Nuestro querido fray Marinko Šakota celebró la santa Misa de culminación del 33º Festival de Jóvenes en Medjugorje, junto a varios obispos y 501 sacerdotes concelebrantes. Todo lo que íbamos viviendo fue muy emotivo porque sabíamos, que después de tantos años, era el último Mladifest que lo tendría como párroco. En este clima donde se mezclaban la nostalgia, los recuerdos, la alegría de lo que estábamos viviendo y el sabor de la despedida de un sacerdote cercano, amigo, con “olor a oveja” como dice el Papa Francisco, momentos antes de la bendición final, el visitador apostólico, Mons. Aldo Cavalli, tomó la palabra y dijo: “Nuestro párroco, fray Marinko, pronto dejará la parroquia de Medjugorje para continuar su misión en otra parroquia. Fray Marinko, en nombre del Santo Padre, cuyo enviado soy, y en nombre de todos nosotros, le agradezco de corazón todo lo que ha hecho aquí con su amor, conocimiento y sabiduría. Que el Señor Jesús te acompañe siempre y que la Bienaventurada Virgen María, la Reina de la Paz, interceda siempre por ti. Gracias fray Marinko, muchas gracias”.

El aplauso de las miles de almas en la explanada y en los alrededores de la Iglesia de Santiago Apóstol fue de manera súbita, y por largo tiempo, demostrándole así el cariño que los parroquianos y los peregrinos le tienen. Al concluir Mons. Aldo Cavalli con estas emotivas palabras, fray Marinko se acercó y los dos se fundieron en un abrazo que quedó registrado para siempre en las imágenes y en el corazón de todos los que estuvimos ahí. Aquí es donde las palabras ya sobran, alcanza para comprender lo que se decían con ese abrazo viendo la fotografía. ¡Fray Marinko, gracias!

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