La última de las apariciones diarias de la Virgen Reina de la Paz a Ivanka Ivankovic el 7 de mayo de 1985

En la tarde del 6 de mayo de 1985, Ivan, Jakov e Ivanka tuvieron su aparición. La de Ivanka duró ocho minutos, seis más que la de los otros. Durante esa aparición, la Virgen le dio a Ivanka el décimo secreto, que acaba con un relato del futuro del mundo. La Virgen le dijo que la esperara sola al día siguiente, sin los otros videntes.

El 7 de mayo de 1985, Ivanka tuvo una aparición en su casa. A Fr. Slavko Barbaric le dió una hoja de papel donde ella escribió:

“Como cada día, la Virgen vino, me saludó de la forma acostumbrada diciendo “¡Alabado sea Jesús!” y le contesté con “¡Por siempre sean alabados Jesús y María!” Nunca como antes vi a la bienaventurada Virgen María tan bella. ¡Era tan dulce y bella! Hoy estaba con el vestido más bello que nunca había visto en mi vida. Resplandecía de plata y oro. Su velo y su corona, igual. Dos ángeles estaban con ella. También vestidos como ella. Tanto los ángeles como la Virgen eran tan bellos que no había palabras para describirlos. Habría que experimentarlo. La Virgen me preguntó si tenía algún deseo particular. Le pedí si podía ver a mi madre terrenal. La Virgen sonrió y asintió con la cabeza. En seguida, mi madre se apareció. Sonreía. La Virgen me dijo que me levantara. Así lo hice. Mi madre me abrazó y besó y me dijo: “¡Mi niña, estoy tan orgullosa de ti!” Mi madre me besó y luego desapareció.

Después de eso, la bienaventurada Virgen María me dijo esto:

“Mi querida niña, hoy es nuestro último encuentro, pero no te entristezcas, porque vendré a visitarte en cada aniversario de la aparición, menos en este primero de ahora. Mi niña, no creas que has hecho algo equivocado, y que por eso no deseo venir más. No, eso no es verdad. Tú has aceptado y cumplido con todo tu corazón los planes que mi Hijo y yo teníamos para ti. Siéntete contenta de que soy tu madre y que te amo con todo mi corazón. Ivanka, gracias por haber respondido a la llamada de mi Hijo y por haber perseverado, y por estar siempre junto a Él, y permanecer todo el tiempo que Él consideró necesario. Mi niña, di a tus amigos que mi Hijo y yo, estaremos siempre con ellos cuando nos busquen y llamen. Lo que te he dicho a lo largo de estos años acerca de los SECRETOS, todavía no es el momento de decírselo a nadie. Ivanka, la gracia que tú y los otros han recibido, ¡nadie en esta tierra la ha recibido hasta ahora!”.

Después de estas palabras, pedí a la Virgen si podía besarla. Simplemente, asintió con la cabeza. La besé. Le pedí su bendición. Me bendijo, sonrió y me dijo: “¡Vete en la paz de Dios!”

Se fue despacio, y con Ella, los dos ángeles. La bienaventurada Virgen María estaba sumamente contenta. Permaneció conmigo una hora.”
Ivanka Ivankovic-Elez

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