La santa Misa vespertina de la Iglesia de Santiago Apóstol en Medjugorje, ayer lunes 27 de febrero, fue parte del XV Asamblea General de la Unión de Fraternidades de Europa – UFME (Unio Fratrum Minorum Europae). Esta asamblea durará hasta el 3 de marzo de 2023.

Fue celebrada por el actual presidente de la UFME, fray Miljenko Šteko, con la concelebración de 28 sacerdotes, entre los que se encontraban el Provincial de la Provincia Franciscana de Herzegovina, fray Jozo Grbeš.

Al comienzo de su sermón, fray Miljenko se refirió a la Cuaresma, en la que la Iglesia invita a los fieles a vivir con más fuerza su fe y a hacer con mayor intensidad la penitencia y los actos de misericordia.

“Todo esto hace que nuestra glorificación de Dios en la liturgia sea más perfecta, que cooperemos más ricamente con Dios en nuestra salvación, y que anunciemos con mayor credibilidad a Cristo y a la Iglesia al mundo. Acabamos de empezar la Cuaresma. Tratemos de confirmar en la práctica que la liturgia es el pináculo al que aspiran todas las actividades de la Iglesia y la fuente de donde proviene toda la fuerza de la Iglesia, con la que puede atravesar los momentos más difíciles, soportar las persecuciones más difíciles y pasar por su Viernes Santo hasta la Resurrección”, dijo el fray Miljenko.

El mundo está lleno de personas que han pedido el sentido y viven al límite entre “vivir“ o “quitarse la vida“. El mundo está lleno de gente que no sabe lo que es la alegría. Hay muchos que andan por ahí con un rostro sombrío, en el que no se ha visto ninguna sonrisa durante años. ¿Qué hay de ellos? La Sagrada Escritura nos manda en muchos lugares “¡Alégrense!“

Muchos peregrinos que vinieron y continúan viniendo aquí a Medjugorje experimentaron su propia transformación. La transformación del propio corazón. Sintieron el calor del regazo de su Madre y la alegría se hizo presente en sus vidas. Muchos corazones humanos, que antes eran casi inaccesibles a todo lo santo, aquí se ablandaron. Aquí, con el sacramento de la confesión, millones de pecados humanos fueron lavados y desaparecieron para siempre. Aquí, millones de almas lloraron ante algo que los trasciende como seres humanos”, dijo el padre Miljenko Šteko, quien al final de su sermón se refirió a la Asamblea General de la Unión de Frailes Menores de Europa, que se está celebrando en Medjugorje.

Nosotros, los franciscanos, comenzamos nuestra convocatoria esta noche aquí en el refugio de Nuestra Señora, María, Reina de la Paz. Necesitamos su intercesión celestial por la vida en medio de los desafíos de nuestro mundo. En medio de las preocupaciones y la ansiedad de Europa y el mundo de hoy. ¡Venimos a nuestra Madre María, de quien decimos que es la mediadora de todas las gracias!

Con la intercesión de María tomamos especial conciencia de que la Iglesia nos necesita en su misión, pero no en cualquier misión. Él nos necesita como santos. “Sed santos, porque yo soy santo” (Lv 19, 2), dice el Señor. ¡Y con la santidad viene la alegría de vivir! Queridos creyentes, nos encomendamos también a vuestras oraciones”, concluyó fray Miljenko Šteko.

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