Ha dado comienzo el 31º Encuentro Internacional de Jóvenes en Medjugorje. Como punto de inicio, los jóvenes de la JUFRA desfilaron con banderas de los 110 países cuyos representantes venían a Medjugorje en años anteriores, y que este año no ha sido posible su participación debido a la pandemia del coronavirus.

El Papa Francisco ha dirigido un mensaje a los jóvenes en Medjugorje, traído a Medjugorje por el Nuncio Apostólico en Bosnia-Herzegovina, el arzobispo Luigi Pezzuto, quien se lo entregó a los jóvenes de la parroquia de Medjugorje para que lo leyeran a los jóvenes de todo el mundo.

”¡Queridos jóvenes! El encuentro anual de jóvenes en Medjugorje es un tiempo lleno de oración, catequesis y encuentros fraternos, lo que os brinda la oportunidad de conocer a Jesucristo vivo, de manera especial, en la celebración de la Santísima Eucaristía, en la adoración ante el Santísimo Sacramento y en el Sacramento de la Reconciliación. Por lo tanto, os ayuda a descubrir otra forma de vivir, diferente de la que ofrece la cultura de lo temporal, según la cual nada puede ser permanente y solo conoce el disfrute del momento presente. En esta atmosfera de relativismo, en la que es difícil encontrar respuestas verdaderas y seguras, el lema del Festival: “Venid y veréis” (Jn 1,39), las palabras que Jesús dirigió a sus discípulos, son una bendición. Jesús también dirige su mirada hacia vosotros, invitándoos a ir y quedaros con él.

¡No tengáis miedo! Cristo vive y quiere que viváis vosotros también. Él es la verdadera belleza y juventud de este mundo. Todo lo que toca se vuelve joven, nuevo, lleno de vida y significado (cf. Exortacion apostolica Christus vivit, 1). Esto es exactamente lo que vemos en la escena del evangelio, en la que el Señor pregunta a los dos discípulos que le siguen: “¿Qué estás buscando?” Y ellos responden: “Rabí, ¿dónde vives?” Y Jesús les dice: “Venid y veréis” (cf. Jn 1, 35-39). Fueron, vieron y se quedaron. La experiencia de conocer a Jesús quedó tan impresa en la memoria de los discípulos que, uno de ellos, dejó registrado incluso el momento del encuentro: “Eran aproximadamente las cuatro de la tarde” (v. 39). El mensaje del Papa Francisco concluyó con las palabras “Queridos jóvenes, corred atraídos por aquel Rostro que tanto amamos, al que adoramos en la Eucaristía y reconocemos en el cuerpo de nuestros hermanos y hermanas que sufren. Que el Espíritu Santo os anime en esa carrera hacia adelante. La iglesia necesita vuestro entusiasmo, vuestras intuiciones, vuestra fe” (op. ct., 299). En esta carrera por vivir el Evangelio, que inspira también este Festival, os confío a todos a la intercesión de la Bienaventurada Virgen María, invocando la luz y la fuerza del Espíritu Santo para que podáis ser verdaderos testigos de Cristo. Por eso pido, y os bendigo, pidiéndoos que vosotros también recéis por mí”.

En la víspera de Mladifest, se celebró una conferencia de prensa en la que el arzobispo Henryk Hoser, el Visitador Apostólico con carácter especial para la parroquia de Medjugorje, dijo en relación al lema del Mladifest de este año “Venid y veréis” que “ha habido controversias sobre Medjugorje durante casi cuarenta años, y que esas controversias se relacionan con la cuestión de las apariciones”. Pero, no es solo una cuestión de controversia sobre las apariciones, sino también sobre la actividad pastoral misma. Algunos son partidarios ardientes, y otros están en contra e incluso desafían nuestra ortodoxia, y una respuesta muy adecuada es: “¡Venid y veréis!” y entonces podréis dar testimonio sobre lo que habéis visto y vivido”, dijo Mons. Hoser.

La santa misa vespertina, vista por varios millones de personas del mundo entero, fue presidida por el Nuncio Apostólico, Mons. Luigi Pezzuto junto con 40 sacerdotes concelebrantes y la traducción simultánea a veinte idiomas con retransmisión en directo.

Mons. Pezzuto, en su sermón, habló sobre la relación con la Bienaventurada Virgen María.”En ese sentido, yo no os sugeriría tanto que le pidierais a la Virgen obtener su protección, que también hay que hacerlo, sino la verdadera piedad y devoción a María que pretende obtener algo más grande: es decir, la gracia para poder acogerla en nuestra vida, con su estilo de creyente y discípula, alegre, libre y fuerte, que sin ninguna duda nos llevará a Jesús”, dijo Pezzuto, a quien al final de la celebración eucarística, el párroco, fray Marinko Šakota, le agradeció su visita a Međugorje.

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