjas por esta visita inesperada: le recibieron el domingo, Día de la Madre, para ellas importante por ser su Madre, y al día siguiente era la festividad de su Patrono, San Pedro Nolasco, por lo que ambos han compartido en estos días los lugares de honor en el altar.

    Estas  mujeres  que  viven  apartadas   del mundo, nos agradecieron sinceramente que tuviéramos el detalle de llevarles a la Virgen Peregrina. Nos prometieron que rezarían especialmente la oración de Consagración al Sagrado Corazón de Jesús y al de María, y que ofrecerían el  Santo Rosario por las cinco intenciones que María Reina de la Paz tiene encomendadas a los videntes en Medjugorje: rezar por los que no conocen el amor de Dios,  por la familia,  por los jóvenes y los sacerdotes,  por los enfermos y por las almas del purgatorio. Al recoger a la Virgen comentaron que una de ellas había estado en la capilla con Ella toda la noche.

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