Costa Rica, el país de 200 volcanes, ubicado en la parte sur de América Central, posee costas sobre dos océanos, el Atlántico y el Pacífico. Tiene aproximadamente 5 millones de habitantes, de los cuales el 50% es católico, mientras que un 20% es evangélico. Desde 1948 es un país sin ejército.

Desde 1824 la patrona de Costa Rica es Nuestra Señora de los Ángeles y su imagen se encuentra en la Basílica de la Diócesis de Cartago. En dicho lugar, sobre una roca, el 2 de agosto de 1635 una humilde joven encontró la pequeña imagen de la Virgen de 20 centímetros a la cual pronto se le atribuyeron numerosos milagros. Se estima que cerca de 2 millones de personas caminan hacia la Basílica de los Ángeles cada año. Vale en este momento recordar las palabras del querido Papa Benedicto XVI, en la carta enviada a Costa Rica por la clausura del año jubilar Mariano en 2011 y por la fiesta en honor a Nuestra Señora de los Ángeles: “Esta devoción mariana es un signo sagrado de la religión cristiana y la fe en Latinoamérica”.

Este alegre, fiel y devoto país de la Virgen María, fue el elegido para ser sede del XIII Congreso Iberoamericano de la Reina de la Paz. Con un total de 260 participantes presenciales y más de 150 en la modalidad virtual, dio inicio hoy por la tarde en la Casa de Espiritualidad Siloé, Birrí de Heredia, en Costa Rica, el congreso bajo el lema: “Dios anuncia la paz… a los que se convierten de corazón” (Sal. 84,8).

La ceremonia de apertura con las banderas de los 27 países participantes abrió el encuentro, acto seguido se rezó el rosario, después del cual se celebró la eucaristía. La santa Misa fue presidida por Mons. Daniel Blanco Méndez, obispo auxiliar de la arquidiócesis de San José. Tomando a la Virgen María como ejemplo de humildad, en la homilía dijo: “En la cuaresma se nos recuerda la importancia del camino de conversión para celebrar de una manera adecuada y más fructífera la fiesta de la Pascua. Pero, en el camino de conversión se hace necesaria la virtud de la humildad. Es decir, ese darnos cuenta de que somos limitados y que necesitamos únicamente de Dios”.

“Ejemplo de vida humilde, puesta al servicio de Dios, sin querer asumir grandezas es la Santísima Virgen María que nos enseña siempre ese camino de humildad, desde el primer momento en que se encuentra con el ángel: ‘Soy la esclava del Señor’. Que este ejemplo de humildad de María nos permita también a todos nosotros vivir esta cuaresma en un auténtico camino de conversión sirviendo a Dios y sirviendo a los hermanos”.

Al concluir la misa Monserrat Hidalgo, coordinadora de Costa Rica, en nombre de todos los congresistas, le regaló una pequeña imagen de la Reina de la Paz, a lo que Mons. Daniel dijo: “Muchísimas gracias por la imagen y que este congreso dé muchísimos frutos espirituales en cada uno de ustedes y en cada uno de los países que aquí vienen representando”.

Culminando la jornada del primer día los participantes tuvieron la conferencia del P. Diego González, en la que habló sobre ‘Medjugorje, un nuevo Pentecostés’. El padre Diego fue haciendo un recorrido a través de los mensajes de la Virgen y los pasajes de la Biblia que hablan del Espíritu Santo, y destacó: “Quiero que comprendamos que Medjugorje es un nuevo Pentecostés, es la vivencia del Espíritu de Dios, que tiene que ver con un modo de vivir nuestra fe, nuestra espiritualidad”.

Al final de la conferencia pidió que todos cerraran los ojos y entonando un hermoso canto invocó al Espíritu Santo sobre todos los presentes: “Ven, ven y derrámate, queremos hoy vivir un nuevo Pentecostés”.

Así culminó el primer día del Congreso Iberoamericano… los participantes se fueron a descansar con el corazón renovado, lleno de la paz de Dios y expectantes del encuentro de mañana.

Compartir: