La visita de Patrick y Nancy a Sevilla ha sido un regalo de Dios para todos aquellos que hemos tenido la oportunidad de vivirla de primera mano.

Teníamos dudas de la reacción de nuestros paisanos a la hora de escuchar el testimonio peculiar de este matrimonio, lejos de Medjugorje, fuera del castillo en donde acogen a los peregrinos para ofrecer directamente su experiencia de conversión. Pero a la vez estábamos deseosos de poder recibirlos.

Y estas dudas o temores se iban disipando a medida que se iba acercando el día. Y, sobre todo, se diluyeron definitivamente cuando nos comentaron que ellos no pretendía dar un testimonio, sin más, sino que querían enmarcar ese testimonio dentro unos actos de fe y oración, y, por tanto, deberíamos buscar una Iglesia en donde rezar el Rosario, celebrar una Misa y hubiera exposición del Santísimo (al estilo de la Parroquia de Santiago de Medjugorje) y, dentro de estos actos, concretamente después del Rosario, ellos expondrían su testimonio. Y, siendo así, ¡cómo podría salir mal el acto!

En el caso de Sevilla, estaba previsto que la expedición formada por Patrick y Nancy, junto con su amiga Suzzane, Santiago Fusté (presidente de la Fundación y motor de los actos) y el Padre Roel, aterrizaran en Sevilla alrededor de la una del mediodía, pero por motivos “climatológicos” ello no fue posible, y tras un viaje en automóvil a Madrid y en AVE hasta Sevilla, pudo llegar el grupo hasta la Iglesia Conventual de San Antonio de Padua (Padres Franciscanos, que bonita coincidencia, si es que tales coincidencias existen), ya bien empezado el rezo del Santo Rosario, pero a tiempo para prestar su testimonio en el horario previsto.

Patrick y Nancy, tras una breve presentación, iniciaron la narración de su testimonio y, desde un primer momento llegaron a las más de trescientas personas que allí nos congregamos; nos hablaron de su vida previa a la conversión, sin fe y basada en el dinero, únicamente en el dinero, al que consideraban un dios, su dios. Y, sobre todo, nos hablaron de su conversión a través de los mensajes de La Gospa, mediante la lectura de un libro que cayó en manos de Patrick.

No es cuestión de transmitir el mensaje completo del matrimonio, traducido en nuestro caso por el Padre Roel, L.C., pues los que han tenido la oportunidad de oírlo en España, ya lo conocen; y los que vayan a Medjugorje, que ojalá sean muchos, pondrán acudir a casa de Patrick y Nancy, siempre abierta a los peregrinos.

Después del acto, un nutrido grupo de personas tuvo la oportunidad de compartir un pequeño ágape con Patrick y Nancy y poder ofrecer a ésta unos suculentos calamares fritos (“calamarrres”, según Nancy) y en donde pudimos seguir apreciando la categoría humana del matrimonio.

No es fácil la vida de Patrick y Nancy. No es sencillo deshacerte todo lo que tienes e ir a la aventura a un sitio que no conoces. Y más complicado aún es permanecer desde hace no sé ya cuanto tiempo, realizando la labor que realizan, dando día tras día testimonio de su conversión, con la finalidad única y exclusiva de que el espíritu de Medjugorje cale profundamente en los peregrinos y que, a su vez, perdamos el miedo, el respeto o la vergüenza de hablar de nuestra Fe y de dar testimonio expreso y ejemplarizante de nuestra vida como cristianos.

En fin, Medjugorje es un regalo del Cielo, con muchos frutos, muchísimos, y de entre ellos sobresale el que se refiere al matrimonio formado por Patrick y Nancy, que permanecen ya en nuestro corazón sevillano.

Sevilla, 20 de enero de 2012.
 

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