Homilía del Padre Juan Antonio Flores Osuna, MX, Superior Regional de los Misioneros Xaverianos en México, en la Misa de cuerpo presente del Padre Tiberio Munari, el 15 de septiembre 2016.

“Voy a enseñarles el camino mejor”

Comenzó su homilía el Padre Juan Antonio diciendo:   “No sé si era  porque se avecinaba, se acercaba este momento de compartir con ustedes, pero toda la mañana, todo lo que va del día me la he pasado como suspirando, como que algo, fuerte, me motiva, me mueve en este momento y quisiera que aún con sencillas palabras, recordásemos el paso del Padre Tiberio entre nosotros.

El día de ayer la palabra que nos acompañó en la Celebración Eucarística fueron también palabras muy a propósito: “ hermanos”, -dice: “voy a enseñarles el camino mejor”, hablando Pablo a los corintios y en verdad, yo pienso que eso es lo que podría como sintetizar todo el esfuerzo de ser pastor, todo el esfuerzo de ser acompañante de muchos, todo el esfuerzo que el Padre Tiberio invirtió para generar grupos, generar en muchas personas una aliento nuevo de vida, “voy a mostrarles el camino mejor”, eso es lo que ha querido él desempeñar en todo su Ministerio de Sacerdote, en todo su Ministerio Misionero, lo hizo, es demostrar el camino mejor para muchos.

Desde que llego, en San Juan del Rio en 1977, hasta nuestras fechas, fue un constante, un constante crecimiento en este empeño, en esta dedicación de su vida. Venía a México después de haber dado vida y después de haber puesto como en un camino de crecimiento a la Provincia Xaveriana de España. Quince años estuvo en España y fue mandado precisamente para que alentara el nacimiento de una presencia Xaveriana, justo allí, donde Xavier, el Patrono nuestro, había también cumplido, había nacido, y dado un testimonio para toda su nación.”

En México, la Madre le confió su Misión.    

Continuó comentando el P. Juan Antonio acerca de la llegada del Padre Tiberio a México: – “Llegaba a México y quizás no se imaginaba lo que sería de él, de su vida, como quedaría atrapado en las ansias, en la premura y en los gustos y en la misión que la Madre le confiaría. Llego en 1977 todavía robusto, todavía con energía, y aquí, hay, habría testimonios de los que lo conocimos allí, en esos años de San Juan del Rio, como era recio, como era fuerte, como era decidido, como llegaba todavía con ese espíritu español, de vigor, de fortaleza, al hablar también nuestra lengua.

Quizás en ese nacer en México, no se imaginaba, lo que sería de toda su vida y de cómo quedaría atrapado, en las ansias, en las preocupaciones, más en la Misión que le confiaría Nuestra Madre María, sus apariciones, sus mensajes, su ternura de Madre, pronto, lo fascinaron, lo fascinaron ganándole el corazón, ganándole su tiempo, ganándole sus energías de Sacerdote Misionero. Y pronto involucraría a muchos que también quedarían no solo admirados, sino también atraídos, quedarían contagiados, de lo mismo que en él iba creciendo, siempre más y más, el hombre recio que parecía de carácter indomable, se hacía niño ante la Madre, y en esa manera correspondía a lo que la Madre, le enseñaba, le indicaba y le mostraba como camino.

Cultivó una grande admiración por María de Guadalupe, por los mártires de México, por los santos y santas que dejan huella entre nosotros todos los creyentes y en un mundo convulso como es el actual, quiso que se hiciera presente la actualidad de María Reina de la Paz, ella le gano el corazón muy pronto y se hizo el promotor de sus mensajes y pienso que muchos de ustedes así lo han conocido, en este mundo, así convulso, él también, precisamente terminaba.

Último mensaje escrito

El Padre Juan Antonio relató cómo quedo en una hoja el último mensaje escrito del Padre Tiberio: “Fíjense que va a hacer un año que de su habitación, se le paso a otra habitación ahí en la casa que ustedes conocen de Zapopan, para poderlo atender mejor, que ya empezaba a dar señales de fatiga y de malestares. De su habitación se le paso a otro lugar y el día que se le paso a otro lugar, él estuvo trabajando por un rato y dejo en su máquina de escribir una hoja, en la que él estaba trabajando y es la que tienen en la esquela, en la esquela que está ahí en donde se les pide que escriban algún testimonio. Estas son las palabras que quedaron escritas en esa hoja y dice: “Haz que el Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos, para que sean preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra, que la Señora de todos los Pueblos, la bienaventurada Virgen María sea nuestra abogada, así sea.” Esta fue la oración que él dejo ahí, y ahí está todavía esta hoja, ahí está en su máquina viejita, el decía que era una Olivetti, yo no estoy seguro, pero él llego con una Olivetti de Italia, y cuando se la quisieron cambiar por una computadora, de esas velocísimas, no se encontró y él quiso de nuevo su Olivetti para que con dos dedos, así, trabajar sus mensajes y sus libros y este es el último mensaje escrito de parte suya que tenemos todavía ahí, en la hoja pegada a la máquina, en el rodillo de esa máquina. Para decir que deseó la paz para los pueblos, para decir que su corazón misionero invocaba al Espíritu sobre todos los pueblos para que se vean libres de corrupción, de calamidades y de guerra y que la Abogada de todo esto, sea ella, María, Reina de la Paz, no sabiendo quizás que poco a poco se asimilaba a ella, se asemejaba a ella.”

La Divina Voluntad

Prosiguió afirmando el padre Juan Antonio que el padre Tiberio en los últimos años promovía la Divina Voluntad: “Lo más característico de la Madre, su: Fiat Voluntas Tua, hágase “Tu Voluntad”, fue muy pronto lo que en los últimos años caracterizó su persona, caracterizó sus pensamientos más auténticos y profundos, el Fiat de la Madre, es decir que en estos últimos años la Divina Voluntad, le gano. La Divina Voluntad llenaba su vida, aprendiendo así de la Madre, una actitud para que los planes del Padre se cumplan, una actitud para que el secreto que hizo venir a Jesús al mundo también fuera como su secreto: la Divina Voluntad. A todo el mundo se la compartía en voz baja, a todo el mundo que se lo decía, le decía: “abre este círculo, abre este grupo, promueve esto, promueve lo otro”.

Me decía alguien, antes, cuando llegaba a esta casa hace un momento: “a mí me pidió que en las redes, en los medios electrónicos, promoviera, hiciera círculos digitales de la Divina Voluntad” y esto está haciendo esta persona y parece que le están correspondiendo, a través también pues, de las ondas digitales, se mueve este testimonio. En los últimos años ganándole este propósito, esta finalidad de promover la Divina Voluntad, también de esta manera sentía que se realizaba como misionero. ¿Por qué? Porque el misionero es el colaborador del Espíritu Santo, el misionero no va por su cuenta, no va por su lado, no sería auténtico misionero, si eso sucediese, el misionero es colaborador del Espíritu Santo y él hizo este camino, hizo esta conversión, hizo este proceso hasta que encarno también esta actitud.

No sé, pero entre las cosas que seguramente son un tesoro precioso que quedan para la Familia Xaveriana y todos ustedes que lo han admirado y lo han tenido por padre, por amigo, por acompañante en su crecimiento espiritual, su librito que quizá deshojado ya, en el que él siempre veía las oraciones, de la Divina Voluntad, y estaban ahí, hasta convirtió a uno de los enfermeros que le mandaron, ahí lo tenía al pobre, bueno, a lo mejor era hasta testigo de Jehová, pero tenía que escuchar el mensaje del padre Tiberio. “

Espíritu Misionero

Habló el Padre Juan Antonio del Espíritu Misionero del Padre Tiberio: “Misionero colaborador del Espíritu Santo, de ahí que esto último que dejo plasmado en su máquina de escribir refleja precisamente este Espíritu Misionero, de preocupación por todos los pueblos, por todos los pueblos y desde ahí que reconozca a María como: la Señora de todos los Pueblos. También, es una actitud en verdad que significó para él su camino, su verdad, su vida, que le hizo presente en su vida, el rostro de Cristo, es la actitud de los valientes, es la actitud de los creyentes auténticos, como creemos que él se esforzó en vivir. Estaba en la plenitud de su camino, de su servicio y se puede decir que esta plenitud la alcanzó conviviendo con todos ustedes, aprendiendo incluso con ustedes, desde que empezó en Chapala, ¿Quién me contaba que, en Chapala? Usted, (y señala al Sr. Aréchiga) ¿Verdad? desde que empezaron allá los grupos, a lo mejor se iba hasta a escondidas de los superiores, pero allá andaba, allá andaba el Tiberio con lo que todavía, dejaba con inquietudes a Obispos, a Sacerdotes, a Xaverianos ¿Y qué andará haciendo el Tiberio? Pues bien, todo lo que hizo.”

Sin fanatismosera libre.

Continúo hablando el Padre Juan Antonio refiriéndose al carácter del Padre Tiberio: “Sin embargo, sin fanatismo, su carácter le ayudaba precisamente a evitar el fanatismo y así también y eso que tenía la atención en la conducción de todos los que se acercaban a él, si, así como que los presionaba, pero era su premura por ver más empeño cristiano, pero sin fanatismos, sin fanatismos y era algo muy, muy propio también de él, con la certeza siempre de ser fiel a su vocación y a su misión. Nunca sintió que se desviaba, siempre se sintió cierto, convencido de su vocación y de su misión. Y si acaso algo brillaba extraño, la comunidad en que vivía, ahí en esa comunidad, discutía. Se discutían las cosas y aquí hay alguien con él que discutía, y a veces, se empezaban ahí a ver, a ver las palabras italianas, más, así fuertes, porque ahí se juntaban a veces las cosas, pero era interesante, era libre. Era libre para confrontarse, era libre, para expresar sus convicciones, era libre también para escuchar lo contario, para escuchar la objeción, era libre el padre Tiberio, ahora, cuando había llegado a su plenitud, cuando ya era con un corazón total, por decir en manos de Dios por medio de María.

Amor a la Iglesia, al Papa, a los Obispos

Siguió hablando el Padre Juan Antonio, refiriéndose al amor y el respeto del Padre Tiberio: “No se descomponía en sus modos, no se descomponía en el trato fraterno, aunque encontrase a veces que se daban y se dan dificultades en las Comunidades Xaverianas, no se descomponía nunca, más bien abierto, como digo, a toda situación, hacia él valer un testimonio, una presencia, en la que su sonrisa, sus comentarios que aligeraban la situación nos hacía estar a gusto con él. Y hay también en medio de todo esto, pienso, un amor muy grande a la iglesia, un amor muy grande al Papa, a los Obispos, un grande respeto. Él hasta en los últimos días en que pudo leer, pues siempre estaba ansioso en tener en la mano los discursos, las encíclicas, el periódico aquí de la diócesis, que alguien le llevaba, él se lo leía, de la primera a la última página, y estaba informadísimo de todo lo que en la Iglesia acontece, de lo que el Papa y los Obispos comparten con el pueblo de Dios.”

La herencia, la misión

Dijo el Padre Juan Antonio cual piensa él que es la herencia, la misión para los que hemos conocido al Padre Tiberio: “Él también como Pablo en la lectura de hoy quería hacer presente en comunión con la Iglesia, el Evangelio, dice: “Les recuerdo” -dice Pablo “el Evangelio, que yo les prediqué, este Evangelio los salvará, si lo cumplen”, yo pienso que estas palabras que hemos escuchado, es algo que también, es como la herencia y la misión de esta tarde para todos los que hemos conocido a Tiberio,” les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué, este evangelio los salvará, si lo cumplen”. Sea Nuestra Señora Reina de la Paz, sea la Divina Voluntad, sea lo que él creía, de tantos mensajes y de tanto que ustedes que iban y le compartían, todo es como su evangelio, y pienso que tiene esa, esta fuerza del testimonio que él nos deja, un evangelio que nos salvará, si  lo cumplimos como dice la palabra.

Admiración por lo que él decía

Compartió el Padre Juan Antonio lo que piensa acerca de la fuerza que tenían los encuentros con el  Padre Tiberio:  “Y quedamos, verdad, después de todo,  admirados por  las palabras que él decía como las gentes en el templo estaban admirados por las palabras de Simeón que al recibir a Jesús y a sus padres, profetizaba, y estaban admirados por las palabras que él decía, como pienso, como todo primer encuentro y encuentros posteriores de crecimiento con el Padre Tiberio, tenían esa fuerza de atraer y dejar admirados por lo que él decía,  por lo que él decía. A veces se pasaba de la raya, verdad, porque agarraba a una y no la soltaba: “tienes que…” “tienes que…”, “hacer esto, hacer lo otro”,…  –“me dijo el padre…”, admirados por lo que él decía, como presionados con lo que él decía, “…pues tengo que … empezar un grupo.”, ¿No? “…y tengo que decir esto y tengo que decir lo otro”, -admirados por lo que él decía.

Compartió la Pasión del Señor y la espada que atravesó el corazón de la Madre

Recordando el Evangelio del día, el Padre Juan Antonio mencionó refiriéndose al Padre Tiberio:  “Sabía que las penas, sabía de la espada de la Madre que le atraviesa su corazón, sabía de las penas de hoy,  de la Madre, de sus preocupaciones, que a través de tantos mensajes, a veces se difunden así, sabía de estas penas. Como el Evangelio nos recuerda hoy, que una espada atravesará el corazón de la Madre, sabía de estas penas y las compartía, las asimilaba, las hacia propias también y de esta manera como también Pablo dice, completo en su carne lo que falta a la Pasión de Cristo hoy, completo en sus últimos días en su carne lo que falta a la Pasión. Los que lo vieron ya postrado en sus últimos días, semanas, vieron como estaba su piel, ¿verdad?, como un papel de china, decía yo que con cualquier talloncito, ya era una llaga, era una herida, compartió la Pasión del Señor, compartió la espada que atravesó el Corazón de la Madre.”

“Me voy, me voy”… y se fue, un santo.

Y para concluir, el Superior Regional de los Misioneros Xaverianos en México mencionó lo siguiente: “Y pues estamos agradecidos, ¿Verdad?, por este bonito testimonio, y quiero dar gracias ahora concluyendo, a todos los que estuvieron cerca del padre Tiberio desde sus años en que él también admirado por lo que se iba revelando, también se quedaba fascinado y se entusiasmaba, hasta estos años en que fue apagándose,  hasta el último suspiro, fue todo pacifico su final: “me voy, me voy , estoy muy cansado, me voy”  y fue su suspiro,  pacifico, sin señales de desesperación, sin señales de terror o de miedo, “me voy”  y se fue,  con el último suspiro apagado, entre las manos de una de ustedes, allí.

Qué bueno que Radio María, que María Visión hicieron eco de estos momentos, les damos las gracias, en María Visión, creo que ahí inicio, también,  colaboró, verdad, en los inicios, con María Visión, el caso es que él compartía mucho con todos ustedes de esto,  los grupos a los que tanto quiso,  seguramente también, hay muchos aquí presentes y les damos las gracias por como ayudaron a este Misionero a crecer y a madurar y a dar, a servir su Misión entre el pueblo de Dios.

Anoche que yo decía ayudo a cientos, y me atreví a decir ya en voz baja miles, alguien dice: “no”, dice: “millones”, – yo “¡oh bueno!”, que bueno, ahí está la palabra, la dijo alguien, ¿Verdad?,  yo no me atrevía decir miles y vean, “millones”,- dice ella, bueno, eso. Muchas gracias de corazón y a nombre de la Familia Xaveriana,  a todos ustedes, a  los doctores, a las doctoras que lo acompañaron, lo asistieron, hasta la última, que le quito los dientes y luego dice él al padre Osvaldo: “me quitaron los dientes “, -dice: “pero no se me acabo el apetito, he”. Así que, era gracioso el hombre.

Y antes todavía fíjense, cuando tenía 95 años, y él decía “ya tengo 95” -dice, estábamos en la mesa del comedor: “y no me he cansado de comer”, así es, esto. Gracias, a todos ustedes, doctores, enfermeros, enfermeras que nos dieron su solidaridad sus atenciones, sirviendo a este hermano nuestro, tengan la certeza de que sirvieron a un Santo, (aplausos, prolongados).

Agradecimientos

Extendió el Padre Juan Antonio los siguientes agradecimientos: “Gracias también a los religiosos, a las religiosas, numerosas aquí hoy, gracias, por la cercanía, por la confianza que mostraron a este hermano nuestro. Gracias, a las amistades que tuvo, muchas de ustedes mujeres fueron muy queridas por él y no digo nombres, para que no tengan celos, pero muy,  muy apreciadas por él, muy estimadas por él. Y tantos también de ustedes varones a los que él fustigo, a los que el ánimo, a los que él lanzó por un camino que ahora llena sus vidas, que les da sentido y que los hace ser hombres nuevos en sus familias, en sus comunidades, gracias por haber respondido a este mensaje de Tiberio. Gracias a los sacerdotes del clero diocesano y religiosos que nos acompañan también hoy, son numerosos. Y a nombre de Xaverianos, gracias por los espacios que facilitaron para el mensaje que Tiberio quiso promover en esta ciudad, diócesis, y desde aquí para muchas otras gentes. Gracias a los que colaboraron con él, abriendo espacios y dándole apoyo y amistad. Gracias a los bienhechores siempre tan cercanos y tan amigos, muchas gracias por todo.” (aplausos).

Saludos del extranjero

Para finalizar el Misionero Xaveriano, compartió algunos saludos del extranjero: “Hemos recibido saludos de muchas partes del mundo, así que millones, tiene razón, ¿Verdad?, la voz. Saludos de África, del padre Natalio, que conocen muchos de ustedes, nos mandó un mensaje, dice: “he recibido esta mañana la triste noticia  de la muerte del querido padre Tiberio, quiero asegurar a ti y a todos los hermanos de la querida Región de México, mi cercanía en este momento de dolor, con ustedes le doy las gracias  a Dios por todos los dones  concebidos al padre Tiberio durante su larga vida y le pido a Dios que recompense al padre Tiberio por todo el bien que  ha hecho a la Familia Xaveriana, y a tantas personas en los distintos países en donde él ha trabajado”.

¿Conocieron al padre Luigino?, Si, Luigino desde la China, manda un saludo, dice: “Como lo siento, padre Tiberio acompaño de manera muy generosa y activa a la Región de México, sintiéndola siempre como su familia, la quiso, la sirvió,  la comprendió, la animó a  amar siempre mejor su Vocación Misionera como Hijos de Conforti, la supo perdonar muchas veces con tacto y delicadeza. Me llamó la atención el hecho de que el padre Tiberio fue llamado por Dios entre la Fiesta de la Exaltación de la Cruz…” –antigua fecha, ¿Verdad? “… y la Memoria de Nuestra Señora de los Dolores, hoy, Padre Tiberio nos dio el ejemplo de cómo recibir en nuestra propia casa a María, Jesús en la Cruz que le dice a Juan: ¿’He ahí a tu Madre’ y desde aquella hora el discípulo la recibió en su propia casa, Tiberio nos enseña”, –dice el padre Luigino,  “a recibir en nuestra propia casa a María, ahora el padre Tiberio podrá vivir más plenamente aquel ‘Mujer ahí tienes a tu hijo’ es lo que Jesús le está diciendo a Tiberio ‘Mujer ahí, tienes a tu hijo’, un abrazo acompañando por la oración para cada uno de ustedes”.

Y así, muchos otros, han querido expresar desde Brasil, desde el Reino Unido, desde Filipinas, y otros lugares su cercanía con la Familia Xaveriana, con todo los amigos del Padre Tiberio, en estos momentos y todos con bonitos recuerdos del paso del Padre entre nosotros. “

Memoria y Biografía del Padre Tiberio

El Padre Juan Antonio pidió recuerdos, testimonios y anticipa la edición de una Biografía: “Ojalá que también ustedes, si no pueden dejar escritos hoy algún recuerdo, en las hojas que están en las mesas,  ahí en el ingreso, lo hagan por el facebook de Xaverianos o por la página Web de Xaverianos México y ahí nos dejen algún bonito testimonio, recuerdo que vamos a atesorar seguramente para elaborar una Memoria de Padre Tiberio.

No sé si algunos de ustedes estuvieron, cuando el padre Tiberio celebró sus 70 años de sacerdocio, ¿Alguien estuvo? Se acuerdan que al final de la misa yo le dije: “Bien Tiberio ya escribiste muchos libros sobre la Virgen, ya escribiste mucho de Santos, de mártires y de Conforti, ahora queremos que escribas sobre ti, queremos que escribas tu biografía”, y él se puso, verdad, y todo: “Si el superior lo manda” y todavía después que le decía yo:  “Tiberio ¿Ya empezaste a escribir?” –”Es que no sé, ¿Pero tú como Superior, me lo mandas?”-Tiberio: te lo mando como Superior”.  Y se puso a contar la historia de su vida, vamos a poner hoy sobre este féretro como un signo de lo que ya es su biografía.  Me han prometido que el próximo lunes, me dan todo, por decir el manuscrito, para pensar luego en la edición de Biografía del Padre Tiberio.

Concluyó el Padre Juan Antonio pidiéndole a una persona de las que asistieron a la Misa: “Y por favor pon esto ahí”. Ahí están las notas de lo que el padre Tiberio le fue dictando a Gaby, así que si Dios quiere, esperamos que para noviembre ya esté todo listo y  lo puedan tener si gustan, en sus manos, muchas gracias (aplausos).

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