En la tarde de hoy, viernes 27 de marzo, el Papa Francisco ha subido en solitario la escalinata de San Pedro hasta llegar con paso cansado al escenario improvisado donde se ha leído el Evangelio, tras el cual el Santo Padre ha pronunciado una brillante meditación comparando el actual miedo que sufre la humanidad con el temor que experimentaron los apóstoles al ser sorprendidos por una inesperada y terrible tormenta.

Posteriormente, ha dirigido sus pasos para orar ante el icono de la Santísima Virgen y ante la imagen de Cristo Crucificado de San Marcello, situados ambos en el acceso a la Basílica.

Bajo la lluvia, aprovechando la última luz del día sobre la Ciudad Eterna, el Papa Francisco ha orado por toda la humanidad. Una vez en el interior de la Basílica, ha seguido rezando en silencio ante el Santísimo Sacramento y ha extendido la bendición “Urbi et Orbi” de forma extraordinaria. Este gesto de amor y esperanza, de gran importancia para tantas y tantas almas, ha sido retransmitido por los medios de comunicación del mundo y por Centro Mir de Medjugorje a través de la página web de la Fundación Centro Medjugorje para países de lengua hispana.

ORACIÓN DEL PAPA

El Santo Padre:
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
R: Amén
Oremos: Dios omnipotente y misericordioso protege nuestra dolorosa condición conforta a tus hijos y abre nuestro corazón a la esperanza para que sintamos en medio de nosotros tu presencia de Padre.
Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
R. Amén
*Evangelio:
35 Aquel día, al atardecer, les dice Jesús: «Vamos a la otra orilla». 36 Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. 37 Se levantó una fuerte tempestad y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. 38 Él estaba en la popa, dormido sobre un cabezal. Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?». 39 Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar: «¡Silencio, enmudece!». El viento cesó y vino una gran calma. 40 Él les dijo: «¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?». 41 Se llenaron de miedo y se decían unos a otros: «¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!».
*Meditación del Santo Padre
*Oración ante la Imagen de la Salus Populi Romani:
Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!. Amén
*Antífona a la Cruz delante del Crucifijo de San Marcello: Se trata del mismo Cristo que en 1522 fue llevado en procesión por los barrios de Roma para terminar con la “Gran Plaga” en la ciudad y ante el que el Santo Padre rezó el pasado 15 de marzo de 2020, después de dirigir también una oración a la Virgen Salus populi Romani, cuyo icono se guarda y se venera en la Basílica de Santa María la Mayor.
Te adoramos Oh Cristo y te Bendecimos porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.
*Exposición del Santísimo Sacramento
*Adoración y Canto del Adoro te Devote: Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.
Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.
En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí se esconde también la Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.
No veo las llagas como las vio Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame.
¡Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.
Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.
Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego, que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea yo feliz viendo tu gloria.
Amén.
*SÚPLICA LITÁNICA
Te adoramos, Oh Señor
Verdadero Dios y verdadero hombre, realmente presente en este Santo Sacramento
-Te adoramos, Oh Señor.
Nuestro Salvador, Dios con Nosotros, fiel y rico en Misericordia
-Te adoramos, Oh Señor.
Rey y Señor de la Creación y de la Historia
-Te adoramos, Oh Señor.
Vencedor del Pecado y de la muerte
-Te adoramos, Oh Señor.
Amigo del hombre, Resucitado y vivo a la derecha del Padre
-Te adoramos, Oh Señor.
Creemos en Ti, Oh Señor
Hijo Unigénito del Padre, descendido del Cielo para nuestra Salvación
-Creemos en Ti, Oh Señor
Medico Celeste, que te inclinas sobre nuestra miseria
-Creemos en Ti, Oh Señor
Cordero Inmolado, que te ofreces para rescatarnos del mal
-Creemos en Ti, Oh Señor
Buen Pastor, que das la vida por el rebaño que amas
-Creemos en Ti, Oh Señor
Pan Vivo y Medicina de la Inmortalidad, que nos das la Vida Eterna
-Creemos en Ti, Oh Señor
Libéranos, Oh Señor
Del poder de Satanás y de la Seducción del mundo
– Libéranos, Oh Señor
Del Orgullo y de la presunción del poder prescindir de Ti.
– Libéranos, Oh Señor
De los engaños del miedo y de la angustia
– Libéranos, Oh Señor
De la Incredulidad y de la Desesperación
– Libéranos, Oh Señor
De la dureza del corazón y de la incapacidad de amar
– Libéranos, Oh Señor
Sálvanos, Oh Señor
De todos los males que afligen a la humanidad
-Sálvanos, Oh Señor
Del hambre, de la carestía y del egoísmo
-Sálvanos, Oh Señor
De la enfermedad, de la epidemia y del miedo al hermano
-Sálvanos, Oh Señor
De locura devastadora, de intereses despiadados y de la violencia
-Sálvanos, Oh Señor
Del engaño, de la mala información y de la manipulación de las conciencias.
-Sálvanos, Oh Señor
Consuélanos, Oh Señor
Mira a tu Iglesia, que atraviesa el desierto
– Consuélanos, Oh Señor
Mira a la humanidad, aterrorizada por el miedo y la angustia.
– Consuélanos, Oh Señor
Mira a los enfermos y moribundos, oprimidos por la soledad.
-Consuélanos, Oh Señor
Mira a los médicos y a los operarios sanitarios, afectados por la fatiga
– Consuélanos, Oh Señor
Mira a los políticos y administradores, que tienen el peso de las decisiones.
– Consuélanos, Oh Señor
Danos tu Espíritu Señor
En la hora de la prueba y la pérdida.
– Danos tu Espíritu Señor
En la Tentación y en la Fragilidad
– Danos tu Espíritu Señor
En el combate contra el malo y el pecado
– Danos tu Espíritu Señor
En la búsqueda del verdadero bien y la verdadera alegría
– Danos tu Espíritu Señor
En la decisión de permanecer en ti y en tu amistad
– Danos tu Espíritu Señor
Ábrenos a la Esperanza
Si el pecado nos oprime
-Ábrenos a la Esperanza
Si el odio cierra nuestros corazones
-Ábrenos a la Esperanza
Si el dolor nos visita
-Ábrenos a la Esperanza
Si la indiferencia nos angustia
-Ábrenos a la Esperanza
Si la muerte nos aniquila
-Ábrenos a la Esperanza
*El Santo Padre:
Oremos:
Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de Tú pasión; Te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de Tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.
El Cardenal Angelo Comastri, Arcipreste de la Basílica de San Pedro, anuncia la Bendición “Urbi et Orbi” (a la ciudad y al mundo), con la aneja indulgencia plenaria mediante la siguiente monición:
El Santo Padre Francisco a todos los que reciben la bendición eucarística también por radio, televisión y otras tecnologías de comunicación, otorga la indulgencia plenaria en la forma establecida por la Iglesia.
*El Santo Padre da la bendición con el Santísimo Sacramento
*Letanías del Santísimo Sacramento
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

 

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