El famoso jugador italiano de waterpolo de 24 años, Alex Giorgetti, vino a Medjugorje. Es de Savona en Italia y es delantero en el Pro Recco, así como miembro del equipo de la Selección Nacional Italiana de waterpolo. Fueron los campeones en el Campeonato del Mundo de este año. El joven Alex tuvo el primer encuentro con el Padre Fr. Miljenko Steko, Jefe de la Oficina de Información de Medjugorje a quién le dio la pelota de waterpolo firmada por todos los jugadores del equipo italiano. Más tarde, compartió su experiencia de vida con el periodista de la estación de radio “Mir” Medjugorje.
Nos contó acerca de su conversión, la cual experimentó hace un año cuando conoció a Jesús en María. Está muy contento después de haber cambiado por completo su vida.
Vivió sin la oración y los sacramentos antes de su conversión y me dijo: “Puesto que Italia no ha ganado el campeonato del mundo en los últimos veinte años, hice la promesa de que si logramos un buen resultado, vendría a Medjugorje a dar gracias a Jesús por eso. No sólo nos convirtió en los ganadores del Campeonato del Mundo, sino que además fui reconocido como el mejor jugador del campeonato. Es por eso que decidí venir y agradecer a Jesús y Nuestra Señora por todas las gracias que me confirió. Subí el Monte de las Apariciones y el Monte de la Cruz descalzo, y que fue una experiencia muy hermosa para mí. Me siento contento y satisfecho. No puedo esperar a volver a Italia para dar testimonio de la belleza de este lugar. Llegué aquí con mi hermano gemelo. Antes, nunca había hablado conmigo, yo nunca le dije que lo amaba. Nunca fue a la iglesia, ni rezaba y aquí ha sido la primera vez que se ha confesado y ha participado en la Santa Misa. Veo todo esto como fruto de mi conversión. Estoy muy feliz y pleno de verlo tan alegre como es, algo que nunca sucedió en el pasado. él no tuvo tanta suerte como yo en mi vida, porque nació con una discapacidad física y todo eso influyó en él. Nuestros padres siempre nos separaban en todo lo que debíamos hacer. Nuestra madre mostraba más afecto hacia mí y yo era el que tenía mejor ropa, juguetes, el que recibia más caramelos y dulces durante toda nuestra infancia. Ella vio que amaba los deportes y que tenía talento para el waterpolo. Ella siempre me llevaba a las piscinas para que entrenase.
Tenía una vida perfecta, yo era joven, de buen aspecto y con éxito, mientras que mi hermano se sentía solo y triste. Era demasiado egoísta para darme cuenta. No tenía necesidad de hablar con mi familia porque tenía de todo en mi vida: dinero, novias y una carrera de éxito. Pero todo eso no duró mucho tiempo. Terminé un larga relación que tuve con mi novia. La amaba sinceramente, pero ella sólo le interesaba el dinero y la gloria. Rechacé una invitación de nuestro entrenador del equipo nacional. Estaba totalmente desesperado, sin dinero, sin familia, sin amigos, sin novia y sin carrera.
Estaba casi en estado de depresión. Poco después, conocí a dos hermanos gemelos que compartieron su historia de conversión conmigo. Su historia me conmovió profundamente y decidí compartir con ellos mis problemas, mi soledad y mi inquietud. Yo quería que Jesús me aliviara, para cambiar mi vida y darme la paz que anhelaba tan profundamente. Es cuando los cambios empezaron a tener lugar en mi vida. Me confesé, empecé a ir a la Santa Misa, la lectura de la Santa Biblia y a ayudar a los pobres. Mi vida cambió por completo. Las relaciones con mi familia y otras personas se llenó por completo, mi carrera fue avanzando de nuevo y me convertí en una persona nueva. Fue simplemente porque Dios todo lo convierte en bueno.
Mi familia y mis amigos leyeron sobre mi conversión en los periódicos después de que decidiera compartirlo con otras personas; se sorprendieron de verdad. Lo más hermoso es cuando eres capaz de vivir la verdad y que lo que realmente eres. Mi nueva vida acaba de empezar y mi deseo es conocer a Jesús más y más cada día. Espero que mi historia sea un ejemplo para que otros jóvenes puedan cambiar sus vidas ya que nada en su vida tiene sentido sin Jesús.”

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