En la fiesta de la Virgen María, la celebración de la misa central vespertina en el altar exterior de la iglesia de Santiago Apóstol en Medjugorje fue presidida por el visitador apostólico con carácter especial para la parroquia de Medjugorje, el arzobispo Aldo Cavalli. Él, hablando en su homilía el fragmento del Evangelio que trae la genealogía de Jesucristo, dijo que el Evangelio “que trae la genealogía de Jesús quiere decirnos que Jesús, consagrado por Dios, el Mesías, el Cristo, no es ajeno a la familia humana. ”

Jesús pertenece a la familia humana, como todos nosotros. Jesús es parte de la historia humana, como todos nosotros. Jesús, el Hijo de David, tiene una historia que se remonta a muchos antepasados, como todos nosotros. El fragmento de los antepasados ​​de Jesús es una síntesis de la historia de una nación elegida por Dios, una síntesis de los lados positivos y negativos de esa nación, en sus buenas obras y en sus pecados, en sus éxitos y fracasos. La historia de una nación así como de otras naciones. Jesús, el Hijo de Dios, toma sobre sí esta historia, la asume, la lleva ante Dios y la limpia en la entrega total de sí mismo, en la cruz”, dijo Mons. Cavalli, subrayando que “el Evangelio nos presenta entonces la figura de José en primer plano”.

“José pone el nombre a Jesús: “le llamaréis Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados” . José le da la paternidad legal, la legalidad de la familia. “José le transmite el linaje de David, según las Sagradas Escrituras”, dijo Mons. Cavalli y nos preguntó “¿dónde está María en el evangelio de hoy?”, y luego ofreció su respuesta.

“María se encuentra en las últimas palabras de la genealogía de Jesús: “De Jacob nació José, el esposo de María, de quien nació Jesús, llamado el Cristo, el Mesías”. Nos detenemos en la historia de la larga lista de los antepasados ​​de Jesús, Dios ve esa lista en perspectiva. En esa larga lista de nombres, nos detenemos en Abraham, David, Salomón… En esa lista, Dios vio a María, la madre de su Hijo. En su perspectiva, Dios esperó a María y le confió a su Hijo. María lo recibió en su cuerpo, lo hizo crecer y lo siguió hasta la cruz; ella siempre lo siguió, discreta, atenta y fielmente”, afirmó Mons. Cavalli, destacando las virtudes de María: disponibilidad, discreción, atención y fidelidad, añadiendo que fue “la respuesta de María al don de Dios, Jesús”.

Compartir: