Treinta monedas

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Treinta monedas

Uno de los que El Maestro había escogido para que compartiesen su vida, le vendió por treinta monedas. Pero eso no se ha quedado en la historia como una anécdota más.  En las cercanías al Viernes Santo, les invito a contemplar el dolor de Jesucristo ante nuestro pecado.  Hoy, en este mundo nuestro, también traficamos con esas treinta monedas, quizá más refinadamente, de modos más políticamente correctos.  El triste negocio de entregar al inocente a la muerte se repite, aunque las de ahora son monedas más pesadas y oscuras.

Moneda 1:

Él es un señor muy correcto, tiene su empresa, total, de algo hay que vivir.  En su diario las informaciones y comentarios se manejan de acuerdo a sus intereses, o los de sus “amigos grandes”, que son poderosos.  Él no hace nada malo, quien no prefiere su diario puede comprar otro, cada uno es libre de publicar lo que quiere.  Y él, día a día va configurando la realidad a gusto de los que le manejan.  Informa lo que le conviene, lo que sus amigos le dictan, y calla sobre muchas otras cosas –es que no venden, pues-.  Todo se tamiza en este negocio.  Todo depende, no se vive del aire, hay que ser realistas, la vida es así.  Es el negocio de la información, pues.

En el pretorio Alguien ha recibido un latigazo.

Moneda 2:

“Sí, hermano, no te preocupes, ya está arreglado, todo saldrá como hemos previsto, tranquilo, Dios nos ayudará”.  Ha colgado el teléfono y ya está arreglado el asunto.  Son trescientas toneladas de productos comestibles que serán desviadas para los almacenes de su socio.  Irán a medias en la venta, nadie se dará cuenta.  ¿Qué es eso con relación a todas las ayudas que están llegando para el lugar del desastre?  Bueno pues, que los damnificados por aquella inundación esperen un poco, al fin y al cabo, ya vendrán muchas más ayudas del exterior para todos ellos…  Y se frota las manos pensando en el gran negocio y en el “billetón” que le caerá.

En el pretorio Alguien comienza a sangrar.

Moneda 3:

Cuando era joven, había soñado con trabajar por los pobres, por los pequeños, había soñado tanto en sacar a su pueblo del sub desarrollo.  Aun ahora recordaba esos tempos de universitario, con tantas ganas de cambiar el mundo haciendo justicia y velando por los más sencillos.  Pero las cosas cambian, esos fueron tiempos de mocedad, de idealismos, de utopías y nada más.  Ahora las cosas son distintas.  Él es ahora un gran funcionario del gobierno, tiene que velar por el sistema, tiene que velar por sus intereses, le costó mucho llegar a donde ahora está y no puede permitirse pensar en realizar lo que soñó antaño, no. “Sueños de juventud”, piensa él.  Y ahora prefiere cerrar los ojos, él no ve nada, no oye nada, él se pasea en su automóvil con lunas polarizadas.  No quiere pasar por calles y barrios pobres, él no quiere ver eso, él tiene su vida y su comodidad.  No está dispuesto a dar nada por sus antiguos ideales, él dice que ha madurado.

En el pretorio Alguien tiene una llaga abierta y sangra profusamente.

Moneda 4:

Sí, sí, está bien, es Semana Santa claro, él ha encargado que las ceremonias salgan muy bien.  Hace tiempo que no se detiene a conversar con el Amo, no tiene tiempo, menos aún en esta semana santa.  Tiene mucho que hacer.  Ya ha planeado hacer las celebraciones con los formularios más abreviados y simples, todo rápido, “la gente se cansa, se aburre” se dice a sí mismo.  Pero en el fondo es él quien está cansado, aburrido.  Y en esta semana santa hablará a desgano del Amo, sin convicción, como quien recita una cantaleta… Y la gente volverá a pensar que esto de la semana santa no es tan santo, y seguirán durmiendo en las celebraciones, con el alma cargada de sueño y de… mediocridad.  Por algo se dijo que la fe de los fieles es el reflejo de la fe de sus sacerdotes.

En el pretorio Alguien deja escapar un grito de dolor.

Moneda 5:

Lo suyo es la docencia, ella es una profesora muy preparada, muy al día.  Tiene un sinnúmero de temas y trabajos por delante.  Se le ha metido en la cabeza de que estamos en otros tiempos, de que antes la letra con sangre entraba, pero ahora no hay ni letra ni sangre, ni nada debe entrar en la cabeza. “Al alumno no se le puede contradecir”,  “Debemos respetar la libertad y la individualidad”,  “No podemos imponer las ideas”.  En clase lo alumnos apenas si la miran, de cuando en cuando toman alguna nota, apenas si les interesa, ellos trabajan en grupo, mejor dicho, algunos nomás.  Ella está tranquila, está haciendo lo suyo, después de todo por lo poco que le pagan ¿qué otra cosa tendría que hacer?  Ella está pensando seriamente en hacer lo mismo que su colega de al lado, que por unos billetes más puede arreglar algunas notas de sus alumnos, total, ¿qué culpa tiene ella de que le paguen tan poco?

En el pretorio Alguien siente la espalda arder porque está llena de llagas.

 Moneda 6:

Él es vendedor mayorista de cerveza.  Nunca estudió nada pero agradece a sus santitos que le ayudaron a poner su negocio, que ahora es toda una gran empresa.  Los camiones entran y salen cargados de licor.  Él lo ve todo desde su oficina, en el segundo piso, desde un ventanal que da al almacén principal.  Hoy, sólo hoy, tendrá varios miles de dólares en ventas. “Qué bueno es Dios”, piensa.  Pero detrás de esas botellas hay muchas historias: También hoy se romperán muchas familias por ese licor que Don Juan vende por camionadas.  También con ese licor se irán abajo fidelidades matrimoniales.  Por ese licor varias chiquillas ingenuas perderán su inocencia.  Con ese licor varios transarán y se venderán y se dejarán comprar.  Detrás de ese licor estarán las historias de muchos estudiantes que dejarán la universidad, que se volverán tarados y que ya no volverán a salir de allí.  Don Juan está contento, incluso su abastecedora hace campañas de ayuda social y promueve el arte y la cultura.  Don Juan hoy se irá a casa contento, mientras detrás de sus cajas, esas miles de cajas de licor de su almacén, se tejerán historias negras que van matando a muchos, también en vida.

En el pretorio Alguien ha caído de dolor.

Moneda 7:

Él y ella ya no recuerdan cuándo fueron buenos.  Hace mucho tiempo que se metieron por el túnel negro de esa vida.  Se gozan metiendo pornografía por la internet, es como un instinto de embarrar a los demás con la basura que ellos diariamente comen.  Graban videos, se toman fotos interminables.  Se sienten contentos de eso, les gusta que otros muchos se embarren así, como ellos lo están.  Será que no quieren sentirse tan solos, quizá siendo muchos más los embarrados puedan convencerse de que ese modo de vida es razonable y bueno. Y allí están con sus fotos y sus cosas.  Parecen estar felices pero no, en sus miradas hay una profunda tristeza, que siempre les acompaña y que les obliga a disimular con más y más barro y basura.

En el pretorio Alguien tiene una llaga más dolorosa y punzante.

Moneda 8:

Siempre le había gustado la política, lo suyo era una mezcla de afán de servir con el deseo de protagonismo, de liderazgo y de afán por tener el mando, de pasar a la historia.  Ya estaba ubicado en el sillón que tanto había soñado, se sentía feliz de ello.  Pero bueno, estas cosas puede que sucedan una sola vez en la vida, así que él no iba a desaprovecharlas.  Y ya está pensando en cómo desviar algunos fondos públicos para sus cuentas personales, no, no, mejor para la cuenta de su esposa… no, no, mejor a la cuenta de un amigo, así nadie lo notará.  Bueno, serán gastos de oficio, viáticos, etc.

En el pretorio un latigazo ha caído en la cara del Nazareno.

Moneda 9:

“Miente, miente, que algo queda”.  ¿Cuándo fue la última vez que dijo algo verdadero?  Ni ella lo sabe. No tiene cuenta tampoco de a cuántas personas ha malogrado la existencia con sus cuentos y mentiras.  Más que mentiras: Calumnias.  Se ha vuelto una experta en ese miserable arte, es una cínica.  Muestra su desenfado en el modo de vestir también.  Pero hay gente que gusta de sus mentiras y la siguen, la adoran casi. ¿Quién puso en su alma ese deseo desmedido de mentir y perjudicar?  ¿Qué busca en el fondo?  ¿Quién la va manejando en el fondo?  ¿Ella es la cruel artífice de todo esto o es sólo una marioneta movida por hilos extraños y oscuros?

En el pretorio se ha paseado el Maligno y ha creído vencer al silencioso Maestro, que está siendo desfigurado por los azotes.

Moneda 10:

Dicen que lo suyo es arte, que lo suyo es diversión, que es pasarla bien y nada más.  Y no quieren darse cuenta de que están promoviendo una vida superficial y absurda.  Y ellos contribuyen a fabricar chicas-calabazas y chicos-perreros.  Y esos “artistas” están felices porque les va bien: Ganan mucho dinero y lo tienen todo.  Tienen la mayor sintonía de la televisión nacional, son los ídolos indiscutibles de la pantalla chica.  Nunca han estudiado nada, sólo lucen sus carnes y su proverbial ignorancia.  Son “lo máximo”.  Y detrás de ellos hoy también habrán cientos de chicos y chicas atraídos por sus estupideces y vicios, “arte” le dicen ahora.  Y entonces hoy también habrá más chicos y chicas perros y perras, que viva la animalidad en sus vidas…

Alguien –con el cuerpo desecho- ha caído otra vez en el pretorio, ¿se levantará?

Moneda 11:

Ellos juran que se aman. Dicen que se aman con locura, que nadie los separará, que si es amor ¿qué de malo hay en tener relaciones sexuales?  Eso del matrimonio lo ven como algo de otros tiempos, dicen que lo importante es que ellos se sientan bien y que vivan bien “su amor”.  Pero cuando ambos se quedan un poco en silencio sienten cómo lloran sus almas…  Por eso se hacen los fuertes.  Lo cierto es que en los ojos de ella hace mucho tiempo que no brilla la luz de la pureza.  Tiene la mirada distinta.  Su risa es muy hueca y por dentro le come la tristeza.  Y no sabe por qué le da mucho miedo -y hasta aversión- volver a ver sus fotos de niña, cuando era como un ángel, con el alma cándida y pura, yendo a recibir la Primer Comunión.

En el pretorio, Alguien siente que los ojos se le nublan y le arden.

Moneda 12:

Ella es una señora que trabaja mucho y por ello le va muy bien. Ahora es dueña de varias discotecas, es un negocio redondo, no tiene pierde.  Cada semana debe inventar algo nuevo, que si es la fiesta de la espuma, que si el otro fin de semana será la fiesta de los “politos mojados”, etc.  Bueno, ella no hace nada malo, ¿no?  Es sólo diversión y punto.  Y en sus discotecas hay centenares de chicos y chicas.  Claro, hace unas semanas que… Bueno, vende por lo bajo unas pastillitas de muchos colores, son graciosas, uno las toma y “se pone pilas”, no se cansa de bailar, sólo debe tomar mucha agua.  Ah!  También vende agua en botellitas para los que le compran las pastillitas, que por si acaso, no son droga, eh?  No, no.  Son unas pastillitas para estar bien toda la noche.  Ah!  Y lo del agua no es nada malo, es sólo agua, claro que debe venderla.  Business son business…

En el pretorio Alguien siente su corazón desfallecer.

Moneda 13:

La señora siempre espera al final de misa, porque allí el padrecito le bendecirá su agüita.  Y siempre, cada domingo se lleva unos botellones de agua bendita.  Es para sus “chicas”, para que les vaya bien en el “trabajo”.  Claro pues, uno nunca sabe, ellas están expuestas a tantas cosas, fíjese cómo está el mundo, joven.  Bueno, sus chicas toman el agua bendita y ella se siente bien haciendo todo “eso” por ellas, y les dice cada día que sean cariñosas con sus clientes y que hagan bien su trabajito.  Eso sí, todos los ambientes están muy limpios y tienen cada una de sus chicas el carnet sanitario respectivo.  La señora se siente bien y muy tranquila, hasta dice que tiene la conciencia tranquila…

Alguien se ahoga de dolor en el suelo del pretorio.

Moneda 14:

“Hay que ser realistas pues, muchas veces no queda más que actuar así pues.  Vivimos una guerra y siempre hay un costo social, qué se le va a hacer, todo es por un bien mayor: el bienestar general de la nación”.  El Comandante general, que también es presidente de la república, ha declarado a la prensa raudamente y se ha ido.  Mientras sube a su automóvil blindado, algunas imágenes vienen a su mente.  Imágenes de cuando dio la orden de disparar a quemarropa en aquella manifestación de sus opositores, de cuando mandó fusilar a esos sospechosos de subversión, de cuando ordenó torturar a esos activistas de los derechos humanos y a ese periodista incómodo, y cuando ordenó matar a aquel curita entrometido que no predicaba la fe recta sino cosas de políticos.  Ah!  Tenía que hacerlo pues, era mi deber, piensa.  Después de todo ése curita se las buscó, ¿no?  Tocándose la frente, quiere pensar que todo ello es el costo social de su gobierno que es ordenado y firme, que todo ello al final trae progreso y desarrollo…  Quiere convencerse de eso y… no puede.  Hoy tampoco recibirá al Arzobispo, que le espere un mes más.

En el pretorio Alguien siente que le fallan las piernas y cae de dolor y debilidad.

Moneda 15:

Le han pagado lo prometido, ¡al fin!  Ha sido un negocio redondo, piensa para sus adentros.  Ahora sólo queda actuar.  Mañana convocará a reunión de directorio, los argumentos ya están: Existe una superpoblación, existen muchos embarazos no deseados, etc.  La compañía trasnacional que le ha pagado le ha dado unas indicaciones explícitas: Se debe implantar una fuerte campaña de introducción de todos los anticonceptivos posibles.  Deberá para ello sacar sus presuntos argumentos médicos que van a contrarrestar las ideas trasnochadas de la Iglesia…   ¡Siempre la Iglesia con esas ideas oscurantistas que promueve el Vaticano!  Bueno, nadie sabrá que en el fondo de toda esa metralla de argumentos sobre la libertad sexual y los “derechos reproductivos” que sus subalternos meterán en las cabezas de los estudiantes de todo el país, nadie sabrá que detrás de todo ese discurso tan “liberal” se esconde un excelente negocio de miles de millones de dólares, que vendrán de fuera para sus bolsillos y para los bolsillos de los miembros de su directorio.  ¿Derechos reproductivos?  No: Mermelada segura, negociado pues.

En el pretorio Alguien siente que el corazón y la mente no le dan para más, se siente morir.

Moneda 16:

Se pone furiosa cuando habla de los derechos de sus congéneres.  Parece que sufre de complejo de persecución.  Dice que todo lo ve desde la óptica de la feminidad.  Pero lo cierto es que cada vez que habla de la mujer se ahombra… y no se le nota más su feminidad.  Tiene sus amigos (¿o amigas?) que son sus aliados, esa gama de personas extrañas que ella también defiende: Transexuales, lesbianas, homosexuales, bisexuales, etc.  Ella y su gente abogan por una sociedad “libre”, “sin discriminación alguna” Poco a poco ha logrado que se use más frecuentemente la palabra “homofobia”, sobre todo si va dirigida a los que piensan distinto de ella y sus amigos (o amigas).  Su presencia en los medios de comunicación nos hace recordar al demonio andrógino que rondaba en el camino de Jesús hacia el Calvario…

En el patio del pretorio han presentado casi desfigurado a ese Maestro galileo…

Moneda 17:

Lo nuestro no es pecado, es amor, es sólo amor.  No nos importa lo que digan los demás, no importa lo que diga la gente.  No entienden nuestro amor.  Así piensa ella para sus adentros mientras espera a que se presente él, que está despidiéndose de su esposa y sus hijos.  Ella está convencida de que es amor y punto.  Adulterio no, es sólo amor y punto.  No es un adulterio, no, sino que es una cuestión del corazón…

El maestro galileo siente cómo esa capa de sudor y polvo se le ha pegado a las heridas abiertas.

Moneda 18:

Él es el rey en su cátedra.  Se ha convencido de que sabe mucho.  Y no va a permitir que ninguno de sus alumnos diga en su clase que es creyente, que es cristiano y menos todavía, católico.  Por eso ya desaprobó a dos alumnos el ciclo anterior, porque tuvieron la osadía -falta de respeto, pues- de decir que eran creyentes, ¡En su clase!  ¡Qué atrevimiento!  Pero por otro lado es un defensor acérrimo de la libertad y de los derechos humanos.  Parece que se ha olvidado que existe un derecho humano inalienable que es el de poder escoger y vivir libremente una religión.

En el pretorio alguien se ríe a carcajadas del Maestro galileo que está desfigurado.

Moneda 19:

Ella maldice una y mil veces que todos los hombres le miren.  Varias veces pensó en quitarse la vida.  Ni su madre le ha querido creer, nadie.  Se siente sucia, se tiene rabia, no se perdona.  Vive sombría, no ríe casi, dicen que tiene un carácter así, que es un poco apática.  Nadie sabe lo que ella lleva, sólo sabe que no se quiere perdonar a sí misma.  No permite que ninguna persona le toque, menos todavía un hombre. Nadie le ha dicho que ella no tuvo la culpa, que la culpa la tuvo su tío y su primo, que la obligaban a hacer esas cosas cuando su mamá iba a trabajar.  Y ella no se perdona…

El pretor ha entregado el Maestro galileo al arbitrio de los jefes judíos que harán con Él lo que quieran.

Moneda 20:

En la parroquia, es la señora más devota; en casa tiene una hija a la que odia visceralmente.  En la parroquia dirige el rosario cada tarde y también visita a los enfermos.  En casa no dirige la palabra a su hija y le dice que la odia.  En la parroquia es la señora más cercana a los sacerdotes, les felicita sus sermones.  En casa es intratable, es renegona, promueve la división en su propia familia.

Muchos, al verla y saber de sus “artes”, se convencen una vez más de que eso de practicar la fe es una hipocresía y punto.

A la salida del pretorio, los jefes judíos han agarrado a golpes al Maestro galileo.

Moneda 21:

“Pero mire, eso le va a costar un poco… No sé, ¿qué le parece unos cinco mil…?”  “Ok. Correcto, trato hecho”.  El doctor acaba de colgar el teléfono y se siente contento, de inmediato debe ir a mover esos papeles y hablar con sus colegas.  Bueno, tendrá que darle algo a cada uno, ya verá cómo hace. Entonces, a preparar el fallo de mañana, sí.  Debe ser contundente, al fin y al cabo no hay pruebas suficientes del delito de su patrocinado.  Sí, mañana el acusador e inocente irá a la cárcel, mientras que su amigo saldrá libre. Business son business.

El Maestro galileo ha recibido un golpe fuerte en la cara.

Moneda 22:

La encontraron muerta en un hotel de mala fama.  Al realizarle la autopsia se encuentran con que llevaba no sé cuántas bolsas gorditas con ese polvillo blanco.  Se le reventaron algunas en el estómago, murió tristemente.  Dicen que era estudiante y que no tenía dinero para seguir sus estudios y que un amigo le propuso el negocio y que por ello ganaría bien, sólo tenía que llegar al otro país y no tener miedo…

El Maestro galileo ha llegado a la casa del sumo sacerdote y le han recibido con escupitajos.

Moneda 23:

En el barrio de San Elías sólo queda él, de 21 años, que no ha probado de esas cosas.  Los que fueron sus amigos están ahora volados y volando.  ¿Te acuerdas de Juan?  Le da “liviano” y bien.   ¿Y Carlos?  Ya se le nota en los ojos, aunque él quiere disimularlo.  ¿Y esas chicas tan lindas de antaño?  Ahora ya se les ve muy poco, su vida es triste…  En el barrio de San Elías hay mucho humo y los chicos ya no juegan en la calle, ya no hay risas bonitas.  A eso de las 6 p.m. cada quien debe cerrar bien sus puertas y nadie puede salir… ni entrar.  Salvo que se trate de los que vienen a vender eso que la gran mayoría de chicos se fuma.

El Maestro galileo siente una angustia de muerte.

Moneda 24:

Ufff.  Nació bien gordita.  Los médicos celebran, aunque la enfermera se da cuenta de que esa niña que acaba de nacer no la pasará bien.  La madre tiene apenas 17 años y seguramente aún no es consciente de lo que ha sucedido en su vida.  Así es.  Pasan unos días nomás, y esa chiquilla ha vuelto a las discotecas y mañana llegará otra vez borracha.  Por enésima vez.  ¿Y su niña?  La pequeña llora y llora, una vecina trata de cuidarla.  Quizá cuando la niña crezca sea igual o peor que su mamá.  Y esa cadena y ese círculo vicioso no se romperá: vacío crea vacío…

En la casa del sumo sacerdote todos se ríen del Maestro galileo.  El lacayo aquel le ha dado una fuerte cachetada.

Moneda 25:

“Salud amigo, salud”, “No me digas profesor, dime Augusto”, “Yo soy tu amigo, ¿ok?”  Augusto suele tomar licor con sus alumnos y la pasa bien.   En lugar de prepararlos para la vida, él los malogra desde las aulas.  Pero mañana, después de “la resaca”, Augusto irá a gritar por las calles en contra del “gobierno corrupto y hambreador” que no le paga lo que le debe… “Siempre de pie, nunca de rodillas” dirá.  Salud Augusto, salud por tu sindicato “de educación”…

“¡¡¡Blasfemo, blasfemo!!!”  Así le han dicho al Maestro galileo en casa del sumo sacerdote.

Moneda 26:

Ellos son chicos bien.  Los Ladrón de Guevara y Aranjuez son una familia “bien”.  Bueno, familia que digamos no lo son tanto.  Papá está siempre en viajes de negocios, pero puntualmente hace las transferencias de dinero a las cuentas de sus críos.  La señora de la casa está muy ocupada, ahora mismo llamó por el celular diciendo que le envíen al chofer, que está saliendo del spa y ahora va a la reunión en casa de doña Pepi.  Los mellizos viven la vida.  Diego ayer chocó el Mercedes que papi le regaló hace poco, pero ya papi lo va a arreglar todo.  Joaquín acaba de llegar de un balneario del sur.  Dentro de poco saldrá con los Delacroix-Cousiño, van a juerguear esta noche y mañana otra vez a la playa. “¿Aló? Apá, ¿puedes enviarme un poquito más por fis? ¡Ya pé!…  ¡Gracias viejo, tú te pasas!!!”  Papi cuelga el fono, está en una “reunión de ejecutivos” en un hotel cinco estrellas, acompañado de unas señoritas también cinco estrellas, dicen…

Le han declarado reo de muerte.  El Maestro galileo está sólo…

Moneda 27:

Él es un honesto señor que durante toda su vida trabajó para sacar adelante a sus hijos. Ahora todos ellos son profesionales y tienen su vida hecha.  Está postrado en una cama de hospital público y siente como la vida se le va poco a poco.  En sus momentos de lucidez abre los ojos y ve a sus hijos discutir mientras su anciana esposa llora disimuladamente.  El hijo mayor habla a desparpajo, discute con los menores y dice que a él le corresponde la finca principal y quiere hacerle firmar unos documentos a su padre moribundo…  Los demás hermanos vociferan y cada quien reclama su parte… como buitres que esperan que un pobre animal termine de morir, porque así, muerto, les dará de comer también ahora…

Al Maestro galileo le han puesto la cruz y se lo llevan a crucificar.

Moneda 28:

Juana es una humilde mujer que nunca pasó el 4to grado de primaria, no le fue posible.  Era muy pobre y vivía en una puna de los Andes.  Conoció a un señor que la enamoró.  Nunca se casó en verdad, pero tuvieron cinco niños.  La rutina diaria era que él se iba a trabajar y llegaba borracho.  Primero fueron gritos, luego golpes.  Golpes a ella, luego golpes a los hijos.  Él nunca cambió a pesar de tantos perdones que ella le dio.  Luego de unos años él se fue, ella tuvo que criar a sus hijos sola.  Ellos ya están grandes, trabajan en la capital, pero dice la gente que ellos toman más que su padre.  En los últimos años ella ha vivido de la caridad de la gente en una choza que más parece una cueva.  Ella ahora se está muriendo en un hospital público con un cáncer cruel.  Doña María, que es catequista, ha logrado ingresarla con la ayuda del párroco.  Nadie viene a verle.  ¿Puede ser posible tanto sufrimiento para una sola vida, padrecito?

El Maestro galileo ha caído de cara al suelo y no se puede levantar.

Moneda 29:

Él dice que es un “librepensador”. Tiene una gran facilidad de palabra, ha escrito muchos libros y tiene la suerte de tener muchos amigos influyentes que siempre le dan espacios en los medios de comunicación.  Está preparando un libro que será el “boom” del año, claro que sí.  Ya todos lo verán… y lo leerán.  Está en los últimos capítulos, en los que ha empleado todas sus baterías para desarticular la “vieja moral”.  No tendrá pierde.  Es muy sutil, contamina rápido con sus ideas, suenan tan bien, son tan realistas, incluso hasta es espiritual, aunque difusamente.  Dos de sus novelas ya han llegado al cine.  Él es el rey.  Dentro de unos meses nomás, su nuevo libro será la biblia de los “librepensadores” y mantendrá en cautiverio a miles de humanos.

Los clavos, que más parecen estacas, acaban de atravesar la carne del Maestro galileo.

Moneda 30:

Las pequeñas no ríen. Todo el día las tienen en esa casa.  Ninguna sabe qué es lo que realmente pasa. Viene un señor y una señora y les toman fotos, pero ¿por qué les amenazan si no se desvisten?  Y les obligan a ponerse de tal y cual manera…  Ellas lloran, casi no hablan.  Todos los días es así, se las llevan y luego las traen.  Rara vez pueden ver la luz.  ¿La vida es así?

El Maestro acaba de expirar hoy.

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La pasión de Jesucristo no ha concluido.  Nosotros completamos en nuestra carne lo que falta a Su pasión.  Él sigue sufriendo y muriendo en muchos hermanos.  En los pequeños -en los inocentes- sigue sufriendo por obra y desgracia de otros hermanos que han perdido el sentido del mal y que no les importa sino sólo su propia vida. 

 Jesús sigue muriendo también hoy.

 ¿Podremos hacer algo hoy para aliviar a Jesucristo?

 Fr. Israel del Niño Jesús, R.P.S.

FOTO: http://destellodesugloria.org/blog/

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