Hacia el mediodía del domingo 26 de septiembre, tres amigos españoles, llegaron a Medjugorje en bicicleta para cumplir una promesa. Fueron en avión desde Valencia a Dubrovnik, con sus rodados en la bodega, para luego recorrer más de 140 kilómetros hasta el santuario de la Reina de la Paz.

Carlos, Ignacio y Manuel (Manolo) viajaron por primera vez juntos en esta peregrinación. El iniciador de la misma fue Manolo, quién al contarles a sus amigos de su decisión de venir a Medjugorje a pedir por su familia, por su hijo, y agradecer a Dios por todo lo bueno en sus vidas, le dijeron que no iba a ir solo, y decidieron acompañarlo…

Solo Manolo sabía de Medjugorje, y quería peregrinar y venir a orar con la Gospa. Él mismo nos decía: “Mis amigos al inicio lo habían tomado como un viaje, y yo como una peregrinación. Pero poco a poco se han ido metiendo en la experiencia mía, y aquí estamos, a los pies de la Virgen. Esto que nació hace unos meses como una idea, hoy es una realidad y damos gracias a Dios por estar aquí”.

Manolo nos contó que fue un amigo suyo, Emilio, el que le habló de Medjugorje por primera vez, y que de alguna manera lo ha ido atrayendo, poco a poco, hasta que decidió venir a cumplir la promesa que había hecho hace muchos años, y estando todavía en Medjugorje, ya piensa en volver, pero con su esposa.

Fue una peregrinación de solo tres horas, pero a pesar del poco tiempo y, cómo siempre pasa en Medjugorje, ninguno se fue indiferente, ya que la Gospa como Madre que es, se encarga de tocarnos el corazón, y disponerlo para su Hijo Jesús.

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