• La Virgen de los Dolores en Prado Nuevo (El Escorial, Madrid) a Luz Amparo Cuevas (1981-2002).

“Prado Nuevo” es una finca en el municipio de El Escorial, en la Comunidad de Madrid, muy cerca del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y del Valle de los Caídos. Es centro de peregrinación mariana de fieles de toda España, Portugal y de diversos lugares de Hispanoamérica.

El Escorial pertenece al partido judicial de San Lorenzo de El Escorial y se encuentra en la vertiente sur del Sistema Central, en concreto en la zona de contacto entre las sierras de Guadarrama y Gredos. Su término municipal, que abarca una superficie de 68,75 km², está situado al noroeste de la Comunidad, a unos 50 Km. de Madrid, en el piedemonte de la sierra de Guadarrama.

En esta finca de “Prado Nuevo” el 14 de junio de 1981, domingo de la Santísima Trinidad, comenzaron las Apariciones de la Santísima Virgen María a Luz Amparo Cuevas con las que concluimos nuestro estudio de las principales Apariciones Marianas en España. Se inician diez días antes de las de Medjugorje (24 de junio 1981) y cinco meses antes de las de Kibeho (28 de noviembre) y concluyen en pleno siglo XXI el sábado 4 de mayo de 2002. Su fruto más significativo es la Obra Benéfica que se desarrolló, fundada por la vidente por expresa petición de la Virgen.

Apariciones que aún no han recibido el reconocimiento oficial de la Iglesia. El juicio hasta ahora es el que efectuó, en abril de 1985, el Arzobispo de Madrid-Alcalá, D. Ángel Suquía: “no consta la sobrenaturalidad”. Ahora bien: al igual que en otras Apariciones Marianas aprobadas por la Iglesia, esta falta de reconocimiento oficial en los inicios no significa rechazo por parte de la autoridad de la Iglesia, sino que supone un tiempo de espera en Dios, hasta que se ofrezca un juicio definitivo, si éste llega algún día, como llegó para las Apariciones de Amsterdam en Holanda (31-5-2002) o de Laus en Francia (4-5-2008).

Sea como fuere, la actitud de la jerarquía ha sido cada vez más favorable. Así, trece años después de la primera Aparición, el 14 de junio de 1994, el Cardenal Suquía erigió canónicamente la Asociación Pública de Fieles “Reparadores de Ntra. Sra. la Virgen de los Dolores”. La Asociación está constituida por tres ramas o secciones:

1ª) Hermanas Reparadoras: mujeres célibes o viudas consagradas por votos privados que viven los consejos evangélicos en comunidad (cf., art. 17º, Estatutos). Las hermanas realizan su vocación mediante el servicio a las personas necesitadas en las Residencias de ancianos que la Fundación “Virgen de los Dolores” tiene abiertas en distintas provincias de España.

2ª) Comunidad Familiar. Hay dos tipos de pertenencia: la Comunidad interna constituida por seglares casados o célibes que, de común acuerdo, y junto con sus hijos si son menores de edad, quieren llevar una vida semejante a la de los primeros cristianos (cf. Hch 4, 32). Se invita a practicar la comunión de bienes y la pobreza inspiradas en el Evangelio (cf. Mt 19, 21; 6, 19-21; Hch 4, 32). Y la Comunidad externa formada por quienes, sin vivir en comunidad de modo permanente, participan de ciertos actos propios de ésta, especialmente los fines de semana.

3ª) Comunidad Vocacional: “forman esta sección los hombres célibes o viudos que se sienten llamados a vivir en Comunidad según los tres consejos evangélicos: pobreza, castidad y obediencia” (art. 35º, Estatutos); “su fin es el cultivo y vivencia de una vocación particular de entrega a Dios: sacerdocio, vida religiosa, apostolado, vida de oración, estudio y retiro” (art. 36º).

Ese mismo día, el Cardenal Suquía aprueba también la Fundación Pía autónoma “Virgen de los Dolores” reconociendo a Luz Amparo como fundadora de ambas y aprobando sus Estatutos. Para esta primera etapa de la Obra el Cardenal nombra capellán a D. José Arranz Arranz.

La Obra de la Virgen de El Escorial realiza su labor benéfica y social por medio de la Fundación Benéfica “Virgen de los Dolores” fundada por Luz Amparo en 1988. Su finalidad consiste en realizar obras de amor y misericordia, mediante la atención, sin ánimo de lucro, de personas necesitadas, particularmente ancianos, en las Residencias que la Fundación tiene abiertas. Su Sede Social está en la Residencia “Virgen de los Dolores”, situada en la calle Carlos III, 12-14 de El Escorial. Desde su creación las Residencias de la Fundación han recibido visitas de diferentes cardenales, arzobispos y obispos, que han compartido con los residentes momentos entrañables.

En octubre de 2006, el Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Antonio Mª Rouco Varela, concedió licencia para una Casa de Formación de seminaristas en Prado Nuevo a fin de encauzar las vocaciones nacidas de la Obra. Años después, el 6 de febrero de 2010, autorizó a los sacerdotes y religiosos(as) el poder participar en los actos piadosos (Rosario, Vía Crucis, Vigilias, etc.) de Prado Nuevo. El día 2 de abril de 2012, Lunes Santo, autorizó la celebración del Triduo Pascual, del 12 al 15 de abril, dentro de la Semana Santa, en el local “Ave María”, junto a Prado Nuevo. Y, finalmente, dentro del 30º Aniversario (2011-2012) de la primera Aparición de la Virgen concedió el permiso para la construcción de la Capilla en Prado Nuevo; concesión que hizo realidad el deseo de la Virgen, manifestado en sus Mensajes.

En la actualidad, los seguidores de Amparo Cuevas están agrupados en la “Asociación Internacional de amigos de Prado Nuevo”, que cuenta con más de 100.000 simpatizantes, con representación en 30 países, destacando de entre ellos Portugal, Francia, Italia, Argentina y Méjico.

 

La vidente:  Luz Amparo Cuevas Arteseros

 

Luz Amparo Cuevas Arteseros nació en el seno de una familia muy humilde y pobre el 13 de marzo de 1931 en la pedanía de El Pesebre de la población albaceteña de Peñascosa, en Castilla-La Mancha. Sus padres eran María Dolores y Jacinto. A los dieciséis meses de edad, muere la madre. El padre entonces deja a sus dos hijas, Carmen y Amparo, en la Casa Cuna provincial de Albacete y contrae segundas nupcias. A los seis años es dada en adopción por su padre a unos señores de Tomelloso (Ciudad Real), los cuales, al tener al año un niño, la devuelven.

Toda su infancia estará marcada por el sufrimiento y el maltrato. Amparo con su hermana mayor tiene que pasar dos años en el caserío natal de El Pesebre con grandes apuros económicos, al cuidado de un abuelo pastor y de una prima de su difunta madre, mientras el padre que volvió a enviudar trabaja fuera del caserío. Al casarse por tercera vez Jacinto con Bárbara, que llevaba al matrimonio dos hijos, las necesidades de las dos niñas aumentan notablemente, teniendo que ir al monte a recoger hierbas y leña para subsistir. Amparo llora, sobre todo de noche, su soledad. La niña dormía a menudo bajo un árbol sin haber comido, también en invierno y con nieve. Un día tuvieron que reanimarla. A los diez años, por haber ido a la capital a buscar comida, la encerraron en un cuartucho durante varios meses, adonde le llevaban agua y un poco de harina como único alimento.

Un tiempo después, se trasladan a vivir a una finca rústica de Albacete. Su madrastra la envía a hacer ventas ambulantes con orden de no volver hasta haberlo vendido todo. En casa no tiene cama y duerme en un pequeño armario donde ni siquiera puede estirar las piernas.

A causa de tanta miseria, es entregada como hija adoptiva a unos señores de un pueblo de Valencia, donde trabaja algún tiempo, hasta que dichos señores la devuelvan a su casa, en la que de nuevo son tales los apuros y las dificultades económicas que su padre la lleva interna a una institución gratuita de Alicante destinada a recoger y asistir a niños desamparados.

Pasado un año en aquella institución alicantina en que aprendió a coser, marcha a Madrid, a casa de su tía Antonia. En la capital de España trabajó de empleada doméstica, hasta que, a los 25 años de edad, contrae matrimonio con el joven Nicasio Barderas, el 28 de febrero de 1957, en la parroquia de San Lorenzo de El Escorial, población en la que se avecina el joven matrimonio. Pero, su infancia desgraciada se prolongará en un matrimonio igualmente desdichado que le depara nuevos sufrimientos y estrecheces.

Curtida en trabajos y sufrimientos de todo tipo, Amparo sin desatender sus deberes de esposa, de madre de los hijos que van llegando uno tras otro hasta los siete, y de ama de casa, presta también sus servicios a Doña Matilde Ruiz del Toro y realiza algunos otros trabajos circunstanciales. Sea como fuere, a partir del nacimiento del primer hijo, Gabriel Ángel, Amparo empieza a padecer un soplo en el corazón. Su esposo, Nicasio, cae también gravemente enfermo, viéndose obligado a guardar reposo.

Como es natural, en esta situación la economía doméstica se halla en plena bancarrota. Han de recibir, para subsistir, ayuda de personas y grupos caritativos. Le pagan la casa, le costean la leche y el pan, la tienda le fía los comestibles, etc.

En 1970, Luz Amparo aquejada de hemorragias por ulcera de duodeno y hernia de hiato, es internada en el hospital Clínico de Madrid, donde es intervenida quirúrgicamente. Poco después, se agrava de nuevo del estómago con hemorragias… y también del corazón. Tiene frecuentes mareos que la hacen tambalearse y caer al suelo con fractura de un brazo y clavícula. Con tan quebrantada salud, del 18 al 22 de junio de 1973, peregrina a Lourdes en el tren de la Esperanza, en la peregrinación presidida por el Excmo. Cardenal Tarancón. Una vez allí empeora con vómitos, mareos y hemorragias. Pero, al llegar a su casa empieza a tener extrañas y consoladoras experiencias: observa que ya no se marea, no vomita, no se cae al suelo, no necesita ya las botellas de oxígeno para poder respirar. Ahora ya puede trabajar normalmente en casa y fuera de ella. Amparo está convencida de que ha sido la Virgen la que la ha curado.

En abril de 1980, se emplea de asistenta en casa del Matrimonio Miguel Martínez y Julia Sotillo que tenían que desplazarse diariamente a la tienda que tienen en Madrid.  En cuanto a su fe y religiosidad, hasta ese año, que va a ser clave en su vida, ella misma confiesa que era creyente, pero no practicante por falta de instrucción y de tiempo para cumplir con sus deberes religiosos. El único lazo o vínculo religioso que mantenía desde niña era una sencilla, pero filial devoción a la Virgen, a la que Amparo seguía recurriendo con frecuencia, sobre todo en sus continuos achaques físicos y en sus mayores apuros económicos.

Pero he aquí que la vida de esta sencilla, humilde y bonachona mujer casi analfabeta va a cambiar radicalmente a partir del 13 de noviembre de 1980, cuando empieza a tener locuciones (“Hija, reza por la paz del mundo y por la conversión de los pecadores; que el mundo está en un gran peligro”) y a vivir fenómenos extraordinarios, desvanecimientos y profundos éxtasis. El primer día que recibe los estigmas, el sábado 15, se le aparece Cristo Crucificado para explicarle lo que le acaba de ocurrir. Ella, asustada y confundida, le dice: – “¿Qué es esto?”. – “Esto es la Pasión de Cristo, y tú tienes que pasarla entera”.    En la habitación hay un intenso olor a rosas e incienso… A veces, queda rígida, con los brazos en cruz. Otras, es flagelada y estigmatizada: le aparecen llagas profundas y sangrantes en cabeza, hombro derecho y costado, y manos y pies completamente taladrados, de parte a parte. Estigmas que le producen un agudísimo dolor. También sangrará por las rodillas, la boca y los ojos. Llagas, estigmas, no permanentes: aparecen y desaparecen espontáneamente sin dejar huella alguna. Al principio durante toda una semana; después, jueves y viernes; más tarde, sólo los viernes, especialmente los primeros viernes de mes.

Este hecho determinante (el sufrir los dolores de la Pasión de Cristo en su propio cuerpo) produce en la vida de Luz Amparo una transformación total. Desde entonces, y hasta el fin de sus días, será instrumento dócil en las manos del Señor, alma víctima de reparación por la salvación de las almas.

Casi dos años después de la primera Aparición, el 26 de mayo de 1983, tres individuos encapuchados intimidan y amenazan a Luz Amparo propinándole una brutal paliza por la que ha de ser hospitalizada y guardar cama varias semanas para recuperarse y curar las heridas. Un tiempo antes ya había muerto apaleado un hijo suyo. Amparo perdonó públicamente de corazón tanto a sus agresores como a los que asesinaron a su hijo.

 

La Obra de la Virgen de El Escorial, desde sus comienzos, ha sido constantemente difamada y perseguida especialmente por algunas entidades públicas como el Ayuntamiento de El Escorial o la Delegación del Gobierno y, con mucha hostilidad, por familiares de algunos miembros de la Asociación Pública de Fieles “Reparadores de Ntra. Sra. la Virgen de los Dolores”.

Precisamente, la Asociación de Víctimas de las supuestas apariciones de El Escorial, de la que es portavoz Juan Carlos Bueno, uno de los familiares supuestamente afectados, ha presentado varias querellas por presunta estafa y coacciones contra la vidente y la Obra. Siempre fueron sobreseídas por no apreciar el juez indicios de delito.

El viernes 17 de agosto de 2012, a las tres de la tarde, tras múltiples enfermedades y sufrimientos morales, Dios llama a su presencia a Luz Amparo, que fallece en su domicilio de El Escorial en olor de santidad.

 

Los Hechos: Las Apariciones en “Prado Nuevo”

El lugar escogido por la Virgen María para manifestarse está en plena naturaleza. Hay en la zona algunas piedras de granito, aunque predominan los pastos poblados de fresnos. En el centro de aquella pradera, que se conoce con el nombre de “Prado Nuevo”, se alza un fresno con forma de corazón sobre el cual, el 14 de junio de 1981, domingo de la Santísima Trinidad, la Virgen María desciende de los cielos, posando sus plantas virginales sobre él. Muy próxima al fresno, se encuentra una fuente abrevadero (con un pilón) que recibe el agua cristalina que mana desde un manantial próximo.

El marido de Amparo cultivaba un pequeño huerto, cerca de la finca de “Prado Nuevo”, propiedad entonces del Ayuntamiento de El Escorial. Ese domingo Luz Amparo, su esposo Nicasio y varios miembros de su familia han ido a pasar el día al campo con su amigo Marcos. Cuando terminaron de comer, algunos volvieron a casa. Los cuatro que quedan, como el día es muy caluroso, se acercan al refresco del caño de agua del pilón. De momento comienzan a percibir un intenso aroma a rosas e incienso, y observan con extrañeza una especie de nube blanca algodonosa, que surge de aquel árbol con forma de corazón difuminándose sobre su copa. Luz Amparo se siente atraída hacia el fresno; al llegar frente a él cae bruscamente de rodillas sobre una roca de granito. En esa postura permanece rígida e inmóvil alrededor de una hora. Durante ese espacio de tiempo, ve aparecer sobre la nube y rodeada de doce ángeles a la Santísima Virgen vestida de Dolorosa, cuya figura se va formando gradualmente hasta contemplarla con una belleza sin igual. Con lágrimas surcando Sus mejillas le da el siguiente Mensaje: “Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en este lugar (señala con la mano la ubicación) una capilla en honor a mi nombre. Que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la Pasión de mi Hijo, que está completamente olvidada. Si hacen lo que yo digo, habrá curaciones. Esta agua curará (se refiere a la que mana de la fuente que allí se encuentra). Todo el que venga a rezar aquí diariamente el santo Rosario, será bendecido por mí. Muchos serán marcados con una cruz en la frente. Haced penitencia. Haced oración”.

Tras este primer encuentro con la Virgen de los Dolores, Amparo describe cómo la ha visto: la Señora que aparenta unos dieciocho años, va vestida con un hábito granate y un manto negro que le cubre hasta la cabeza sin ceñirla; debajo un velo blanco. Sus pies descalzos, sus manos juntas en actitud orante, y entrelazado en ellas un Rosario de quince misterios. Su tez es morena, sus ojos grandes y verdes enrojecidos por las lágrimas que de ellos brotan. Su rostro refleja pena, pero, a la vez, una gran dulzura.

A partir de este domingo, las Apariciones de la Virgen en Prado Nuevo a Luz Amparo se suceden con elevada frecuencia durante los dos primeros años. Después seguirán principalmente los primeros sábados de mes. Estas Manifestaciones (en las que también se presentará -alguna vez- el Señor) durarán hasta el 4 de mayo de 2002. Según el testimonio de la vidente, durante este tiempo, llega a ver a la Virgen en 376 ocasiones. También recibe locuciones de los Arcángeles San Miguel y San Gabriel.

El primer sábado del año 1983, la Virgen manifiesta que quiere reunir a “todos aquellos que quieran ser apóstoles de los últimos tiempos, que vengan a meditar para la salvación del mundo” (01.01.1983). Y el viernes 24 de junio, pide: – “Fundad casas de amor y misericordia para los pobres. Hay muchos, muchos que necesitan que se les hable la Palabra de Dios”. Esta Obra de apostolado y caridad distingue de forma especial estas Apariciones.

Las noticias de estos acontecimientos extraordinarios se van propagando con una resonancia constante y en aumento hasta saltar incluso nuestras fronteras. Numerosos fieles se reúnen diariamente a orar, especialmente los primeros sábados de mes, sintiendo que sus vidas cambian, acercándose a la Iglesia y a los sacramentos, y creciendo en obras de caridad con el prójimo.

A partir de marzo de 1985, siguiendo las recomendaciones (no el mandato) del Cardenal D. Ángel Suquía, Luz Amparo, con ejemplar obediencia, aunque fue para ella una difícil renuncia, ya no bajará más a Prado Nuevo en las horas de reunión de los peregrinos.

Hay un detalle que distingue esta Mariofanía de las demás en las que la Virgen se suele presentar bajo el nombre de una sola Advocación: aquí en Prado Nuevo, aunque -casi siempre- se aparecerá como Dolorosa y dirá de sí misma que es “la Virgen Dolorosa” (14.06.1981) o “la Virgen de los Dolores” (14.10.1981), algunas veces, siendo siempre la misma persona, esto es, la misma Virgen, sin mudanza en el semblante, vendrá, vestida distintamente, con vestiduras propias de otras Advocaciones, como, por ejemplo cuando viene con un vestido amarillo y capa blanca y dice: “Soy la Virgen del Pilar” (12.10.1982), o, cuando con túnica blanca hasta los pies y manto azul señala: “Soy la lnmaculada Concepción” (8.12.1982 y 8.12.1983). También se presenta, a veces, como Virgen Gloriosa tal como aparece en el famoso cuadro de la pintora Elvira Soriano según la descripción hecha por Luz Amparo.

En varias ocasiones, la Virgen hablará de Sus Apariciones en Fátima: del ejemplo de los tres pastorcillos y de sus sacrificios; de la conversión de Rusia pidiendo, una vez más, “su consagración a Mi Inmaculado Corazón” (6.11.1982), y de la necesidad de extender la devoción a “mi Inmaculado Corazón, que, finalmente, triunfará” (1.03.1986) y “reinará sobre toda la Humanidad” (27.05.1984).

El 1 de octubre de 1994, primer sábado, pasará a la historia como uno de los de mayor afluencia de peregrinos en aquellos años convulsos: una multitud de 24.000 fieles se dieron cita en Prado Nuevo. En la actualidad, siguen llegando de todas partes del mundo especialmente los primeros sábados de mes.

Entre los años 1992 y 1995, Luz Amparo Cuevas y las personas que seguían asistiendo a Prado Nuevo sufrieron una pertinaz persecución y agresión por parte de un grupo hostil del pueblo de El Escorial, que terminó con el cierre por parte del Ayuntamiento socialista de la finca. En 1994, los sucesos se precipitan vertiginosamente: el alcalde y su equipo de gobierno comienzan un ataque frontal contra la Aparición de la Virgen en Prado Nuevo. Para intentar acallar el fenómeno, el 3 de febrero, fijan grandes carteles prohibiendo la entrada a la finca y levantan una cerca metálica bajo la vigilancia de la Guardia Civil y de la Policía Municipal. La valla, como ya ocurriera en otro tiempo con la Gruta de las Apariciones de Lourdes, cerró provisionalmente el paso al lugar. El cambio de signo político del Gobierno Municipal propició la apertura de la finca y la vuelta al rezo del Rosario junto al fresno (15.09.1995).

Siguen años de incremento incesante de peregrinos, que llevan consigo conversiones, curaciones y vocaciones. La Iglesia ya había enviado dos Capellanes, y autorizado la Asociación Pía Virgen de los Dolores y la Fundación Pía Virgen de los Dolores. Son tiempos de tranquilidad, donde se termina de pagar el Prado y se construyen cuatro Residencias para ancianos.

El primer sábado de cada mes, a petición de la Virgen, es un día muy especial. El Rosario de ese día es seguido por personas procedentes de los más diversos puntos de España y Europa. Como vimos, en febrero de 2012, el Cardenal Rouco autoriza la construcción de la Capilla construida según las indicaciones de la Virgen. El primer sábado de septiembre de 2012, se inauguraba oficialmente la Capilla de “Nuestra Señora de los Dolores” en Prado Nuevo, aunque ya se había celebrado Misa en el recinto días antes con motivo del funeral de Luz Amparo que recibe cristiana sepultura junto a la Capilla.

No obstante, la acción del implacable laicismo anticristiano, en cuyas filas militan casi todos los partidos políticos españoles, ha perseguido desde siempre estas Apariciones y su Obra social. Un grupo de partidos y colectivos presentaron en 2013 un recurso judicial contra la concesión de la licencia provisional a la edificación de la Capilla por tratarse de “terrenos no urbanizables de especial protección e implicar un daño medioambiental irreparable”. El proceso judicial pasó por diversas instancias hasta 2018, cuando a través de una Providencia, la Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo confirmó la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de marzo de 2016 que anulaba la concesión de la licencia provisional, declarando la obra ilegal.

Finalmente, el 30 de enero de este año 2020, una empresa contratada por el Ayuntamiento de El Escorial desmanteló la Capilla. La tumba de Luz Amparo se encuentra situada junto a la Capilla ahora derrumbada. Tras su demolición, se está a la espera de que la Justicia también se manifieste sobre los restos de la vidente, y que deban ser trasladados a otro lugar. Según los denunciantes, exigen la exhumación de su cuerpo para que no quede huella de un lugar que ha atraído a millones de personas.

 

Los Mensajes: La espiritualidad de Prado Nuevo

Después del primer Mensaje, estos se repetirán con insistencia a lo largo de los años. El más frecuente e importante es este: oración y sacrificio; penitencia y reparación, y la urgencia de la conversión: la oración, la penitencia, el sacrificio, la expiación… pueden salvar al mundo del castigo. Esa es la síntesis cabal de toda la doctrina espiritual de Prado Nuevo. Los temas y llamados dominantes son estos:

  • La necesidad de meditar la Palabra de Dios y la Pasión del Señor: “Que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la Pasión de mi Hijo, que está completamente olvidada” (14.06.1981).
  • La exhortación a rezar el santo Rosario completo (los quince misterios) todos los días en todos los lugares del mundo. Dice la Virgen que es su oración preferida y que con ella se puede salvar toda la Humanidad y evitar una gran guerra…
  • La necesidad de frecuentar los Sacramentos, especialmente la Penitencia y la Eucaristía. También de visitar al Señor en el Sagrario: “Visitad al Santísimo, que mi Hijo está muy solo esperándoos a todos” (1.01.1982).
  • Como en Medjugorje, la Virgen pide que la oración sea siempre “con el corazón”: “Muchos rezáis con los labios, pero la oración no sale del corazón. Quiero que la oración salga del corazón…” (18.09.1983).
  • El llamado a la reparación, a la expiación. Es necesario reparar por los pecados de la humanidad, especialmente por los de los sacerdotes y las almas consagradas. En este sentido, la Dolorosa busca almas reparadoras que desagravien y satisfagan: “El mundo está necesitado de almas víctimas, hijos míos, no solo hay que ser cristiano de nombre, sino practicantes.” (18.09.1983).
  • La enseñanza sobre los novísimos, la escatología. La Virgen hablará muchas veces sobre las verdades relativas a las postrimerías: cielo, purgatorio e infierno. Y nos advierte: “Si alguien os dice que estáis salvados está mintiendo, hijos míos. Sin sacrificio y sin oración no se salvarán las almas” (20.05.1984). En una Aparición, tras mostrar a Luz Amparo unas imágenes del infierno, le dice la Virgen: “no, hija mía, no te horrorices; el que va al fondo de ese lago es porque quiere; porque tiene muchas facilidades de salvarse y no las quiere coger, hija mía. Tú ayuda a todos los pecadores, pero piensa que el que se condena es por su propia voluntad” (16.10.1981).
  • El llamado a la humildad, la sencillez y la pureza: “Hija mía, sé humilde; la humildad es la base principal de todo” (15.01.1982). “Lo que os pido es humildad para poder salvar a las almas. Hay que dar ejemplo, hijos míos: con la humildad y vuestra pureza podréis salvar a la humanidad” (26.05.1984).
  • La primacía de la caridad y la necesidad de practicar las obras de misericordia: “Amad a vuestros semejantes, hijos míos, porque si no amáis a vuestros semejantes, no amáis a Dios…” (31.05.1984). “(…) con amor todo es fácil, hija mía, porque el amor todo lo puede: con amor fue redimido el mundo, y con amor las almas recibirán la gloria (…) la mayor prueba de amor son las obras” (4.05.2002). El principio y fundamento de todo: Amor, unión y paz (cf. Mensajes 5.10.1985; 3.02.1990; 6.06.1992).
  • La necesidad de sufrir con paciencia las contrariedades y dolores de la condición humana: “Hija mía, para llegar al Cielo, tiene que ser por el camino del dolor. Vale la pena sufrir aquí en la Tierra, para recibir la recompensa en el Cielo” (1.01.1982). El mismo Señor resalta el valor del sufrimiento e invita a aceptarlo como medio para alcanzar la Gloria: “Es importante sufrir; sufriendo se alcanza el Reino de Dios. Di lo que yo decía: Padre, hágase tu voluntad y no la mía” (25.09.1981).

Mientras se aparecía en Medjugorje como Reina de la Paz, decía aquí en Prado Nuevo: – “Hijos míos, yo traigo paz a la Tierra, quiero que haya paz en la Tierra (…) Hija mía, di a mis hijos que he bajado a traer la paz” (1.01.1982).

Y, como en Garabandal, también aquí se refirió, en varias ocasiones, a los pecados del clero: “Hay sacerdotes, obispos, cardenales, y parte del clero, que van por camino de perdición y por ellos se están condenando muchas almas” (18.12.1981).

Finalmente, el día 4 de mayo de 2002, primer sábado de mes, Luz Amparo recibe este Mensaje conclusivo de Jesús: “Sólo pido, hijos míos, que meditéis todos los mensajes, que todo se va cumpliendo; meditad desde el primero hasta el último (…) No habrá más mensajes, pero habrá bendiciones muy especiales y marcas que quedarán selladas en las frentes”. En esta última Aparición la Virgen se manifiesta como Gloriosa, viene con Su Manto de oro, y le dice: “Hija mía, aquí estoy como Madre de amor y Madre de misericordia (…) Orad, orad, hijos míos, y acercaos al sacramento de la Eucaristía, pero en gracia, hijos míos, que cometéis muchos sacrilegios. Levantad todos los objetos; todos serán bendecidos con bendiciones especiales para los pobres pecadores… Yo os bendigo como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo”.

 

Mensajes Apocalípticos: Las Profecías

 

Los Mensajes de Prado Nuevo tienen un marcado contenido profético, apocalíptico. Significativamente mayor que en Garabandal. Unas profecías se cumplieron ya como la referida a Juan Pablo II: “Este mes habrá muchos atentados. Uno de ellos contra el Papa; pero no morirá” (7.05.1981). Y muchas otras, permanecen abiertas al futuro.

Quizá sea esta la Aparición que más profusamente nos alerta sobre el crecimiento del ateísmo del mundo contemporáneo y sobre su alejamiento de los valores espirituales y nos advierte sobre la inminencia del Aviso (4.12.1982) y del Gran Castigo si no nos convertimos y volvemos nuestras vidas a Dios, si no oramos y hacemos penitencia; así como de la gravedad de los tiempos en los que vivimos y de la proximidad del fin de los tiempos.

El mundo está al borde del precipicio; la masonería se ha metido en la Iglesia; la sociedad está próxima a los más terribles castigos” (11.12.81).

Hija mía, diles a todos que, si no escuchan lo que les digo, en el mundo habrá un castigo como jamás se ha visto, y antes que en ningún sitio en España…” (28.07.1981). “Hija mía, hija mía, rezad por la paz de España. Hijos míos, España está en un gran peligro, haced oración y penitencia” (12.10.1982). La referencia a España (como en Ezquioga) se repetirá en distintas ocasiones.

El 15 de enero de 1982, la Virgen le dice a la vidente: “Escucha, hija mía, lo que te voy a decir: Diles a todos (…) que están en un gran peligro. Diles a todos que sigo repitiendo que hagan oración y penitencia, que el mundo está al borde del precipicio, que soy su Madre y quiero que se salven todos; que yo he llorado muchas veces por todos ellos y sigo llorando y pido sólo por la salvación de sus almas (…)  La Humanidad está amenazada, está en un gran peligro, hija mía; que me escuchen; estoy muy triste, me he aparecido en muchos sitios de la Tierra y no me escuchan; el Castigo se aproxima; la Segunda Venida de mi Hijo Jesús está cerca, hija mía; que estén preparados (…); que confiesen sus culpas, que se arrepientan, que mi Hijo está con los brazos abiertos esperándolos a todos…”.

La Virgen asegura: “Ha llegado el fin de los tiempos, el fin de los fines, hijos míos.  Hija mía, pronto habrá un Aviso. Este Aviso será para toda la humanidad” (4.12.1982). Y dice: “Sed apóstoles de los últimos tiempos” (27.03.983).

Citemos sólo algunos de los temas apocalípticos referidos a los últimos tiempos que continuamente aparecen en los Mensajes. La Dolorosa advierte del peligro del comunismo infiltrado incluso dentro de la Iglesia (1.01.1982) y habla, entre otros, de estos acontecimientos futuros condicionados siempre a nuestra respuesta: – grandes sequías, terremotos, huracanes y erupciones (25.03.1982); – señales en el cielo: en el sol, la luna y las estrellas (26.02.1982); – de armas atómicas y de varias naciones aniquiladas (25.06.1983); – de guerras, hambre, pestes y enfermedades que asolarán la humanidad (5.11.1983); – de nubes de humo y de lluvia de fuego (29.01.1983); – de la aparición de falsos profetas (24.07.1983); – del anticristo y sus secuaces (16.09.1982); – de grandes peligros y cruentas persecuciones para la Iglesia (29.04.1982); – de los tres días de oscuridad (25.09.1981) en los que “todos los enemigos de la Iglesia, visibles y desconocidos, perecerán en toda la tierra durante esta oscuridad universal” (18.12.1981).

Insiste mucho la Santísima Virgen en que recemos y nos sacrifiquemos por la conversión de Rusia y de China para que no sean el azote de la humanidad (25.07.1983) y que el Papa en unión con todos los Obispos consagre Rusia a su Inmaculado Corazón (3.05.1986).

Pero, aunque nos hable de trompetas, de sellos, de cálices y castigos, de “sellamientos” por parte del anticristo y de los santos ángeles de Dios, citando el Apocalipsis de Su hijo San Juan, no es, tampoco, aquí en Prado Nuevo, Nuestra Madre profeta de calamidades ni desventuras. Ella, como buena Madre, sólo nos advierte para que no demos el último paso que nos conduciría al abismo, a la perdición. En este sentido Sus mensajes proféticos están cargados de esperanza. Ella empeña -como en Fátima- su palabra y asegura que: “Mi Corazón reinará, hija mía, en todo el mundo. Será la salvación de la humanidad, hija mía” (12.07.1982). Aunque, como en Medjugorje, nos pida nuestra ayuda, nuestra colaboración para que este triunfo, finalmente, se produzca. Porque no desea triunfar sin nosotros. Porque quiere que Sus hijos triunfemos con Ella: “Hijos míos, hijos míos, oración y penitencia es lo que pido; vuelvo a deciros, hijos míos, que prometo que mi Inmaculado Corazón salvará a todo aquel que le pida la gracia necesaria; lo mismo, hijos míos, que prometí un día que Rusia sería convertida. Rusia será convertida, hijos míos…” (8.12.1982).

El Señor le reveló a Luz Amparo que cuando se produzca el triunfo de Su Madre: “Entonces será la paz y la reconciliación entre Dios y los hombres. Yo seré servido adorado y glorificado; la caridad brillará por todas partes; los nuevos reyes serán el brazo derecho de la Iglesia. El Evangelio será predicado por todas partes y los hombres vivirán en el temor de Dios. Mi santa Iglesia será fuerte, humilde, piadosa, pobre, celosa imitadora de las virtudes de Jesucristo” (18.12.1981).

 

EPÍLOGO

 

Las principales Apariciones Marianas en España que hemos analizado, a lo largo de estos diez capítulos, han abarcado toda la historia de la Iglesia, desde el primer siglo, el 2 de enero del año 40, hasta el siglo XXI cuando terminan las Mariofanías de Prado Nuevo en el Escorial, el 4 de mayo de 2002. Y por su localización y extensión parece como si Nuestra Madre hubiese querido abrazar y proteger bajo Su Manto a España entera y, si unimos la de Fátima en Portugal en 1917, la entera Península Ibérica, la romana Hispania, tal como se encontraba cuando visitó a Su hijo Santiago en Zaragoza.

Ciertamente, con ninguna otra nación se ha portado así. Por algo San Juan Pablo II la llamaba “tierra de María”. Tan sólo Francia puede presumir como España de haber sido elegida por la Virgen para aparecerse en distintos puntos de su geografía: Laus, París, La Salette, Pontmain, Lourdes, …

Recordemos, nombrando tan sólo, las fechas y lugares de estas Mariofanías en España:

  • Zaragoza: la Virgen del Pilar, 2 de enero del año 40, al apóstol Santiago. Primera de la historia.
  • Toledo: a San Ildefonso el 18 de diciembre de 665.
  • La Virgen del Espino, en santa Gadea del Cid (Burgos, 1399) a los videntes Pedro y Juan.
  • La Virgen de la Capilla, en Jaén, en 1430.
  • Nuestra Señora del Olvido, Triunfo y Misericordias, a la Madre Patrocinio (Madrid, 1831).
  • Y las del siglo XX: Nuestra Señora del Encino de Chauchina, en Granada, en 1906, a Rosario Granados.
  • Las del Inmaculado Corazón de María (Nuestra Señora de Fátima) en Galicia: Pontevedra (1925-1926) y Tuy (1929) a sor Lucia, vidente de Fátima.
  • Las Apariciones de la Virgen Dolorosa en Ezquioga (Guipuzcoa, 1931) a los hermanos Antonia y Andrés Bereciartúa.
  • Las de la Virgen Pura Dolorosa de Umbe (Bilbao) a Felisa Sistiaga (1941-1988).
  • Las Apariciones de 1945 de Nuestra Señora de los Dolores de Chandavila, ​en La Codosera, provincia de Badajoz, a las niñas Marcelina Barroso y Afra Brígido.
  • Las Apariciones de San Sebastián de Garabandal (Santander) a las niñas Mari Loli, Jacinta, Mari Cruz y Conchita (1961-1965).
  • Nuestra Señora de las Gracias de Onuva en Puebla del Río (Sevilla) a Jesús José Cabrera (1968-1976).
  • La Virgen de Lourdes de Can Cerdà en Cerdanyola del Vallès (Barcelona) a Pepita Pugés

(1974-1976).

  • Finalmente, la Virgen de los Dolores en Prado Nuevo (El Escorial, Madrid) a Luz Amparo Cuevas (1981-2002).

 

Llama la atención que la mitad de las Mariofanías del S. XX sean de la Virgen Dolorosa y que se abran y cierren, precisamente, bajo esta misma Advocación.

 

Los videntes

Los videntes de las dos primeras Apariciones son Obispos (posiblemente los dos únicos casos en la historia de las Apariciones): el apóstol Santiago y san Ildefonso.

Dos son religiosas (monjas): la Madre Patrocinio y Sor Lucia.

Cuatro laicas, esposas y madres: Rosario, Felisa, Pepita y Luz Amparo.

El resto, como en la mayoría de las Mariofanías de la historia de la Iglesia, todos son niños y las Apariciones son: a un solo niño como en Onuva (a Jesús José); a un par de ellos, como en santa Gadea del Cid (a los pastorcitos Pedro y Juan), Ezquioga (a los hermanos Antonia y Andrés) y Chandavila (a Marcelina y Afra); o a un grupo de amigas como en Garabandal (a Mari Loli, Jacinta, Mari Cruz y Conchita).

Finalmente, tres de las videntes eran místicas, escogidas como almas víctimas, compartieron con Jesús los sufrimientos de su Pasión, los estigmas (la Madre Patrocinio, Afra y Luz Amparo).

 

Los principales Mensajes (dimensión mística)

La Santísima Virgen, Nuestra Madre, manifiesta en casi todas Sus Mariofanías en España Su deseo y el propósito de Sus Apariciones con una misma frase que no se cansa de repetir: – “Os quiero mucho y deseo vuestra salvación”. En muchas de ellas pedirá que se construya una Capilla en Su honor y bendecirá una fuente de agua cercana al lugar a la que Dios otorgará propiedades curativas, tanto físicas como espirituales.

  • Los principales Mensajes, especialmente en el último siglo, se pueden resumir en el mismo llamado fundamental de Fátima: La conversión. María nos llama con urgencia a la conversión personal, es decir, a arrepentirnos, a abandonar el pecado y enmendar nuestras vidas, para no seguir ofendiendo a Dios. La Virgen nos recuerda la gravedad del pecado y sus consecuencias para la vida temporal y la eterna: el castigo del infierno para los pecadores impenitentes y el castigo para el mundo por ofender a Dios pues las calamidades y las guerras son consecuencia de la corrupción, de nuestros pecados. A varios de los videntes la Virgen les mostró o llevó al cielo, al infierno y al purgatorio. Y les recordó la teología de la Iglesia Católica en relación con los “novísimos” o “realidades últimas” (la escatología). Aunque son muchas las almas que se condenan (entre las que no faltan “sacerdotes que dan la espalda al Señor”), asegura que “el que se condena es por su propia voluntad”. La mayoría, cuando mueren, van al purgatorio.

El Mensaje que más se repite es la llamada a la oración, especialmente al rezo diario de la Corona del Rosario (el Rosario completo que entonces era de quince misterios) por la conversión de los pecadores y la paz del mundo y, también, la meditación de la Pasión de Jesús (ante la Cruz o rezando el Vía Crucis). Asimismo, solicita la oración de petición, de intercesión por los pecadores, especialmente por los sacerdotesque escupen el Rostro de mi Divino Hijo” y las almas del purgatorio que no pudiendo ya merecer necesitan de nuestras oraciones y sacrificios.

La Virgen nos exhorta a la penitencia, el sacrificio, incluyendo la reparación por las muchas ofensas que se cometen contra Dios y los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Nos invita, asimismo, a ofrecer nuestros sufrimientos por los que viven apartados de Dios y a aceptar, por amor, la cruz que en Jesús todos llevamos… En este sentido, la Virgen busca almas reparadoras que desagravien y satisfagan: “El mundo está necesitado de almas víctimas, hijos míos, no solo hay que ser cristiano de nombre, sino practicantes”.

Es necesario, también, tener Fe y vivir una vida sacramental principalmente una vida eucarística: con la Santa Misa y la Adoración Eucarística, las visitas al Santísimo y “la comunión siempre que podamos” sobre todo la comunión reparadora de los cinco primeros sábados de mes. Pero antes, hay que confesarse y ser muy buenos: humildes, sencillos y puros. Hay que amar mucho a Dios y al prójimo practicando las obras de misericordia.  Y obedecer siempre a la legítima autoridad (padres, maestros, sacerdotes) y ser modestos en el vestir.

También nos anima la Virgen a usar los sacramentales, sobre todo el Escapulario marrón o del Carmen, pero también crucifijos, medallas, rosarios, … y a consagrarnos a los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Y afirma repetidamente que “Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.

Finalmente, pide, como pidió en Fátima, que el Santo Padre en unión con todos los Obispos, consagre Rusia a Su Inmaculado Corazón (en Pontevedra y en Prado Nuevo), prometiendo su conversión y una era de paz en la que, al fin, Su Corazón Inmaculado triunfará y Dios derramará sobre el mundo Su Espíritu en un nuevo Pentecostés que renovará todas las cosas. En Onuva, el Señor pedirá también “la consagración del mundo a mi Sagrado Corazón… Quiero que todos los pueblos se consagren a mi Sagrado Corazón… Sólo esta consagración le dará fuerzas a mi Madre para seguir deteniendo la Divina Justicia.

 

Las profecías (dimensión apocalíptica)

 

En Sus Apariciones en España durante el S. XX la Virgen nos dice con insistencia: “estáis en los últimos tiempos”; “estoy dando los últimos avisos”; “os quiero mucho y no quiero vuestra condenación”, y, algunos de Sus Mensajes tienen un fuerte contenido profético, apocalíptico. No obstante, como hemos repetido en distintos capítulos de esta Serie, no son amenazas, anuncios de castigos y desdichas, sino avisos, advertencias amorosas. No es María profeta de calamidades, sino una Madre amorosa que no desea otra cosa que el bien y la felicidad de sus hijos, y, viéndonos cómo nos encaminamos hacía el precipicio, hacía el abismo de nuestra condenación eterna, cómo a pesar de sus repetidas advertencias en tantas y tantas Apariciones no nos enmendamos y seguimos ofendiendo a Dios…; una y otra vez, de mil y un modos y maneras, en tantos lugares de la tierra, nos llama con urgencia, insistentemente, a la conversión, a la penitencia.

En Garabandal (como vimos) dio sólo dos Mensajes. En el primero (1961) decía: “ya se está llenando la copa y si no cambiamos nos vendrá un castigo muy grande”, en el segundo (tan sólo cuatro años después): “antes, la copa se estaba llenando, ahora, está rebosando”.  Y aseguraba: “Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. ¡Ya estáis en los últimos avisos! Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación”. Porque sus profecías están abiertas, condicionadas, precisamente, a la respuesta que demos a Sus Mensajes; al caso que le hagamos. Ella habla siempre en condicional: – “Si no se escuchan mis palabras…”; – “Si no cambiáis como Dios espera…”.

En algunas Apariciones la Virgen menciona explícitamente a España, con llamadas urgentes vinculadas a posibles desgracias y castigos: primero, suavemente, a la Madre Patrocinio (Madrid, 1831) la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias ante los males que afligen a España le dice que, aunque Sus hijos se olviden de Ella y desprecien Su misericordia, siempre será Su tierna y amorosa Madre y que jamás Sus misericordias se apartarán de ellos; en Ezquioga, ante la preocupante situación social española de entonces, la Virgen Dolorosa pide a los hermanitos Bereciartúa que se rece diariamente el Rosario; en Umbe asegura que España “provoca muchos errores contra la Iglesia”, y que “vienen días de purificación para España: disturbios sangrientos y malas cosechas, crisis, hambre, enfermedades y muerte. La Iglesia parecerá que desaparece y quedará como destruida. Yo seré vuestra fortaleza y vuestro consuelo en esos días”; “salvaré de las guerras a España, pero habrá muchas catástrofes y enfermedades”; también en Ezquioga, en 1931, al “segundo grupo de videntes”, predice la guerra civil española: “dentro de cinco años justos se iniciará una guerra, entre católicos y no católicos (…) un ángel salvador será el destructor de la República”; y otras profecías abiertas al futuro: “la Iglesia será afligida por muchas herejías y malos cristianos (…) Si no hacéis mucha oración y penitencia vendrán castigos terribles y morirá una tercera parte de la humanidad (…) Muchos morirán de una enfermedad contagiosa y habrá que abrirse camino entre los cadáveres (…) Rezad, solamente el Rosario puede salvaros de estos males y salvar al mundo entero (…) Los comunistas se apoderarán de España…”; en Can Cerdá asegura: “Vengo para salvar a Barcelona y a Cataluña especialmente, y con ellas también a España y al mundo entero”.

Pero, es en Prado Nuevo (como hemos visto en este último capítulo de la Serie), donde Su preocupación por nuestra Nación aumenta: “hija mía, diles a todos que, si no escuchan lo que les digo, en el mundo habrá un castigo como jamás se ha visto, y antes que en ningún sitio en España…”; “hija mía, hija mía, rezad por la paz de España. Hijos míos, España está en un gran peligro, haced oración y penitencia”.

Sea como fuere, cuando la Virgen dice que estamos en “los últimos tiempos” o que somos los “apóstoles de los últimos tiempos” anunciando la llegada de una Gran Tribulación para la Iglesia, tan grave que, “dará la impresión de estar a punto de desaparecer”, no se trata del fin del mundo, sino del final o fin de los tiempos, esto es, del preludio a la Parusía o segunda venida de Cristo que inaugurará los tiempos nuevos de paz, con un nuevo Pentecostés y el triunfo y reinado del Corazón Inmaculado de María. En un escenario político, social y religioso del mundo convulso, de gran tribulación y apostasía general, donde se establecerá la Abominación Desoladora (la abolición del Sacrificio Perpetúo o Santa Misa) y reinará el anticristo y sus secuaces, la Señora profetiza tres grandes acontecimientos: el Aviso, el Castigo y el Milagro, como camino de purificación que el Señor, en su gran misericordia, ofrece a la humanidad (la última oportunidad de conversión) y como preparación del triunfo del Inmaculado Corazón. Recordamos, sucintamente estos próximos eventos:

El AVISO: vendrá directamente de Dios para prepararnos al gran Milagro. Será una experiencia pavorosa de purificación: nuestra conciencia será “iluminada” sobrenaturalmente, y veremos el mal que hemos hecho y el bien que dejamos de hacer y sus consecuencias.

El MILAGRO: será una gracia muy grande para convertir al mundo entero y para que cumplamos Sus Mensajes. Será visible (se podrá fotografiar, filmar y retransmitir) pero intangible (no se podrá tocar). Nadie pondrá en duda que su origen es sobrenatural, divino. Se podrá ver en Garabandal y en las montañas de alrededor. Sanarán los enfermos que estén allí, los pecadores se convertirán y los ateos e incrédulos creerán. Se cree que este Gran Milagro coincide con el Signo anunciado como tercer Secreto en Medjugorje y que pueda tener réplicas exactas en los lugares del mundo en los que se ha aparecido la Virgen a lo largo de la historia.

El CASTIGO: Si después del Aviso y del Milagro el mundo no cambia, vendrá un castigo muy grande como purificación de toda la humanidad. No será de orden natural, sino que vendrá directamente de Dios. La Virgen promete que Sus hijos serán marcados o “signados en su frente” y protegidos (principalmente durante los tres días y noches de oscuridad), así como los hijos de la serpiente recibirán la marca de la bestia en la mano derecha.

Sea como fuere, el contenido profético de los Mensajes de las Apariciones Marianas en España que hemos analizado en esta Serie de diez capítulos (como los de La Salette, Fátima o Akita) es, ante todo y principalmente, un Mensaje de esperanza, de confianza y certeza plena: porque, después del Castigo (cfr. 2 Pedro 3, 12), al final, se anuncia el triunfo seguro del Corazón Inmaculado de María. La tierra y la humanidad serán renovadas por un nuevo Pentecostés. Y los Corazones Triunfantes de Jesús y de María reinarán en el corazón de los hombres y en el mundo entero (cfr. 2 Pedro 3, 13): el “Reino de los mil años” (cfr. Ap 20,1-6) con el que se iniciará una nueva era de paz universal que precederá a la Parusía o última y definitiva Venida visible de Cristo en poder y gloria, el día del Juicio Final​ y la resurrección de la carne (cfr. Mt 25,31ss; 1 Cor 15, 23; 1 Tes 4, 16-17; 2 Tes 2, 8; Ap 20,7-15) cuyo día y hora nadie sabe (cfr. Mt 24,36).

Precisamente, para preparar la venida de Su Hijo y consumar Su maternidad espiritual como Corredentora, Abogada de la humanidad y Medianera de todas las gracias, se aparece la Madre de Dios y Madre Nuestra, la Bienaventurada siempre Virgen María en nuestra Nación España y en muchos otros pueblos del mundo. Su único deseo es lograr que todos estemos, un día, con Ella en el Cielo, porque, como nos dice en Garabandal: – “Os quiero mucho y deseo vuestra salvación”.

Francisco José Cortes Blasco

 

 

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