El P. Daniel Vidovic, sacerdote salesiano de Zepce, compartió con nosotros su experiencia de Medjugorje: “He venido a pasar el día para rezar por todas aquellas personas que llevo en el corazón y por todas la que participaron en mi formación. También he venido a rezar y a prepararme para las actividades que vamos a poner en marcha y que voy a llevar a cabo con los jóvenes. Ya desde pequeño oía hablar de Medjugorje: mi madre me contó que venía a Medjugorje cuando estaba embarazada de mí. Creo que mi llamada empezó aquí. Siempre que vengo siento paz y alegría en el alma -este es el lugar más hermoso al que puedo venir para rezar y estar en soledad. Esta es la paz espiritual que se respira en los que están en Medjugorje; es aquí donde podemos sentir y ver con claridad todas esas cosas que hemos hecho en la vida, las buenas y las no tan buenas, para alcanzar junto a nuestra Madre del Cielo la perfección y la fe, como Ella hizo. Regreso a casa con mucha fuerza para poder llevar a cabo todas esas cosas que necesito hacer. Siento que podré hacerlo con amor, fe y sacrificio.”

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