Con una multitud innumerable de fieles, el séptimo día de la Novena por la Paz se vivió de nuevo en un profundo silencio orante, expectantes, esperando el momento en que nuestra Madre del Cielo viniera a la tierra.
Acompañando a la vidente Marija Pavlović-Lunetti estuvo, como los días anteriores, Mons. Jan Sobilo, el obispo ucraniano, junto al arzobispo metropolitano emérito de San Salvador de Bahía en Brasil, Mons. Murilo Sebastião Ramos Krieger, además de numerosos sacerdotes y religiosas de diferentes confesiones.
“Cuando la Virgen vino, nos miró a todos e inmediatamente se puso a orar sobre nosotros. Después de la oración le pedí a la Virgen que orara ante su Hijo Jesús por la paz, en nuestros corazones, en nuestras familias y en el mundo entero. La Virgen comenzó a orar por la paz, y oró en su lengua materna, el arameo, durante un largo tiempo, nos bendijo a todos y bendijo hoy todos los artículos religiosos. Hizo la señal de la cruz, nos bendijo y se fue al Cielo en paz“, contó Marija al culminar la aparición que comenzó a las 05.00 y duró poco más de cuatro minutos.
Después se colocó sobre la cabeza de la imagen de la Reina de la Paz una nueva corona de flores, y la vidente Marija repartió rosas blancas a los primeros que se acercaron a recibirlas. Estas rosas habían estado a los pies de la Virgen durante la aparición.
Cómo cada día de la Novena se rezo el Magníficat, las Letanías Lauretanas y la oración simple de San Francisco por la paz, además recibimos la bendición de los dos obispos presentes y finalizó el encuentro de oración en el Podbrdo con el Credo, los 7 Padrenuestros, Avemarías y Glorias en la Cruz Azul.