El XXX° Congreso Nacional de María Reina de la Paz, que tuvo el lema “Bajo la mirada de María caminemos juntos a la santidad” concluyó con la santa Misa al mediodía el pasado domingo 12 de febrero, en la Casa del Lago de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Comenzó el jueves 9 de febrero por la tarde con el rezo de la Coronilla a la Divina Misericordia, seguida de la bienvenida e introducción que dio a los participantes María del Carmen Barbosa Escudero, coordinadora de la FCM en México y quien fue reelecta en este evento.


A lo largo de los cuatro días de fiesta que se vivió, se compartieron distintas conferencias , catequesis y testimonios. El P. Inocencio Llamas dio la conferencia de apertura “Medjugorje, la escuela de María”, también disertó sobre “Las cinco piedritas”. Fray Francisco Rizzi participó con las catequesis “La oración del corazón”, “Medjugorje, un camino de conversión” y “María, arca de la alianza”.

El sacerdote Edgar Beltrán Beizabal hablo del tema “Caminemos juntos a la santidad”, “El ayuno y la reconciliación”, además de dirigir las palabras finales al culminar el Congreso y celebrar la santa Misa de clausura. También hubo otros disertantes como Marino Restrepo, el P. Adelungo Luna Salazar y María Eugenia García de la Fundación Centro Medjugorje, que habló sobre la misión de la Fundación, los retos de la nueva Directiva Internacional, sobre los coordinadores nacionales y los grupos de oración.


Cada día del Congreso fue una fiesta, como dijimos al comienzo, una fiesta del cielo en la tierra. Los distintos momentos que se iban viviendo cada día, sumergían a los presentes en la oración, en la apertura del corazón y por consiguiente, la acogida de la Palabra de Dios y del mensaje de amor de nuestra Madre, y vivieron la experiencia de Medjugorje, en México.

Las 260 personas que se reunieron bajo la mirada amorosa de la Reina de la Paz -muchos de los cuales estaban por primera vez en un congreso- junto a los 10 sacerdotes y un seminarista participantes, dan testimonio de que la presencia de la Virgen y el clima de oración de Medjugorje estuvo en medio de ellos.

Como no vivir esa experiencia de amor, si la Virgen siempre nos invita a la oración y a poner a su Hijo en el primer lugar en nuestras vidas, y eso es lo que se hizo en México… días antes del Congreso, se celebró la santa Misa por sus frutos en la Basilica de Guadalupe, y cada día se comenzó orando y culmino con la oración, además de la adoración eucarística toda la noche.

Vivamos en nuestros lugares, en nuestras familias y comunidades las cinco piedritas que con tanto amor y durante tantos años la Gospa nos invita a vivir, y también nosotros viviremos la experiencia de Medjugorje en nuestro corazón, sin importar donde estemos.
¡Gracias María, Reina de la Paz por caminar con nosotros y guiarnos a Jesús!

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