Oh Señor Jesús,  nos has entregado Tu Cuerpo y Tu Sangre, para permanecer con nosotros para siempre. Sí, haz cumplido Tu Promesa que permanecerás con nosotros hasta el fin del mundo. Por eso te adoramos en el Santísimo Sacramento del Altar.  Que la fuerza de Tu Presencia limpie mi corazón y mis pensamientos. Que pueda adorarte solamente a Ti, que en estos momentos, pueda sinceramente glorificarte y darte las gracias.

 

Oh Señor Jesús,  en silencio quiero confiarte mi camino en la fe,  todos los deseos de mi corazón,  todas mis necesidades y planes, de una manera especial.

Esta noche Señor, quiero darte las gracias y pedirte rezar por todas las familias del mundo.

Gracias por el don de la familia. En este tiempo  del aislamiento, dentro de su familia, encuentren un refugio en Tu Paz. Que en la familia reconozcan la fuente del amor, de la felicidad, de la satisfacción  en su vida.

 

Señor, envía Tu Santo Espíritu,  para que nos llene con Su amor, para que nuestra  vida sea la fuente del bien en este mundo.

Envía Tu Santo Espíritu y renueva la faz de la tierra.

 

Oh Dios , que en este  admirable Sacramento,  nos dejaste el Memorial de Tu Pasión,  te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre, que experimentemos constantemente el fruto de Tu Redención,  Tú que vives y reinas,  por los siglos de los siglos.  Amén

 

Fr. Perica Ostojić

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