En la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, el pasado domingo 26 de noviembre, el párroco de Medjugorje terminó su visita a Paraguay. La santa Misa fue presidida una vez más por Mons. Ignacio Gogorza, y fray Zvonimir predicó sobre qué clase de rey es Cristo y de qué nos da ejemplo. A continuación, transcribimos su homilía completa.

“Queridos hermanos, hoy celebramos la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. Es una de las solemnidades más recientes que fue introducida en la Iglesia. Y fue introducida cuando en el mundo se empezaron a crear unos nuevos sistemas, unos nuevos regímenes. Todos esos regímenes prometían a la gente, que vivirían en el bienestar, que estarían bien. Que le darían al hombre todo lo que necesitase, y normalmente esos regímenes eran los que rechazaban a Dios. Eran tiempos cuando muchos reinos, las monarquías se caían y surgían los países. Y precisamente, en aquella época, la iglesia establece la solemnidad de Jesucristo Rey. Y pone esa solemnidad al final del año litúrgico, como el culmen de todo. Como pueden ver, el año litúrgico comienza con el Adviento, se anuncia la venida de Jesús. Luego celebramos la Navidad, después de la Navidad tenemos el Tiempo Ordinario. Después en la Cuaresma contemplamos la pasión de Cristo, y como el culmen del año litúrgico, la resurrección de Jesús. Y durante todo el Tiempo Ordinario vamos celebrando las solemnidades del Señor. Y la Iglesia, precisamente por ese sistema circular, por así decirlo, quiere introducirnos en el misterio de Jesucristo. Por eso al final del año litúrgico llega esta solemnidad de Cristo Rey. El rey en el que todo vive, el rey en el que nosotros deberíamos vivir también”.

“¿Y cómo es Jesús como rey? Cuando nosotros pensamos en nuestros reyes terrenos o los gobernantes, siempre los consideramos como aquellos que reinan con una mano poderosa. Que siempre nos imponen las leyes y que a menudo se aprovechan de nosotros. ¿Y qué es lo que Jesús dice para sí mismo? ¿Qué clase de rey es Él? Lo hemos escuchado en la primera lectura, Jesús dice, es decir, Dios dice: ‘Yo soy el buen pastor’. El pastor que se ocupa de sus ovejas y aunque nosotros lo llamemos rey, Él no está de acuerdo con nosotros. No está en un lugar donde nosotros no podamos llegar a Él. Al contrario, Él viene a nosotros. Él viene a nuestro encuentro. Él nos busca a nosotros. Él mira quien está enfermo, quién necesita que le venden las heridas, a quién hay que consolar, a quién hay que darle esperanza, a quién hay que sanar en el cuerpo y en el alma. Esa clase de rey es Jesús. No es un rey que solo reina, sino que es el rey que sirve. El rey que ama y nos invita a nosotros también a ser así. Precisamente eso lo acabamos de leer en el Evangelio”.

“Ven, hermanos y hermanas, en la Solemnidad de Cristo Rey en vez de escuchar en el Evangelio sobre su gran majestuosidad, nosotros escuchamos sobre el juicio final. Que ese rey va a separar los buenos de los malos. Y escuchamos sobre el servicio. ¿Y quiénes son los buenos? ¿Quiénes son los que merecieron entrar en su reino? Son aquellos que ayudaron al prójimo, son aquellos que levantaron a los que habían caído. Son aquellos que vieron el dolor del prójimo y fueron a ayudarle. Son aquellos que vieron al hambriento y le dieron de comer. Son aquellos que amaron a sus prójimos, y amando al prójimo amaron a Dios mismo. Jesús dice ‘Yo estoy en esos pequeños’. Por eso, hermanos y hermanas, siempre tenemos que estar muy atentos para no despreciar a los pequeños, a los que necesitan nuestra ayuda, que no apartemos nuestros rostros de ellos, porque tenemos la palabra de Jesús que Él está en esos pequeños. Cuando le ayudamos a ellos, le ayudamos a Él. Por eso todos ustedes que se ocupan de los enfermos, eso suele ser muy duro. Y suele sacar todas las fuerzas de nosotros. Suele volverse muy estresante. Solemos perder la paciencia, volvernos nerviosos, pero recuerden que ayudándoles a ellos le ayudamos a Dios mismo. Y recuerden siempre a la Madre Teresa. Mientras curaba a un enfermo, un periodista le dijo: ‘Yo eso no lo haría ni por un millón de dólares, sentir ese olor, curar esas heridas, no lo haría ni por un millón de dólares’. Y ella lo miró y le dijo: ‘Yo tampoco lo haría por un millón de dólares, pero sí por el amor de Dios’. Ese es nuestro rey, así nos enseña y así nosotros debemos vivir”.

“No sé si en Paraguay es popular jugar ajedrez. Todo el que haya jugado al ajedrez sabe que la figura más importante es el rey y hace todo lo posible para proteger al rey. Y cuando te comen al rey ya sabes que es jaque mate, el fin. Pero el rey no puede tener muchos movimientos, y ¿quién es la que más puede moverse y en muchas direcciones en el tablero de ajedrez? La reina. ¿Y quién es nuestra Reina? ‘María’ -respondieron todos los presentes al unísono- Así es. Y vemos que esa es la imagen de nuestra vida también. Jesús es el rey, pero la Reina tiene mucho más radio de actuar entre nosotros los hombres, viene a nosotros, se aparece a nosotros. Busca las maneras de cómo llegar a nosotros, y nos lleva a todos al Rey. Protege al Rey, protege al Rey de nuestras imágenes equivocadas y nos ofrece una imagen pura de ese Rey. Nos regala al Rey, porque ella le dio a luz en su corazón y, como su Madre, nos lo puede dar. Y nos lo da. Eso es lo que la Reina de la Paz está haciendo a lo largo de todos estos 42 años en Medjugorje. Desea llevarnos más cerca del Rey. Desea que vivamos ya aquí en la tierra en Su reino. Ella a menudo dice: ‘Oren, oren, oren’. Pero al mismo tiempo muchas veces dice: ‘Sean’. Porque nuestra fe no es solamente que nosotros recemos, no solamente que pronunciemos las verdades de nuestra fe, sino que seamos lo que Jesús nos pide. Que seamos, por ejemplo, las personas que ayudan a los demás. Que seamos aquellos que, con sus vidas, con sus obras mostrarán que aman a Dios. Porque San Juan, el apóstol, en su carta dice: ‘No puede amar a Dios aquel que no ama a su prójimo’. Porque como vas a amar a Dios a quien no ves y no amas a tu hermano a quién ves. Por eso, nosotros podemos de alguna manera medir nuestra fe y ver cómo es nuestra vida según las obras, según lo mucho que amo a mi prójimo. Puedo ver allí cuan grande es mi fe. Porque la fe no se mide en la oración y en las palabras pronunciadas, sino que se mide por las obras que hago. Y en el Evangelio de hoy, es precisamente lo que nos advierte Jesús”.

“Y que, por medio de su Madre, la Reina del Cielo y de la tierra, la Reina de la Paz, nos conceda la fuerza para que podamos ser sus verdaderos y auténticos discípulos, y que al final de nuestra vida escuchemos sus palabras: ‘Entra en el gozo de tu Señor’ y que reinemos junto con Él por los siglos de los siglos. Amén”.

Finalizada la santa Misa, fray Zvonimir dio la última catequesis en esta visita y habló sobre la cruz y el perdón.

Una vez culminado el XXII Congreso Nacional, hubo una procesión de 6 kilómetros llevando una imagen de la Reina de la Paz. La procesión fue hasta un pueblo cercano que se llama Hugua Guasu, donde los fieles recibieron a la Virgen María con cantos y clamores. Después de la procesión todos participaron de una comida campestre en un clima de mucha alegría y fraternidad.

Al día siguiente, el lunes 29 de noviembre, fray Zvonimir Pavičić viajó a Ciudad del Este, visitó la represa hidroeléctrica Itaipú y las cataratas del Iguazú del lado brasilero. Itaipú se encuentra en el límite entre Paraguay y Brasil, sobre el río Paraná. Y es la segunda represa más grande en el mundo. Las cataratas del Iguazú se localizan en el límite entre Argentina y Brasil, y han sido elegidas como una de las siete maravillas del mundo.

Aprovechando la ocasión y la cercanía, fray Zvonimir dio una entrevista para la radio del Santuario Nuestra Señora del Rosario de Luque, en el programa “La Vida un don de Dios”. A continuación, les compartimos la entrevista completa.

Fray Zvonimir comenzó dando las gracias por la invitación y se presentó brevemente.

Periodista: Padre, ¿qué es Medjugorje, que sucede en ese lugar que tantos paraguayos han estado allí?

Fray Zvonimir: “Lo que les atrae allí es la Virgen. En el año 1981 la Virgen María se apareció y transformó totalmente esa pequeña parroquia, ese pequeño lugar. Y desde entonces multitudes de peregrinos van a Medjugorje. Y la Virgen por sus mensajes nos enseña cómo vivir y como ser los verdaderos discípulos de Jesús. Y nos invita continuamente a rezar el rosario, a celebrar la Eucaristía, adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar, a leer y meditar la Biblia, a ayunar y a orar por la paz en el mundo. Y eso es lo que le atrae a la gente el mundo entero. Todo el que va a Medjugorje siente que es un lugar especial, un lugar lleno de gracia y un lugar donde podemos testimoniar tantas conversiones en tantas personas. A nosotros nos gusta decir que Medjugorje es el confesionario del mundo, porque muchos, precisamente allí, sintieron la gracia de ese sacramento. Y por todo eso Medjugorje es realmente un lugar de gracia”.

Periodista: Me han comentado que cuando uno va a Medjugorje, quiere volver y estar de nuevo, vivir en ese lugar. ¿A qué atribuye eso padre?

Fray Zvonimir: “Yo creo que eso es porque la gente en Medjugorje aprende a orar, y porque en Medjugorje empiezan a amar la oración. Y el verdadero mensaje de Medjugorje es que la gente siga orando en sus familias, sean parte de sus comunidades parroquiales, que no huyan de sus ciudades, sus países, sino que precisamente allá sean los mensajeros de la paz. Que precisamente en sus parroquias den testimonio del amor de Dios, y que con su vida inviten también a los demás a la conversión”.

Periodista: ¿Podría contarnos padre el motivo de su visita a nuestro país y si va a visitar otros países aquí en Latinoamérica?

Fray Zvonimir: “El motivo de la venida a Paraguay es la Conferencia de la Reina de la Paz. Nos encontramos con el Cardenal, los sacerdotes, los decanos, con la gente en La Colmena. Hemos tenido el programa en el que hemos hablado, hemos rezado juntos, celebramos la Misa juntos. Muy parecido a lo que hacemos en Medjugorje. El motivo de nuestra venida aquí es apoyar a todos aquellos que ponen todo el esfuerzo de vivir así, aquí en Paraguay. Visitaremos también Uruguay y Bolivia y allí también tendremos los programas parecidos o iguales y nos encontraremos con la gente”.

Periodista: ¿Podemos padre comentar un poco los mensajes de la Santísima Virgen en Medjugorje y como nosotros podemos en nuestras parroquias poder llevar también esta misión aquí en Paraguay, en Luque específicamente?

Fray Zvonimir: “El mensaje principal de la Virgen es la conversión y la paz, porque cuando el hombre se convierte, en su corazón puede tener la paz. ¿Y cómo podemos vivirlo en nuestras parroquias? Convirtiéndonos, dejando de lado todo lo que no es bueno. Ser hombres y mujeres nuevos, cristianos mejores, y ser parte de nuestra comunidad parroquial activamente. Ayudar a los sacerdotes en su pastoral, ser parte de todos los servicios, actividades que tiene la parroquia, orar juntos por los demás parroquianos y lo que es importante es que no todo se quede en las palabras, sino que se vea en las obras también que son cristianos, en las obras de caridad. No se trata de nada complicado, sino que incluso un pequeño gesto puede cambiar la vida de alguien. Y nada podremos hacer, sin embargo, sin la inspiración en la oración, por eso es necesario reunirse en oración”.

Periodista: Sabemos ver que nos traen unos recuerdos que tienen las cinco piedritas. ¿Qué son las cinco piedritas y que podemos hacer con ellas?

Fray Zvonimir: “Es precisamente aquello de lo que he hablado hace un ratito. La Virgen nos invita a que recemos con frecuencia el rosario, que celebremos la Eucaristía, que nos confesemos con frecuencia, que leamos la Biblia y que ayunemos. Y esas son las cinco piedritas con las que podremos vencer las tentaciones y el mal en este mundo. Pero tenemos que hacerlas parte de nuestra vida, tenemos que empezar a vivirlas, y cuando vivimos así seremos fuertes y tendremos el valor de resistir a cualquier mal. Pero no con nuestras propias fuerzas, sino con la fuerza que nos da Dios a través de todas estas piedras”.

Periodista: ¿Cuál es el ayuno que se recomienda o que se debe realizar?

Fray Zvonimir: “La Virgen nos ha invitado a ayunar los miércoles y los viernes, entonces fue algo nuevo ¿por qué el miércoles? Para el viernes fue muy claro, por la Pasión del Señor. Pero entonces descubrieron que en los primeros tiempos del cristianismo se ayunaba también los miércoles. En Medjugorje nosotros practicamos un ayuno que es un poco más riguroso. Es el ayuno a base de pan y agua, pero está claro que no hay que ser muy duro en eso. Es suficiente que la persona renuncie a algo y que tenga una comida completa al día. Y que encuentre el ayuno que sí pueda hacer. Porque no vamos a sacar ningún provecho del ayuno que nos va a destruir. El sentido del ayuno es que nosotros a través del hambre físico sintamos un hambre, mucho más profundo, que es el hambre de Dios. Y nosotros en Medjugorje somos testigos del testimonio de muchas personas que a través del ayuno recibieron grandes gracias de Dios. Y también está en la praxis del cristianismo ayunar antes de grandes solemnidades, o que se ayune antes de grandes acontecimientos en la propia vida. Porque así el hombre se va preparando para todo eso y a través del ayuno, Dios le da la fuerza. Tenemos que saber que el ayuno no debe girar siempre en torno a la comida. El ayuno tiene que ser ayudado por la oración, la eucaristía, la lectura de la Sagrada Escritura y luego también con las obras de caridad, entonces el ayuno será completo”.

Periodista: ¿Qué mensaje final podría dejarnos padre a Paraguay en esta visita?

Fray Zvonimir: “Diría a los fieles de Paraguay que no abandonen jamás a Dios. Que siempre sean fieles a Dios y a la Iglesia. Que sean fieles a la Madre de Dios, que recurran a Ella en sus oraciones y Ella obtendrá de Dios para ellos, todo lo que necesiten. Que sean hombres sencillos, humildes, que tengan temor a Dios, y entonces tendrán la paz en su corazón y el que tenga la paz en su propio corazón podrá dársela a los demás también. Y así la paz se difundirá en todo Paraguay, y la paz es el símbolo de la bendición de Dios”.

En la mañana del martes, y antes de continuar su viaje hacia Uruguay, fray Zvonimir estuvo en el Monasterio de la Visitación de Santa María (Tupasy roga) en Ciudad del Este. En este monasterio fue recibido por 17 monjas de clausura, las que le dijeron que para ellas era una gran bendición y un sueño hecho realidad que las visitara el párroco de Medjugorje. En este monasterio nació uno de los primeros grupos de oración de la Reina de la Paz. Las monjas viven los mensajes de la Virgen, aunque ninguna de ellas ha estado en Medjugorje.

Junto a otro sacerdote, fray Zvonimir celebró la Eucaristía y les habló a las religiosas y a todos los presentes sobre Medjugorje y las cinco piedritas. Al culminar la celebración les repartió rosarios, medallas y estampas de la Virgen traídas desde Medjugorje para la ocasión.

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