Reflexión del Padre Gustavo E. Jamut, acerca del mensaje del 25 de junio de 2023 a Marija Pavlović

 

“¡Queridos hijos! El Altísimo me permite estar en medio de ustedes, para orar por ustedes, para ser su Madre y su refugio. Hijitos, los invito: regresen a Dios y a la oración, y Dios los bendecirá abundantemente. Gracias por haber respondido a mi llamado”.

¡Queridos hermanos reciban hoy y siempre la paz y la alegría de Jesús y de María!

Te invito a que en esta ocasión reflexionemos sobre la siguiente afirmación que Nuestra Madre hace en este mensaje del 25 junio, al decirnos: El Altísimo me permite estar en medio de ustedes”.

Dónde está María también está Jesús. Y dónde está Jesús, también está el Padre y el Espíritu Santo.

Esta presencia de Dios, Uno y Trino en medio nuestro -e incluso habitando en nosotros- la encontramos repetidas veces en las Sagradas Escrituras.

A continuación, mencionaré sólo algunos versículos que pueden servirnos también para la oración personal; y para reafirmar la fe y la seguridad de que no estamos solos en nuestro diario caminar; pues la Virgen María y Dios caminan junto a nosotros y están en medio nuestro.

 

1ª afirmación: Dios Padre hoy está junto a ti para protegerte si se lo permites.

Deuteronomio 7:21: “No tiembles delante de ellos, porque en medio de ti está el Señor, tu Dios”.

Sofonías 3:15: “El Rey de Israel, el Señor, está en medio de ti: ya no temerás ningún mal”.

Esta afirmación me lleva a recordar las palabras de una canción de la hermana Glenda: “porque tengo miedo, si nada es imposible para ti”.

Quien cree firmemente que Dios Padre está a su lado, no temerá ningún mal. Por eso la Reina de la Paz nos invita a orar, ya que la oración hace que la presencia de Dios sea más poderosa y eficaz: “Hijos míos, quien reza no teme el futuro, y quien ayuna no teme al mal”. (25/1/2001)

Es importante que desarrollemos un pensamiento que tenga presente la continua presencia de la Primera Persona de la Santísima Trinidad. Él es nuestro Padre, y quiere tener con nosotros un vínculo profundo e íntimo.

Hoy, en un clima de oración y en la seguridad de que Dios está junto a ti, pregúntate: ¿cuáles son mis miedos más frecuentes? ¿Cómo es mi oración para fortalecer la conciencia de la continua presencia de Dios a mi lado?

A medida que en nosotros crece la conciencia de la presencia de Dios y de María, también aumenta en uno la fe y disminuye el temor y el miedo. Esto le permite a Dios obrar con poder, liberando de cadenas y de ataduras espirituales y emocionales, sanando enfermedades, convirtiendo mentes y corazones, abriendo puertas de bendición y realizando milagros en nuestro tiempo.

 

2ª afirmación: El Espíritu de Dios está junto a ti y vive en ti.

María es la esposa del Espíritu Santo; por lo tanto, donde está la Virgen María también está el Espíritu de Dios.

Esta presencia del Espíritu Santo en medio nuestro ya es afirmada en el Antiguo Testamento, por el profeta Ageo 2:5: “Mi espíritu permanece en medio de ustedes. ¡No teman!”. Por lo cual, nuevamente se nos invita a no tener miedo. A rechazar el temor con la oración al Espíritu de Dios que vive en nosotros.

Pablo les reprocha a los cristianos de Corinto el hecho de que viven como si no creyesen en que el Espíritu Santo habita en ellos (y en nosotros): “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños…” (1 Corintios 6:19-20).

María y Jesús están intercediendo por ti ante el Padre, para que abras cada compartimento de tu mente y de tu corazón al obrar del Espíritu Santo: “Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Defensor para que los acompañe siempre” (Juan 14:16).

De este modo el Espíritu Santo se moverá en ti con libertad, desatando los nudos que te impiden ser espiritual y emocionalmente libre: donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad” (2 Corintios 3:17).

Entonces puedo preguntarme: ¿qué nivel de conciencia tengo de que soy templo del Espíritu Santo y que por lo tanto él habita en mí?  ¿Hasta qué punto me dejo mover y guiar por el Soplo de Dios?

 

3ª afirmación: Jesús está junto a ti de diversas formas.

La Reina de la Paz nos dice: regresen a Dios y a la oración”, y tal vez tú puedas pensar: “pero si yo rezo todos los días”.

Pero lo que Nuestra Madre nos quiere transmitir es que regresar a la oración de corazón implica convertir nuestro modo de pensar, para verlo todo con la mirada de Dios.

Es un nuevo modo de vernos a nosotros mismos, el modo de ver la vida; y de ser necesario cambiar hasta nuestro modo de ver a Dios y de replantearnos nuestro modo de servir en la evangelización, para servir al Señor como él quiere y merece ser servido.

Solo a través de la oración hecha con el corazón podremos descubrir el rostro de Dios en los hermanos, en quienes están junto a nosotros, y amarlos con su corazón; pues él nos ha dicho: “Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”. (Mateo 25:40)..

Solo a través de la oración hecha con el corazón podremos vibrar de gozo ante Jesús Eucaristía, comprendiendo el poder de su presencia: “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene nunca tendrá hambre; y el que en mí cree no tendrá sed jamás”. (Juan 6 35).

Solo a través de la oración podremos creerle al Señor quien nos ha prometido: Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20)

Solo a través de la oración y el ayuno podremos experimentar a Jesús como humilde servidor nuestro: “yo estoy en medio de ustedes como el que sirve” (Lucas 22:27).

Y disfrutaremos al gustar como Dios nos sirve en los detalles de todo lo creado, a través de quienes nos rodean y por medio de mil detalles cotidianos. De este modo también nosotros podremos ser católicos servidores, comprometidos de verdad.

 

Padre Gustavo E. Jamut, omv

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