La misión del Nuncio Apostólico en Bosnia y Herzegovina ha sido reconocida con "El sello de Vecernji list" 

Por Zoran Kresic

Mons. Alessandro D’Errico, Nuncio Apostólico en Bosnia y Herzegovina, es un diplomático que ha pasado sus últimos cinco años en Bosnia y Herzegovina y que servido eficazmente a este país, luchando por los intereses del pueblo y trabajando en la construcción de una convivencia armoniosa en la que que los croatas católicos estén en posición de igualdad con las otras dos etnias presentes en Bosnia, serbios y musulmanes. El Consejo de redacción de Vecernji list, optó por el Nuncio Apostólico en Bosnia y Herzegovina como la persona más meritoria por promover el diálogo entre la religión y la tolerancia.

¿Cómo se sintió cuando recibió este reconocimiento?
En primer lugar, debo expresar mi gratitud a los amigos queridos del Vecernji por la concesión de este "sello". Es un honor aún más grande porque Valentin Inzko, el Alto Representante para Bosnia y Herzegovina fue la persona que me dio este reconocimiento. Cuando el Sr. Jozo Pavkovic me preguntó el otro día, si iba a aceptar este reconocimiento, le dije que no tenía otra opción: Tengo que aceptar esto porque creo que no me fue dado a mí personalmente, tanto como a la misión y el papel del Nuncio Apostólico en Bosnia y Herzegovina, en nombre de la Santa Sede.

¿Cómo se siente cuando los frutos de su trabajo se reconocen?
Ciertamente estoy contento cuando eso sucede. Pero este premio es otro estímulo para seguir adelante con la misma ilusión y entusiasmo. Me gustaría hacer hincapié en una cosa, todavía hay muchos proyectos que necesitamos continuar. Es por eso que esperamos contar con el apoyo y la comprensión de todas las partes implicadas, lo que ha sido el caso en los últimos meses, a fin de que los proyectos tengan resultados buenos y positivos.

¿Puede decirnos algo acerca de las actividades de la Nunciatura Apostólica en los últimos meses?
Mirando hacia atrás en el año que ha pasado, siento que hemos tenido un período de intensa actividad y contactos, y gracias a Dios, ha habido pocos resultados concretos. De manera especial, me gustaría hacer hincapié en las actividades de la Comisión Mixta, la firma y ratificación del Acuerdo Militar, la visita del Cardenal Bertone a Mostar, las visitas al Vaticano de altos funcionarios de Bosnia y Herzegovina, el nombramiento de dos obispos, el establecimiento de la Comisión Internacional del Vaticano con respecto a los fenómenos de Medjugorje.

¿Cómo ve su misión en Bosnia y Herzegovina?
Esta misión que la Santa Sede me confió hace cinco años es un servicio para la paz y la justicia, el diálogo, la libertad religiosa y la dignidad del ser humano. El Santo Padre Benedicto XVI y otros superiores de la Iglesia Católica con frecuencia me recuerdan eso. En especial, aquí sigo a la comunidad católica y al pueblo croata. Junto con mis compañeros, estoy tratando de la mejor manera posible, dentro de nuestras posibilidades, lograr finalizar por completo nuestra misión. Pero, tengo que decir, como ya he mencionado antes, que desde que llegué por primera vez a Bosnia y Herzegovina, me he encontrado con disponibilidad en todos los niveles, así como muchas personas de buena voluntad. Eso hace nuestro trabajo mucho más fácil.

Parece que su tarea es importante …
Sí, esta misión parece ser muy importante hoy en día cuando el país enfrenta con un período de crisis, probablemente la más grande después de la guerra. Nuestra esperanza y nuestra invitación es a que prevalezca el razonamiento sano. Esto significa que uno tiene que encontrar el valor y estar decidido a descubrir de nuevo el espíritu genuino de la mayoría de las tradiciones auténticas de Bosnia y Herzegovina, que era conocido en el pasado como un país de tolerancia entre pueblos, civilizaciones y religiones. Nuestra esperanza y nuestra invitación es para que triunfe el diálogo y el entendimiento, para que la gente de Bosnia y Herzegovina pueda vivir en bienestar.

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