Los franciscanos de Medjugorje han viajado desde hace más de treinta años a América Latina, llevando el mensaje de amor de la Reina de la Paz, llevando el mensaje del Evangelio. El fruto de este trabajo misionero -que desde 2009 se realiza conjuntamente con la Fundación Centro Medjugorje- se ve reflejado en la gran cantidad de peregrinos latinoamericanos que han visitado Medjugorje en todos estos años, y en la actualidad el español es uno de los grupos idiomáticos más numerosos.

En este contexto de evangelización y difusión del mensaje de amor de Dios, fray Marinko Šakota, quien fuera párroco de Medjugorje hasta agosto del año pasado, visitó Colombia. Fray Marinko nunca se podría haber imaginado, y como nos contaba cuando le pedimos que nos trasmita sus impresiones del viaje, que Colombia se volvería tan querida para él. Nos decía que esto sucedió cuando visitó los grupos de oración de Medjugorje en ese país, del 25 de enero al 2 de febrero de 2023.

A lo largo de todo mi ministerio en Medjugorje, recibía peregrinos de Colombia y les daba catequesis. Incluso cuando tenía un día completo con citas, pero lo hacía por una sola razón: ¡de dónde han venido estas personas! Este pensamiento siempre me animaba a dedicarme a ellos y a estar con ellos todos los días durante su estancia en Medjugorje”, reflexionó.

Justo antes de la pandemia de corona virus, había sido invitado por el Centro Medjugorje en Colombia para visitarlos, lo cual no pudo hacer por esa razón. La invitación se le hizo de nuevo en 2022, y fray Marinko aceptó gustoso, viajando junto a Josip Sušac de Čitluk como traductor de español, el martes 24 de enero.

 

El viaje

“El comienzo de nuestro viaje y los obstáculos llegaron inmediatamente, lo que fue una señal de que nuestra misión sería buena porque nada bueno puede realizarse sin dificultades. El plan era volar de Sarajevo a Estambul, pero debido a la niebla, el avión de Estambul no aterrizó en Sarajevo, por lo que Andrijano Kvesić nos iba a llevar a Zagreb. En la frontera con Croacia no pudo seguir adelante porque no trajo consigo los documentos (pues no estaba previsto) así que continuamos en un taxi. Desde Zagreb volamos a Frankfurt, y de allí a Bogotá, la capital de Colombia”, continuó su relato del viaje.

“En el aeropuerto de Bogotá nos recibió Adriana Caballero, coordinadora de la Fundación Centro Medjugorje en Colombia, y desde allí volamos a Medellín. Más tarde nos dimos cuenta que Adriana era una gran mujer y que Oriol (Vives), presidente de la Fundación Centro Medjugorje para los países de habla hispana, ¡había elegido a la persona adecuada! Cerca de Medellín llegamos a la casa de ejercicios espirituales de La Salle, que se encuentra en el municipio de Rionegro, en una zona llamada Antioquía, ubicada a una altitud de 2.100 metros sobre el nivel del mar. La temperatura en esta zona es aproximadamente la misma durante todo el año: de 20 a 25 grados centígrados. Es ahí donde, del 26 al 29 de enero, se ha celebrado el X Congreso Nacional de María Reina de la Paz en Colombia.El tema del congreso fue:La Reina de la Paz nos enseña a caminar juntos”, nos contaba fray Marinko con entusiasmo.

 

El Congreso

El programa del X Congreso de la Reina de la Paz comenzaba cada día con la oración de Laudes, catequesis y testimonios por la mañana y por la tarde. Por la noche el rezo del rosario, seguido de la Santa Misa y la Adoración a Jesús en el Santísimo Sacramento del altar, que continuaba toda la noche.

Los sacerdotes Inocencio Llamas, Astolfo Moreno y Marinko Šakota estuvieron a cargo de las catequesis. El P. Astolfo Moreno predicó sobre ‘La Reina de la Paz nos enseña a caminar con la Iglesia’, mientras que el P. Inocencio Llamas habló sobre ‘La Reina de la Paz nos enseña a caminar en familia’ y ‘La Reina de la Paz nos enseña a caminar en tiempos de pandemia’. Fray Marinko dió catequesis sobre dos temas, ‘La Reina de la Paz nos enseña a caminar en el grupo de oración’ y ‘La Reina de la Paz nos enseña a caminar con los jóvenes’.

 

Los testimonios

“Los testimonios fueron poderosos. Me gustaría destacar algunos: el matrimonio Felipe Gómez y María Angélica Araujo, el matrimonio Zohanny Mutis y su esposo Fernando, Josip e Inma Sušac de Čitluk y el del grupo de jóvenes Fruto del Madero. Zohanny Mutis y su esposo Fernando, que eran ateos, dieron testimonio de una experiencia muy desgarradora de infidelidad en el matrimonio. Pero su hijo oró por ellos, no para que sus padres regresaran el uno al otro, sino para que se abrieran a Dios y encontraran a Dios. ¡Eso fue lo que pasó! Zohanny se confesó en Medjugorje después de 40 años, y la confesión duró más de una hora. Después de eso, ella perdonó a su esposo y volvieron a estar juntos. ¡Un poderoso testimonio y experiencia de la obra de la Reina de la Paz y del Espíritu Santo!” destacó fray Marinko.

Contándonos luego una vivencia muy fuerte: “Algo milagroso sucedió al final del testimonio de Josip e Inma, y es que el P. Inocencio se acercó a ellos, se arrodilló, besó sus pies y les pidió perdón por todo el mal que nosotros como sacerdotes hemos hecho a los fieles. Todos estaban conmovidos, mucha gente lloraba”.

 

Mladifest en Medellín

Continuó su relato fray Marinko destacando el clima espiritual que se vivió: ¡La atmósfera espiritual que experimenté era maravillosa! ¡Mucho Espíritu Santo, mucha alegría, paz, amor! Algo parecido al Festival de Jóvenes en Medjugorje. Excelente organización, pero se notó que las personas que organizaron todo no estaban en el primer plano. Siempre estaban presentes, al alcance de todos, pero escondidos. También se notaba que no pensaban en el éxito, porque como dicen, el éxito debía dejarse al Espíritu Santo. Los sacerdotes y las mujeres de la organización viven en el espíritu de Medjugorje, humildes, alegres y todo fluye hermosamente. De esta manera, permitieron que el Espíritu Santo obrara y abriera los corazones de los presentes”.

Cada día un sacerdote diferente presidía la misa. Ocho sacerdotes confesaban diariamente. Concluimos el congreso el domingo 29 de enero con la Santa Misa, y después del almuerzo presentamos nuestras impresiones y agradecimos a todos los que participaron en la preparación y organización del mismo”. Al final del congreso, fray Marinko propuso que este encuentro, que se celebra todos los años en Colombia, ya no se llamara congreso sino “Festival de la Reina de la Paz”, algo que todos los presentes aceptaron con entusiasmo.

 

La misión siguió en Barranquilla y Bogotá

El mismo 29 de enero, por la tarde, el P. Gustavo Adolfo Hernández Morales, quién participó en el congreso y confesaba, le pidió a fray Marinko que visitaran el seminario y noviciado de su comunidad, los Legionarios de Cristo. “La comunidad también se encuentra en el municipio de Rionegro. Ahí es donde nos reunimos con 13 novicios y sus formadores. Los novicios nos hicieron preguntas sobre Medjugorje y la espiritualidad de la Reina de la Paz. Después de eso, cenamos en su casa y volvimos a La Salle”, conto fray Marinko.

Al día siguiente, el lunes 30 de enero, muy temprano por la mañana, siguieron viaje: “Partimos hacia Barranquilla, la ciudad colombiana más grande de la costa del Mar Caribe. Por la noche, ahí tuvimos un encuentro de oración en el Centro de Conferencias, a la que asistieron unas 800 personas, incluidos doce sacerdotes y su arzobispo Mons. Pablo Salas. El programa consistió en el rezo del rosario, después de lo cual tuve la oportunidad de dar la catequesis, seguida del testimonio de Josip e Inma Sušac. Finalmente, el arzobispo Mons. Pablo Salas subió al escenario, saludó a los presentes, habló amablemente sobre Medjugorje y junto con los demás sacerdotes dio la bendición”.

El martes 31 de enero partieron hacia Bogotá, la capital de Colombia: “Aprendimos que Bogotá tiene varios millones de habitantes y es una de las ciudades más contaminadas del mundo. El siguiente lugar en nuestro viaje para testimoniar la espiritualidad de Medjugorje fue la parroquia de Cristo Salvador en la parte nueva de Bogotá. La parroquia está dirigida por el P. Astolfo Moreno, quien participó en el X Congreso. ¡Un sacerdote maravilloso! Sacerdote de la Gospa que ama mucho Medjugorje y a la Reina de la Paz y que vive los mensajes de la Virgen. Los miércoles, jueves, viernes y sábados, él confiesa durante cinco horas en su parroquia. Por todo lo que hemos visto, se nota que este sacerdote desempeña la labor pastoral muy bien entre su pueblo”.

Por la noche, el programa comenzó con el rezo del Rosario, seguido por la Eucaristía en la que fray Marinko predicó sobre la fe y la formación que la Virgen nos da en la fe. Después de la misa el P. Astolfo organizó una reunión en la que fray Marinko junto a Josip e Inma Sušac se sentaron frente al altar en la iglesia parroquial y los jóvenes presentes les hicieron preguntas. Los jóvenes se preguntaban por qué la Virgen se aparece a los niños y a los jóvenes, por qué aparece en lugares desconocidos, por qué nos invita a hacer cosas difíciles, a ayunar, a rezar ante la Cruz, a perdonar… hasta cómo acercarse a una persona que no cree en Dios. De esta vivencia fray Marinko dijo: “tuvimos una experiencia indescriptiblemente interesante”.

“Después de todo el programa que duró cuatro horas y media, el P. Astolfo durante la cena dio testimonio sobre cómo su vida y la vida de su familia (pues no vivían en la fe) cambiaron al encontrarse con un hombre que les habló de Medjugorje. Después de eso, la familia comenzó a orar, y nació en ella una vocación sacerdotal. ¡Un sacerdote más que recibió la vocación sacerdotal a través de Medjugorje! En todos los lugares experimentamos el entusiasmo de la gente por Medjugorje. Sólo hay que alentar una cosa más: que el mensaje de paz de la Virgen llegue más a los pobres. Creo que habría que trabajar en ello”, relato emocionado fray Marinko.

 

Con el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia

“El último día de la misión, el 1 de febrero, sucedió algo inesperado, nos recibió en su casa diocesana, en la curia, Mons. Luis José Rueda, arzobispo de Bogotá, la capital, y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, con sus colaboradores más cercanos, acompañados por dos obispos, uno Mons. Germán Medina, obispo auxiliar. En el almuerzo, el arzobispo Luis José Rueda nos hacía muchas preguntas sobre Medjugorje, estaba interesado en todo. Él está muy abierto a Medjugorje. Está especialmente interesado en el mensaje de paz traído por la Reina de la Paz en Medjugorje, porque el pueblo colombiano anhela tanto la paz. Le gustó el camino y la forma en que la Reina de la Paz difunde la paz en todo el mundo. Está muy contento de que el Papa Francisco haya nombrado al arzobispo Aldo Cavalli como visitador apostólico de la parroquia de Medjugorje, porque el arzobispo Aldo lo eligió obispo mientras era nuncio apostólico en Colombia. Dijo que vendría a Medjugorje a la primera oportunidad, destacó feliz fray Marinko.

 

La Reina de la Paz visita a su hijo amado

“Esa tarde fuimos llevados a la iglesia de Santo Domingo Savio por Mario, quien también estaba con nosotros junto el arzobispo Luis José Rueda. Mario, que hasta antes de que el nuevo presidente llegara al poder en Colombia, hace medio año, era el embajador de Colombia en el Vaticano. Él y su esposa Beatriz aman Medjugorje y a menudo acompañan a los peregrinos a Medjugorje. Frente a la entrada de la iglesia nos recibió el párroco Laureano Barón Casas. También tiene la pastoral de niños y jóvenes con cáncer. Frente a todos, en una iglesia llena (había mucha gente fuera también), el párroco Laureano reveló un secreto, y es que quería ir a Medjugorje desde hacía mucho tiempo, pero debido a su enfermedad no podía. Y entonces el arzobispo José Rueda lo llamó y le dijo que el encuentro de oración de Medjugorje se celebraría en su parroquia. Lloró, porque su sueño se hizo realidad. Dijo frente a todos: “Todavía me queda un poco de tiempo en esta tierra, los médicos dijeron que viviría un poco más. Mi sueño se ha hecho realidad: ¡Nuestra Señora, la Reina de la Paz, vino a mí!” Mucha gente lloraba cuando el párroco dijo esto”, nos compartía emocionado fray Marinko.

En la iglesia, fray Marinko dio la catequesis sobre el ‘Camino de la Paz de la Virgen’ y Mons. Germán Medina estuvo presente tanto en la catequesis como en todo el programa del encuentro, presidiendo luego la Eucaristía en la que fray Marinko predicó, y después dirigió la Adoración Eucarística.

“El encuentro, que duró más de cuatro horas, terminó con un canto a la Reina de la Paz y una verdadera fiesta acompañada de una alegría indescriptible de todos los presentes. Después del canto, una niña me entregó una imagen de la Virgen, la Madre de la Paz, hecha por las manos de los soldados colombianos. Esa imagen fue regalada al Papa Francisco por los colombianos cuando visitó su país hace tres años. En la cena, el obispo Medina también mostró una gran apertura a Medjugorje, dijo fray Marinko.

 

La fe y el amor del pueblo colombiano

Concluyendo su relato, fray Marinko reflexionaba: “¿Qué decir al final? ¡Una maravillosa experiencia de apertura de los corazones en Colombia! ¿Cómo se explica eso? ¡Sólo por la acción del Espíritu Santo y la intercesión de la Reina de la Paz! Antes de partir, los anfitriones y organizadores nos dieron el secreto del éxito: se prepararon con la oración para estos días. Esa es la clave, ¡con la oración!”.

La experiencia vivida por fray Marinko Šakota expresa con claridad la profunda fe del pueblo colombiano y el deseo de Dios que tienen. Una tierra donde el mensaje de amor de Medjugorje, el mensaje de amor del Evangelio de Cristo ha calado hondo en sus corazones y es semilla de esperanza para Colombia y Latinoamérica.

El hermoso testimonio de fray Marinko, su diario de viaje en estos días de misión, lo finalizó con estas palabras: “Hemos aprendido mucho sobre Colombia: es una tierra de paradojas. ¡Muy rica, especialmente en petróleo y carbón, y hay tantos pobres! Una tierra donde la gente clama por la paz. Muchos problemas atormentaban a este pueblo: desde drogas, pandillas callejeras, saqueos y asesinatos hasta la guerra entre el ejército del estado y el ejército de cárteles narcos. Pero a pesar de todo esto, el pueblo colombiano es un pueblo de gran fe y amor por la Virgen. ¡Creemos y esperamos que el mensaje de la Reina de la Paz llegue a este hermoso pueblo aún más amplia y profundamente! ¡Gracias querida Madre, Reina de la Paz, por los maravillosos días en Colombia y por el amor que nos has mostrado durante estos 41 años!”.

Por Pablo Pedretti

Mons. Luis José Rueda Aparicio, Arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia junto a Fray Marinko Šakota.

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