En la solemnidad de San Pedro y San Pablo, el pasado 29 de junio, tuvo lugar la ordenación de diez nuevos sacerdotes en la Catedral de Mostar “María Madre de la Iglesia”. La celebración fue presidida por Mons. Petar Palić, el obispo de la diócesis de Mostar-Duvno y Trebinje-Mrkan, concelebrando fray Miljenko Šteko, provincial de la Provincia Franciscana de Herzegovina y el Pbro. Željko Majić, Vicario General de la diócesis, junto a un gran número de sacerdotes.

Esto no puede pasar desapercibido en este tiempo de gran dificultad y crisis de fe a nivel mundial. Que diez hombres hayan consagrado su vida al servicio del pueblo de Dios, es sin dudas una muy buena noticia. Ellos han decidido “dejar padre y madre” como dice el Evangelio, y “poner su mano en el arado y no mirar atrás”. Debemos estar orgullosos de su “sí” al servicio de Cristo en los demás, dentro de su Iglesia.

Es bueno recordar lo que sucedió hace tiempo, cuando durante varios años, en el cercano pueblo de Citluk, no había vocaciones sacerdotales. Las madres de familia de ese lugar tomaron la decisión de orar por las nuevas vocaciones, y durante un año se fueron alternando ellas cada día, ayunando y orando. Al cabo de este tiempo todo el esfuerzo dio sus frutos y desde entonces empezaron a surgir muchas vocaciones sacerdotales.

En la celebración se fue nombrando a cada uno de los que iban a ser ordenados, mencionando cual era su parroquia de origen. Estos diez candidatos y de manera personal, manifestaron estar disponibles para ser sacerdotes diciendo, según cada momento del acto: “¡Aquí estoy!”, “Yo quiero” y “Con la ayuda de Dios”. Prometiendo al obispo diocesano respeto y obediencia.

Con mucha admiración y respeto, felicitamos a los nuevos sacerdotes: P. Ivan Ančić, P. Branimir Bevanda, P. Tomislav Rajič, P. Vinko Nenadić, Fr. Marko Bandić, Fr. Tomislav Crnogorac, Fr. Luka Ćorić, Fr. Džoni Dragić, Fr. Andrija Majić  y Fr. Antonio Primorac.

La fecha elegida, la Solemnidad de la Fiesta de San Pedro y San Pablo, habla por sí sola de la importancia de lo realizado y del compromiso con Dios y con su pueblo. Que sean los mismos apóstoles Pedro y Pablo, quienes intercedan por estos diez nuevos sacerdotes y el ministerio que les ha sido confiado. Y nosotros, como fieles comprometidos, no dejemos de orar por ellos y siendo también sostén de su servicio. De esta manera no solo apoyaremos con nuestras oraciones su vocación sacerdotal, sino que también podremos ayudar a hacer más fecundo su ministerio, y que de su acción pastoral en las parroquias donde sean enviados, Dios suscite nuevas vocaciones.

FOTOS: ICMM

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