Este santo croata y patrono de los hermanos capuchinos en Croacia nació el 12 de mayo de 1866 en Herceg Novi (ahora Montenegro). Sus padres, Petar Antun Mandić y Dragica (Karla) Carević, en su bautismo el 13 de junio de 1866, le pusieron por nombre Bogdan Ivan, según el sitio web de la Provincia Capuchina Croata de San Leopoldo Bogdan Mandić (kapucini.hr.)

Desde temprana edad, el niño se distinguió por su ejemplar comportamiento y amor por sus compañeros y amigos, de modo que el obispo de Kotor, Kazimir Forlani, cuando ingresó en el Seminario Capuchino de Udine (16 de noviembre de 1882), dio testimonio de que “desde los años más tiernos dio un ejemplo de vida virtuosa, porque intentó con toda su alma alcanzar la perfección cristiana”.

Su confesionario era invadido por la gente todos los días durante diez o más horas; ¡y así durante casi 40 años! La gente y los penitentes venían no solo de Padua y sus alrededores, sino también de otros lugares remotos de Italia. Personas de diferente estatus social acudían en masa a la confesión con él: desde profesores universitarios y obispos hasta campesinos; desde oficiales de alto rango hasta trabajadores y amas de casa, sacerdotes, industriales, comerciantes. Todos se amontonaban alrededor de su confesionario y esperaban pacientemente su momento para reconciliarse con Dios y con los hombres.

La vida espiritual y la obra de Leopoldo encontraron su causa y origen en la Eucaristía, y con especial amor filial ardió por la Inmaculada, a quien llamó su “Señora”. Por naturaleza era impetuoso, en su juventud a veces podía estallar de ira, pero con humilde perseverancia luchó contra su naturaleza y con esfuerzo espiritual logró alcanzar tal mansedumbre y humildad, especialmente en el confesionario. También tuvo mucho amor por todos y los consideraba amigos, por lo que muchos ya en su vida, y especialmente después de su muerte, comenzaron a considerarlo un santo y auxiliador de la familia en sus necesidades y tribulaciones.

Fue la confesión la que marcó la vida de San Leopoldo y como la gente se amontonaba a su alrededor para llegar a confesarse con él, esperando durante horas, así hoy se amontonan alrededor de los confesionarios de Medjugorje, esperando durante horas por el sacramento de la reconciliación. Por eso, está claro que no es casualidad que sea su estatua la que está junto a los confesionarios de Medjugorje, desde donde ha estado custodiando el “confesionario del mundo” durante más de dos décadas con su bendición e intercesión.

Estatua de San Leopoldo en Medjugorje

En el tiempo en que se colocó la estatua, el párroco en Medjugorje era fray Ivan Landeka, quien recordó aquel momento para la Radio Mir Medjugorje.

“Todos los feligreses y peregrinos mayores recordarán que durante mucho tiempo se ha confesado en el lado izquierdo de la iglesia, tanto en el prado como al costado de la iglesia. Así fue durante años. Y me parece que en 1993 se instalaron los primeros once confesionarios de madera. Este fue un buen comienzo para todo lo relacionado con los confesionarios que se hicieron más tarde y que hoy son realmente un lugar donde la gente se reconcilia con Dios y eso es algo muy importante para ellos”, dijo fray Ivan, que actualmente está sirviendo en Posušje, “y cuando se hicieron esos primeros confesionarios, quedo un espacio libre”.

“Algunos peregrinos italianos propusieron colocar una estatua de San Leopoldo Bogdan Mandić en ese lugar, impulsados por la canonización del beato Leopold Bogdan Mandić (16 de octubre de 1983), así como por las palabras del Papa Juan Pablo II, quien ha subrayado repetidamente la importancia de su labor confesional. La estatua es del tamaño natural del santo, porque era de baja estatura, pero eso no le impedía convertirse en una gran persona de la Iglesia”, explica fray Ivan Landeka, quien estuvo de acuerdo con la realización de la idea.

“El artista italiano Carmello Puzzolo hizo un boceto de como quedaría. Después de aceptar su propuesta, mandamos a moldear la estatua. Una buena parte de los gastos fueron cubiertos por peregrinos italianos de las cercanías de Padua precisamente, donde San Leopoldo actuó en vida. La estatua de San Leopoldo fue colocada en 1998. Desde entonces, se ha convertido en un lugar de oración para todos los peregrinos que recurren a este santo, al apóstol de la Misericordia de Dios”, dijo fray Ivan, concluyendo que “Medjugorje se ha convertido en un lugar donde las personas de todas partes con mucho gusto vienen a confesarse, por lo que es lógico que este pequeño gran fraile confesor, encuentre su lugar allí mismo, al lado de los confesionarios de Medjugorje”.

Beatificación y canonización

Cuando agotado por el servicio confesional y la enfermedad, el 30 de julio de 1942, murió en Padua, el pueblo fiel a Leopoldo, por su parte, lo proclamó inmediatamente santo. Su culto, a la velocidad del rayo, se extendió por todos los países y continentes. En Croacia, comenzó a ser difundido por el cardenal Alojzije Stepinac.

Leopold Bogdan Mandić fue beatificado por el Papa Pablo VI en la plaza frente a la Basílica de San Pedro en Roma, el 2 de mayo de 1976, y el 16 de octubre de 1983 el Papa Juan Pablo II lo proclamó santo.

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