Queridos hermanos

¡Reciban hoy y siempre la paz y la alegría de Jesús y de María!

Con frecuencia la Madre de Dios en sus mensajes nos habla de la misericordia.

Primero: Misericordia que necesitamos recibir de parte de Dios. Y para citar solo un par de frases de sus mensajes al respecto:
“¡Queridos hijos! Abran su corazón a la misericordia de Dios (25 de febrero de 2007).

“Sean oración, sean luz y testigos para todos los que encuentran, hijitos, a fin de que Dios misericordioso tenga misericordia de ustedes. Gracias por haber respondido a mi llamado.” (25 de marzo de 2024)

Pero también nos invita a examinarnos acerca de la misericordia que debemos tener hacia nuestros hermanos:
“Cada acto misericordioso que sale del corazón los acerca a Mi Hijo” (18 de marzo de 2001).

“La esperanza crecerá en ustedes y en un futuro mejor, y se convertirán en testigos gozosos de la misericordia de Dios en ustedes y a su alrededor. Gracias por haber respondido a mi llamado”. (25 de abril de 2022).

Por lo cual, parte esencial de nuestra vocación cristiana consiste en ser receptores y emisores de la misericordia Divina.

Este es el mejor modo de hacer la voluntad de Dios, tal como Jesús le dijo a la Hermana Faustina:
“Has de saber…que todas las criaturas, sepan o no sepan, quieran o no quieran, siempre cumplen Mi voluntad… (Diario 586).

Al leer por primera vez estas palabras pronunciadas por Nuestro Señor Jesucristo a la hermana Faustina, sentí en mi interior un movimiento muy profundo, que me animó a confiar más en el Señor y a poner en sus manos toda mi vida, mi sacerdocio, a todas las personas que he conocido a lo largo de los años, a todas aquellas personas que meditan u oran con alguno de mis libros, o que participan de los retiros y peregrinaciones de nuestra comunidad, a fin de que abriéndonos a la Divina Misericordia, y viviendo en sintonía con su Divina voluntad, podamos experimentar el gozo que despierta él cumplimiento de sus planes en nuestra vida.

Cuando nos tomamos el tiempo para meditar en los mensajes de Nuestra Madre y en la Misericordia del Señor, recorreremos un hermoso camino de: transformación, sanación y fortalecimiento.

1º. Transformación: Pues al leer los hermosos mensajes de Jesús a Santa Faustina y los mensajes de la Reina de la Paz, al meditar y orar con ellos, en nosotros cambiará gradualmente el modo de ver a Dios.

Es que para aquellas generaciones que se formaron y crecieron con la idea de un Dios severo y castigador, la experiencia de la misericordia de Dios y la ternura que nuestra Madre transmite en sus mensajes transforma su manera de pensar y de relacionarse con ellos.

Esto no significa que sus mensajes no nos exijan esfuerzo, conversión y cambio de vida, sino que es todo lo contrario, pues lo hacen con una pedagogía colmada de sabiduría y ternura, la cual nos mueve a la profunda convicción de que la santidad para ti y para mí, también es posible de alcanzar.

Tanto los Mensajes de Jesús a Santa Faustina, como los mensajes de la Reina de la Paz son repetidas invitaciones a poner el barro de nuestra miseria entre sus benditas manos; tal como lo afirma san Pablo, cuando dice: “Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios.” (1 Cor. 1, 27-29)

2º. Sanación: La meditación de los Mensajes, nos ayudan a continuar profundizando el conocimiento de un Dios que nos llama a la conversión desde su amor, y que nos acepta y ama incondicionalmente, para así ser sanados de las heridas producidas por los rechazos y traumas que a lo largo de la vida pudimos haber experimentado.

A través de las palabras de Jesús Misericordioso a la hermana Faustina y por medio de las enseñanzas en “la escuela de María”, podemos entregar los residuos de emociones negativas producidas por los aparentes fracasos de la vida, y ser liberados de cualquier sensación de frustración que nos impide vivir de manera creativa y proactiva.

Hasta el presente he escuchado el testimonio de muchas personas que al experimentar la Divina Misericordia y leer tanto los mensajes de Jesús a Santa Faustina, como también los mensajes de la Reina de la Paz, han sido sanados de una sensación indefinida de indignidad y culpabilidad que les impedía tener una comunión más profunda con Dios.

Una mujer que tuvo una sanación en relación con la idea de Dios me dijo: “¡Que hermoso es descubrir a Dios Trino como mi Amigo, y saber que él está a favor nuestro… presente en los detalles más pequeños de la vida!”.

3º. Fortalecimiento: El resultado de cambiar las imágenes distorsionadas que tenemos de Dios, y el abrirnos a su gracia sanadora, hará que nos sintamos con nuevas fuerzas, tal como lo afirma Dios por medio de los labios y de la pluma del profeta Isaías: “Los que confían en el Señor tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águilas; podrán correr sin cansarse y caminar sin fatigarse.” (Is. 40, 31).

Así ha sucedido a lo largo de los siglos con aquellos cristianos que experimentando el perdón misericordioso de Dios y comprendiendo que un católico que no evangeliza difícilmente esté cumpliendo con todo lo que el Señor le pide, han sacado fuerza de flaqueza y han puesto su vida, sus bienes materiales, sus capacidades intelectuales y sus fuerzas físicas al servicio de la construcción del Reino de Dios.

Finalmente querido hermano/a, no dejemos de orar por todos los que de un modo u otro están teniendo la experiencia de la Misericordia de Dios a través de Medjugorje, para que puedan abrirse sin resistencias a la gracia de Dios, y recibir todo lo que Jesús Misericordioso quiere hacer en sus vidas.

Que Dios te Bendiga.

P. Gustavo E. Jamut, omv
padregustavojamut@gmail.com

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