OCTAVO DÍA (23) Tema: LA EUCARISTÍA

Oración al inicio de la novena cada día según indicación de la Virgen

Invocación al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un
rayo de tu luz.

Ven, Padre de los pobres,
ven, dador de los dones,
ven, luz de los corazones.

Consolador magnífico,
dulce huésped del alma,
suave alivio.

Descanso en la fatiga,
brisa en el ardiente estío,
consuelo en el llanto.

¡Oh, luz santísima,
llena lo más íntimo
de los corazones de tus fieles!

Sin tu ayuda
nada hay en el hombre,
nada que sea bueno.

Lava lo que está sucio,
riega lo que está seco,
sana lo que está enfermo.

Doblega lo que está rígido,
calienta lo que está frío,
endereza lo que está desviado.

Concede a tus fieles
que en Ti confían,
Tus sagrados dones.

Dales el premio de la virtud,
dales el puerto de la salvación,
dales la felicidad eterna.
Amén. Aleluya, Aleluya.

V. Envía Tu Espíritu Señor
y será una nueva creación.
R. Y renovarás la faz de la tierra.

Oremos

Oh Dios, que has instruido los corazones de tus fieles con la luz de tu Espíritu Santo, concédenos por este mismo Espíritu, gozar siempre de su consuelo. Por Cristo Nuestro Señor. Amén

La Eucaristía siempre ha sido el centro de la espiritualidad en Medjugorje. La Virgen desde el inicio introdujo a los videntes y a la parroquia en una profunda espiritualidad eucarística. Hasta el punto, que su aparición diaria ocurre, precisamente, veinte minutos antes de la gran concelebración eucarística; con todos los sacerdotes y peregrinos que llegan al Santuario. De esta manera, la aparición de la «Gospa» viene a ser una preparación para un encuentro más significativo de los fieles: el de la presencia de Jesús en el Altar. En Medjugorje todos entienden que la Eucaristía es lo primero.

La misma Virgen recomienda que «es mejor para los fieles permanecer en la iglesia preparándose para la Eucaristía, que estar con los videntes en el momento de la aparición». Y a ellos les ha enseñado que «comulgar vale más que ser vidente». También les ha dicho que: «Si tienen que escoger entre ir a Misa y encontrarse conmigo en la aparición prefieran la Eucaristía porque en ella está presente mi Hijo y en la aparición estoy yo».

La Madre de Dios también se lamenta porque muchos católicos no entienden lo que es la Eucaristía. Un día apareció llorando, y al preguntarle: «por qué lo hacía» respondió: «Porque muchos no saben el valor que tiene la Eucaristía». Fue entonces cuando pidió que antes de participar en Misa los fieles se prepararan, al menos, con 15 minutos de oración y al finalizar hicieran otro tanto «para agradecer a Dios por los múltiples beneficios recibidos».

Por tal razón en Medjugorje, antes de iniciar cada día la Misa vespertina, se rezan 10 misterios del Rosario y al concluir el Credo, siete Padrenuestros, siete Avemarías y siete Glorias; para dar paso después a la tercera parte del Rosario. La Virgen ha mencionado, además, que «el momento más solemne de la Eucaristía y donde más gracias se pueden recibir, es durante la Consagración».

Y en relación al culto de la Eucaristía fuera de Misa la «Gospa» recomienda: «Que se Adore sin interrupción el Santísimo Sacramento del Altar. Yo estoy siempre presente cuando los fieles están en Adoración. En ese momento se obtienen gracias particulares». Es incomprensible, pues, el mensaje de Medjugorje sin la referencia explícita a la Eucaristía. La Virgen pide a los fieles «de ser posible asistir a Misa todos los días». Y ha dicho «que la Eucaristía es la mejor y más completa de todas las oraciones».

El 25 de abril de 1988 dio el siguiente mensaje que nos enseñará a valorar el gran tesoro que tenemos los católicos en nuestras iglesias:

«¡Queridos hijos!: Dios desea haceros santos y por eso a través de mí os invita al abandono total. ¡Que la Santa Misa sea para vosotros la vida! Trabajad para comprender que la iglesia es la casa de Dios; el lugar donde yo os reúno y deseo mostraos el camino que os conduce a Dios. ¡Venid y orad! No estéis fijándoos en los demás y no los critiquéis. Que vuestra vida sea, por el contrario, un testimonio en el camino de la santidad. Las iglesias son dignas de respeto y consagradas, porque Dios que se hizo hombre permanece en ellas día y noche. Por lo tanto, hijos míos, creed y orad, para que el Padre os acreciente la fe, y luego, pedid lo más conveniente. Yo estoy con vosotros y me alegro por vuestra conversión. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!»Mensaje de la Virgen 25-4-88

PRECES

Celebrando la memoria de la que es bienaventurada por todas las generaciones, presentemos nuestras voces suplicantes al Padre, que la llenó de gracia.

  • Por la Iglesia: para que, a ejemplo de María, acoja con fe la Palabra de Dios, la proclame con fuerza y la distribuya a todos los fieles como pan de vida. Roguemos al Señor.
  • Por todas las almas consagradas: para que, a ejemplo de María, presenten cada día a Dios Padre las necesidades de todos los hombres e intercedan por la salvación del mundo. Roguemos al Señor.
  • Por los hombres de buena voluntad: para que la honestidad y la bondad de sus vidas sean semilla de esperanza en Cristo salvador. Roguemos al Señor.
  • Por los enfermos y por todos los que sufren: para que, unidos a Cristo y a María, ofrezcan sus dolores por la reconciliación de todos los hombres. Roguemos al Señor.
  • Por nuestra comunidad, reunida para celebrar el culto divino: para que aprenda de María a amar la Eucaristía y hacer de la propia vida una ofrenda agradable a Dios y del culto un compromiso de vida. Roguemos al Señor.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que acogiste complacido la disponibilidad de la Virgen María para ser Madre de tu Hijo, ayúdanos a ser como Ella, creyente y modelo del culto divino, en todos los momentos de nuestra vida. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Oración al fin de la novena cada día según indicación de la Virgen

El Magníficat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Lc 1:46-55.

(Gloria al Padre)

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