El Señor espera de nosotros una respuesta especial; esto no es solo un problema, sino, una oportunidad para movernos.  Y creo, como vemos, que estamos respondiendo, los parroquianos,  peregrinos,  cada vez más ¡estamos respondiendo! Y esta es la verdadera respuesta a lo que estamos pasando.

Que a través de la oración, nos acerquemos a Jesús. Que esta crisis, esta dificultad, se convierta en algo muy bueno,  que nos acerque a Jesús. Y eso es algo más valioso, más grande, más bonito que puede pasar en general.

Cuando todo va bien, a veces eso nos aleja de Jesús, no tenemos tiempo para Él, no encontramos tiempo para la oración; y ahora con esta situación decimos: “Dios, gracias a esto, he vuelto a Ti, gracias por lo que está pasando”.

Hermanos y hermanas, también hay que entender bien con respecto a las indicaciones sobre la Comunión. Después, podéis volver a comulgar como queráis vosotros, pero ahora es el momento de respetar esta indicación de comulgar utilizando las manos en vez de recibirla directamente en la boca por motivos razonables; y sabed una cosa siempre: no importa el cuerpo solamente, ahí no termina la Comunión. La Virgen nos enseña que hagamos cosas con el corazón: ¡hay que recibir a Jesús con el Corazón!

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