El tercer día del Congreso iberoamericano empezó, como todos los demás, con la oración de Laudes. Y el tema de la primera conferencia, que brindó el P. Inocencio Llamas, fue: “Les invito a tener una fe viva”. Al hablar de la fe, resaltó que: “La fe es la manera única de relacionarnos con Dios, nuestro Señor. Pero la fe, tiene grados. Primer grado, creer en Dios y lo que Él ha revelado. Esa no es una fe auténtica, hay que darle un grado más. No solo hay que creer, sino que hay que creerle a Dios, hay que confiar en Dios. Tengo que confiar en los planes de Dios que son distintos a los nuestros, pero Dios siempre tiene la razón. Dios tiene la primera y la última palabra”.

“Cuando la Virgen nos habla de orar con el corazón, significa varias cosas, no orar por rutina, sino orar con amor, con esta fe auténtica que tiene esa fuerza tan grande. La necesidad más grande que tiene el mundo de hoy es un nuevo Pentecostés. La virgen no trabaja sola, siempre trabaja en la Iglesia con el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo no trabaja solo. Siempre trabaja con la Virgen, dentro de la Iglesia. Nosotros no trabajamos solos, trabajamos con la Virgen, san José, los santos y dejamos obrar al Espíritu Santo para que nos renueve, que bendiga este congreso y renueve la faz de la tierra”, concluyó el P. Inocencio.

Después de un breve descanso, como todos los años, se ha dedicado un espacio de dos horas para la presentación de la Fundación Centro Medjugorje. Oriol Vives, Miguel Onieva y Cristina Manso han hablado de la misión, presente y futuro de la fundación. En este tiempo, los congresistas conocen desde cerca la labor de la fundación, la página web y las novedades, tanto de la fundación como del Centro Informativo Mir Medjugorje.

Después de la presentación, Maryam Salazar de Nicaragua, encargada de las finanzas habló sobre la Comisión San José, la situación y las necesidades económicas de la Fundación. También habló Klibia Ortiz de El Salvador, la encargada de las Redes Sociales, sobre los desafíos con los que se encuentra en ese campo.

A continuación, Filka Mihalj, uno de los patronos de la Fundación Centro Medjugorje, guía y traductora oficial de la parroquia de Medjugorje, presentó la Asociación de guías de Peregrinos de Medjugorje: “La Asociación de Guías fue fundada en 1991 por la iniciativa de los padres franciscanos, más en concreto, por fray Leonard Oreč, fray Slavko Barbarić y fray Jozo Zovko. Los guías están preparados para trabajar con los peregrinos y formados para proporcionar información autentica y fidedigna, y hacen su labor en estrecha colaboración con la Oficina de Información. Los miembros de la asociación son personas que han aprobado el examen del estado para realizar esta actividad, y cuentan con la aprobación del Ministerio de Turismo. Pero además de esto, el guía debe aprobar el examen parroquial, para ese examen en estos días estamos preparando a nuevos candidatos, de los cuales la mayoría son para el idioma español”.

Filka ha hablado de la importancia de aprovechar los servicios de guía local, dado que éstos reciben formación permanente y están al tanto de todas las novedades respecto a Medjugorje. Ha destacado que, al llegar a Medjugorje, un organizador de peregrinaciones lo primero que debería hacer es registrar su grupo en la Oficina de información, donde puede dejar el donativo para la traducción del programa vespertino de oración. También ha destacado que el programa vespertino de oración es el corazón de toda peregrinación, por lo cual no debe ser sustituido por ninguna otra actividad. Y ha invitado a todos los presentes a que cuiden del tiempo libre del peregrino en el que éste pueda tener la oportunidad del encuentro íntimo y personal con el Señor. “Ser guía de peregrinos en Medjugorje es más una vocación que trabajo”, concluyo Filka invitando a todos a trabajar juntos en este maravilloso plan que a través de Medjugorje la Virgen tiene con el mundo entero.

Así culminó la primera parte del tercer día del Congreso Iberoaméricano, con los participantes emocionados por todo lo que van viviendo en estos días, por las luces que Dios les va dando, tanto para su vida personal como así también para su trabajo y su servicio a Dios.

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