Abraham, a punto de sacrificar a su hijo Isaac, ejemplo de obediencia

La naturaleza es obediente: “El sol, la luna y las estrellas, que brillan y tienen una misión, son obedientes.” (Bar 6,59). Abraham es obediente: “Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, en pago de haber obedecido tú mi voz.” (Gn 22,18). Los apóstoles son obedientes a la voz del ángel: “Obedecieron, y al amanecer entraron en el Templo y se pusieron a enseñar.” (Hch 5,21). Pablo afirma: “No fui desobediente.” (Hch 26,19).
Dios exige de su pueblo la obediencia: “Cumplid con los mandamientos y seréis fuertes…” (Lev 11) De los primeros cristianos, los apóstoles exigen la obediencia: “Obedeced a
vuestros dirigentes y someteos a ellos.” (Heb 13,17). “Mejor es obedecer que sacrificar”, dice Samuel al rey Saúl (1Sam 15,22).

Dios escribe recto con renglones torcidos
La obediencia es uno de los valores fundamentales en la Iglesia Católica, y no es el capricho de nadie. Jesús ha puesto los cimientos de la obediencia de la manera que él mismo la vivía. Después de haber “esquivado” la autoridad de sus padres quedándose, sin que ellos lo supieran, en el templo de Jerusalén, Jesús bajó con ellos a Nazaret y les fue obediente (Lc 2,51). Ha obedecido incluso la palabra de su Madre en Caná de Galilea (Jn 2). En los dos casos lo ha hecho porque sabía que esa era la voluntad de Dios.
Es interesante cómo Jesús hacia los más cercanos, María y Pedro, sabía ser incluso brusco. “¿Quién es mi madre?” (Mt 12,48) dijo hablando de María. “¡Quítate de mi vista, Satanás!”, le dijo a Pedro “porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres.” (Mt 16,23). A Judas, al Sumo sacerdote y a Pilatos, sin embargo, no dijo ninguna palabra ruda. Ha sido obediente a Judas, al Sumo sacerdote y a Pilatos que tramaban su muerte. En ellos vio la escritura recta de Dios pero con renglones torcidos… Pablo dice: “Y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz.” Por eso Dios le ha exaltado y le dio el nombre sobre todo nombre. (Flp 2).
Frutos de la obediencia y de la desobediencia Para que la obra que se hizo por inspiración suya pudiera crecer, san Francisco tuvo que renunciar a su visión de la vida consagrada y aceptar la Regla que le propuso la Curia Romana. Francisco tuvo más confianza en la jerarquía eclesiástica que en la propia inspiración. Tuvo una fe y confianza sobrenatural en la sabiduría de la Iglesia. Martín Lutero tuvo observaciones justificadas contra algunas normas que se habían establecido en la Iglesia de su época e hizo todo lo posible para corregirlo. Durante años tuvo una lucha continua con la jerarquía eclesiástica.
Y ¿Cuáles son los frutos de la obediencia de Francisco? La orden franciscana ha llegado a ser una de las órdenes más grandes de la Iglesia Católica. En la Orden, a lo largo de los siglos, ha habido renovaciones y reformas, pero todo eso únicamente fortalecía el carisma franciscano. Y ¿Cuáles son los frutos de la insistencia de Lutero en corregir lo que consideraba incorrecto? Se llegó a la división en el cuerpo de la Iglesia, y en los siglos que vinieron después, se siguió troceando, de modo que se fundaron nuevas iglesias “liberales” que no reconocían la autoridad de nadie…

La obediencia confiesa la fe en la fecundidad de la Pasión y la Resurrección
La sabiduría monástica dice que el dirigente puede equivocarse cuando manda. “El dirigente dará cuenta de ello…”, dice la carta a los hebreos. (Heb 13,17). El religioso (pero todo cristiano también) no puede equivocarse siendo obediente; en todas las cosas interviene Dios para el bien de los que le aman. (Rm 8,28). La obediencia es la piedra angular de la Iglesia Católica. La piedra angular que ha puesto el mismo Jesús con su propia vida, con su Pasión y su muerte. Cuando no crucifica, la obediencia es ligera. Cuando crucifica a alguien y él sigue obedeciendo, ése demuestra que realmente cree en la fecundidad de la Pasión y de la Resurrección.

Cuando la Iglesia dé un juicio sobre Medjugorje, uno de los criterios claves será la obediencia.
¿Si los videntes son obedientes a Dios y a la Iglesia? ¿Si los friales de la parroquia de Medjugorje son obedientes a sus superiores religiosos y a su obispo?
“Día tras día, deseo revestiros de santidad, de bondad, de obediencia y de amor de Dios”. (24 de octubre de 1985.) “Si no oráis, si no sois humildes y obedientes, no puedo ayudaros”, nos ha dicho la Gospa. (25 de abril de 1994.)

(Estos textos tienen la finalidad de ser un impulso para leer el Libro sobre todos los Libros. Os será verdaderamente de utilidad espiritual solo si os abrazáis a la Biblia, os sumergís en los capítulos que aquí están citados, y si vais buscando más profundamente, y si pasáis mucho, pero mucho más tiempo con la Biblia que con este modesto artículo que tenéis en vuestras manos. La Palabra de Dios es viva y eficaz (Heb 4,12). Si nos exponemos a ella, ella en sí contiene la fuerza para cambiarnos.)

(Fuente: “Glasnik Mira”, nº11, pág. 29; Traducción: Filka Mihalj)

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