Esta Pascua reunió a muchos peregrinos en Medjugorje, participando todos juntos en el programa litúrgico del Triduo Pascual. Los peregrinos vinieron de: Corea, Brasil, España, Francia, Italia, Alemania, Portugal, Ucrania, Eslovaquia, Líbano, Japón, Estados Unidos, Irlanda, Austria y Rumanía.

El servicio litúrgico del Jueves Santo se inició con la oración del Santo Rosario a las 5 y continuó con la Santa Misa solemne a las 6 de la tarde. El Padre Petar Vlasic, párroco de la parroquia de Medjugorje, fue el celebrante principal y 50 sacerdotes concelebraron junto a él. El Santísimo estuvo expuesto hasta la media noche inmediatamente después de la Santa Misa, y todos los fieles tuvieron la oportunidad para rezar en silencio.

El Viernes Santo, desde primera hora del día, los peregrinos estuvieron subiendo al Monte de la Cruz en grupos más o menos grandes rezando el Vía Crucis. A las 11 comenzó el rezo del Vía Crucis oficial con los peregrinos croatas y los feligreses dirigido por el Padre Miljenko Steko. El Rosario tuvo lugar a las 5 de la tarde en la Iglesia de Santiago Apóstol y los oficios del Viernes Santo dirigidos por el Padre Danko Perutina, comenzaron a las 6 de la tarde, mientras el padre Karlo Lovric dirigía el canto de la Pasión junto al Padre Tihomir Bazina, un diácono y los miembros del coro de Medjugorje.

El Sábado Santo era un día de oración en silencio en todo el mundo y así lo hicimos también en Medjugorje. Los peregrinos oraron alrededor de la Iglesia, en el Monte de las Apariciones, y en el Monte de la Cruz. Al atardecer, nos preparamos para la vigilia de oración de Pascua con el rezo del Rosario a las 8 de la tarde conducido por el Padre Svetozar. La Vigilia solemne de la noche comenzó a las 9, siendo el Padre Marinko Sakota el celebrante principal y 56 sacerdotes junto a él concelebraron la Santa Misa.

El Domingo de Pascua se celebraron muchas Misas en diversas lenguas y cuatro en lengua croata. Muchos peregrinos que habían llegado a Medjugorje para pasar la Semana Santa estaban allí, junto con un grupo que nos dimos cuenta era de Japón. Nos dijeron que habían viajado durante 18 horas para venir a Medjugorje y confesaron abiertamente que su peregrinación les había ayudado para aumentar y fortalecer su fe aún más.
 

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