El P. Gonzalo Moreno y el P. Carlos Ballbé, dos sacerdotes españoles, han sido nuestros invitados en Radio Mir Medjugorje, donde compartieron con nosotros su vocación, fruto de Medjugorje.

El P. Gonzalo oyó hablar de Medjugorje por primera vez en el año 2005, cuando falleció Juan Pablo II: “En aquella época trabajaba para un periódico en Madrid y nos llegó la noticia de que un vidente de Medjugorje había visto a Juan Pablo II durante una aparición. El Director del periódico le dio prioridad a esta noticia y mandó incluso a varios periodista a cubrir la noticia, ya que suscitaba mucho interés en general -yo fui uno de ellos. Mi opinión sobre Medjugorje era muy negativa: no creía en nada de aquello y estaba totalmente en contra. Cuando regresé a Madrid, pude entrevistar a varias personas que me contaron cosas extraordinarias sobre este lugar. Sin embargo, cuando vine todo cambió. Pude ver cómo la gente vivía la fe, los sacramentos y la inmensa devoción a la Gospa. Gracias a Medjugorje y a su espiritualidad, puedo seguir creciendo en mi relación con Dios, en mi relación filial con la Iglesia y en mi relación con la Virgen -mi Madre del Cielo. El fruto de Medjugorje es llegar a conocer a Dios en plenitud. En Medjugorje, la gente vive una experiencia real de Dios; deja de ser una teoría. Desde el 2006 ya he venido 20 veces. Recuerdo, que cuando regresé a casa tras mi primera visita, nadie creía lo que le contaba sobre Medjugorje. Ni siquiera me creyeron cuando entré en el seminario. Lo cierto es que tenían muchas razones para no creerme, ya que mi vida anterior no era nada ejemplar: estaba metido en el mundo de la droga; pero ahora sí que lo han comprobado, porque soy un verdadero milagro de la Virgen. Os animo a todos a venir a Medjugorje.”

El P. Carlos vino a Medjugorje por vez primera en 2005. “En primer lugar, quisiera decir que mi vida ha cambiado por completo, ya que es aquí donde he sentido la llamada de mi vocación y donde he sentido la experiencia del Dios cercano en mi vida. Toda mi familia ha cambiado gracias a Medjugorje. Yo creí en las Apariciones desde el primer momento. Mi vocación es el primer fruto de Medjugorje, porque la verdad es que  jamás pensé en ser sacerdote. Ha sido aquí donde he aprendido a rezar a la Virgen con el corazón. Había estudiado periodismo y quería ser corresponsal de guerra. También jugaba al jockey sobre hierba desde que tenía 5 años. Pero cuando volví hace dos años, se produjo un gran cambio en mi vida. Para mí el estar aquí de nuevo significa volver a las raíces – donde todo comenzó-, tomar un poco de aire fresco y respirar.”

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