Queridos feligreses, queridos peregrinos,

Les deseo todo el bien, para ustedes y para mí mismo. Pero en este tiempo de Pascua, cada uno debería dedicar un tiempo, unas horas, a una profunda meditación sobre lo que es la Pascua. Lo que significa: Cristo murió por nuestros pecados. Así comprenderemos el valor de la Cruz. ¡Y entenderemos que el Señor Jesús, que murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó, por la gracia de Dios, por la voluntad de Dios, está vivo!  Y ese es el paso, la Pascua, la transición, del Hijo de Dios entre nosotros. En la comunión que tenemos con Él, en la oración y la contemplación, debemos hacer el mismo paso con Él: entrar en la muerte del pecado, y resucitar de nuevo, entrar nuevos en una vida nueva de conversión y de gracia.

¡Feliz Pascua para todos!

Arzobispo Aldo Cavalli

Visitador Apostólico con carácter especial para la parroquia de Medjugorje

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