Se acerca el trigésimo primer aniversario de las apariciones de Nuestra Señora y, nos encontramos con peregrinos de todo el mundo en Medjugorje. Hace unos días tuvimos la oportunidad de hablar con una chica irlandesa de 20 años de edad que está en silla de ruedas. "Me gustaría dar las gracias por la oportunidad de estar en Medjugorje. El lider de mi grupo me dijo que tenía una cancelación la semana pasada y me invitó a venir en lugar de esa persona. Es una bendición estar aquí, uno realmente siente una alegría especial. Espero llevar la paz y la esperanza de este lugar a mi casa, a la gente que conozco ", dijo Maebh quien compartió su historia con nosotros. Una historia, por un lado, llena de cruces y de mucho sufrimiento, y por otro, de paz y alegría. El año pasado decidió ir en peregrinación con un grupo de amigos a ayudar a los pobres y a un grupo de ancianos a Lisboa. Pero como tenían que pasar por Madrid, mientras se celebraban las Jornadas Mundiales de la Juventud, decidió quedarse para estar con el Santo Padre.

Al tercer día de su visita a Madrid, mientras cruzaban la calle, Maebh fue atropellada por un coche. "Mucha gente me ayudó y me sentí en la presencia de Dios a través de todas esas personas. Pasé dos meses en la cama sin poder moverme. Mis ojos se abrieron completamente a Dios. Al principio yo me sentía fuerte, porque pensaba en el momento en que sería capaz de volver a bailar, de hacer ballet, algo que hacía antes. Entonces, los médicos me dijeron que nunca más iba a poder bailar. Algo se rompió dentro de mi y no pude mediar palabra en 4 días.

Empecé a escribir, y sentí la presencia del Espíritu Santo dentro de mí. Escribí más de 200 páginas con meditaciones y narrando las bendiciones que recibía en mi nueva condición. Me di cuenta de que las cruces que recibimos nos dan fuerza para hacer incluso las cosas más difíciles. Empecé a recibir la fuerza de la oración. A pesar de que me habían dicho que nunca más volvería a caminar, tenía la certeza de que iba a ser capaz de bailar de nuevo, por supuesto, si esa era la voluntad de Dios.

Han pasado ya nueve meses desde el accidente y estoy empezando a aprender a caminar de nuevo. Siento que cada paso que doy es un paso más hacia Dios. Yo sé que este no es el accidente, pero si el plan de Dios ", dijo Maebh, quien con su hermana comenzó un grupo de oración que ahora tiene más de 80 miembros, así como un ministerio de música que cuenta ya con más de 30 miembros.
 

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