“Queridos hijos, os invito a una oración fuerte. El modernismo quiere introducirse en vuestros pensamientos y robaros la alegría de la oración y del encuentro con Jesús. Por eso, queridos hijos, renovad la oración en vuestras familias, para que mi Corazón maternal esté gozoso como en los primeros días cuando os elegí y la respuesta era la oración de día y de noche, y el cielo no permanecía en silencio sino que concedía en abundancia paz y bendición a este lugar de gracia. Gracias por haber respondido a mi llamada”.