En la cuarta meditación de Cuaresma con fray Stanko Mabić hemos reflexionado sobre el tema de la prueba. Fray Stanko explicó al principio la diferencia entre la prueba y la tentación, señalando como muchos confunden estos dos términos.

“La prueba viene de Dios, y Dios en la prueba, está probando nuestra fidelidad. El resultado de esa prueba es siempre la vida, Dios nos introduce aún más a la vida. La tentación viene de Satanás, que quiere seducirnos en esa tentación y llevarnos a la muerte. ¿Cómo pues distinguir la prueba de la tentación? Son muchos los parámetros, y aquí mencionaría lo primero que nos llama la atención: La prueba que viene de Dios siempre es a primera vista repulsiva, difícil, inimaginable, indeseada, queremos escapar de ella… La tentación que viene de Satanás es siempre hermosa, atractiva, nos seduce, es agradable a la vista, pero si la aceptamos, será el vestíbulo de muerte para nosotros”, dijo al principio fray Stanko Mabić y añadió como en la Biblia tenemos muchos ejemplos, y mencionó uno de los más claros sobre la prueba “cuando Dios le dice a Abraham: Toma a tu hijo Isaac y sacrifícalo. (cf. Gn 22, 1). ¿Cómo creéis que se sintió Abraham? Hubiese preferido decir: yo no puedo hacer eso. Si Dios le hubiera dicho a Abraham: ¡Has pecado!, o: Ha sucedido algo, ¡ve y entrega tu vida por mí!, no sería ningún problema. ¿Pero, que él mismo tenga que tomar el cuchillo con su mano paterna y sacrificar a su propio hijo? Esa prueba es tan dolorosa, tan repulsiva, que nos gustaría escapar de ella lo más lejos posible”.

Entonces, puso ante nosotros el ejemplo de la tentación que, según sus palabras, “siempre es dulce y atractiva. Satanás le dice a Eva: Mira ese árbol, si comes los frutos de ese árbol, ¡serás como Dios! Le susurra al oído… Y la Sagrada Escritura dice: Eva miró ese árbol y escuchó la voz de Satanás, la voz de la tentación; para sus oídos y ojos era tan tentador, seductor y hermoso que lo probó” (véase Génesis 3, 1-7)”.

“Leyendo la Biblia, vemos que Dios prueba al hombre constantemente. Estamos constantemente puestos a prueba. En la Biblia a menudo leemos que Dios pone al hombre a prueba con un determinado propósito. Tal vez se trate de tres objetivos claros”.

“Primero, Dios en la prueba quiere probar la fidelidad del hombre. Leemos en el Libro de Tobías que el ángel Rafael le dice a Tobías: “Me han enviado para probar tu fe” (cf. Tob 12, 18). La cita correcta es: “He estado con vosotros, no por mi propia iniciativa, sino por voluntad de Dios.” Es decir, Dios envió a Rafael a Tobías para probar su fe”.

“El segundo objetivo de la prueba es que Dios quiere examinar el corazón del hombre, es decir, lo que está dentro de su corazón”.

“El tercero es purificar al hombre. En el Libro de la Sabiduría leemos: “porque Dios los puso a prueba, y los encontró dignos de él. Los probó como oro en el crisol (Sab 3, 5b -6a) y los encontró dignos de él”, dijo fray Stanko en su meditación explicando como Dios prueba a su pueblo en el desierto, pero también que “la prueba es buena para el hombre”.

“El Salmo 139 (138), 23-24 dice: Sondéame […] ponme a prueba y conoce mis sentimientos, mira si mi camino se desvía, guíame por el camino eterno”. Todos los profetas fueron probados. En la prueba, lo más importante es ser fiel a Dios porque Dios sabe cómo me siento. Él me dio esa prueba. Si le permanezco fiel, recibiré una recompensa inconmensurable”, nos dice fray Stanko en esta meditación cuaresmal, refiriéndose a la prueba de Jesús en el Huerto de los Olivos, en Getsemaní que, según sus palabras, “particularmente llama la atención”.

“En Jesús vemos la prueba y la tentación al mismo tiempo. El Espíritu Santo lo lleva a la prueba al desierto, donde tendrá hambre y sed durante 40 días. Satanás viene a él cuando se sentía impotente, cuando fue difícil para él. Sin ayuno, oración, comunión con Dios y sin leer la Sagrada Escritura y la Palabra de Dios, no podremos resistir. Jesús fue al desierto, pasó por la prueba y la tentación, no porque lo necesitaba, sino para mostrarnos el camino”, dice fray Stanko quien concluyó su meditación con una recomendación para todos: “Si no ponemos énfasis en la oración, el ayuno, la lectura de la Sagrada Escritura, si no recordamos las palabras de la Escritura inspiradas por el Espíritu Santo, no podremos resistir la tentación de Satanás ni superar la prueba. Cuando Satanás le dice a Jesús que multiplique el pan, u otra cosa, Jesús siempre responde a cada una de las tres tentaciones con citas de la Sagrada Escritura: de Moisés, la Ley y los Profetas, porque tenía esas palabras de la Sagrada Escritura grabadas en la memoria. Y podía conocerlas de memoria, porque las leía, estaba en presencia de Dios a través de su Palabra. Si no leemos la Sagrada Escritura, si no pasamos tiempo con Dios, si no ayunamos y oramos, cuando vengan la prueba y la tentación no tendremos la fuerza para resistir, no tendremos la palabra adecuada, la palabra del Espíritu Santo”.

Las meditaciones cuaresmales se transmiten todos los miércoles de Cuaresma en nuestras video plataformas después del programa vespertino de oración, y la meditación de esta semana, sobre la prueba y la tentación, impartida por fray Stanko Mabić podéis verla AQUÍ.

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