Qué bueno sería que en cada mensaje que la Reina de la Paz nos comparte, siguiésemos los siguientes pasos:

  1. Lectura pausada y serena.
  2. Meditación y reflexión, que ilumine nuestra vida cotidiana.
  3. Orar los con el corazón, atentos a la escucha de lo que nos quiera decir el Espíritu Santo, que es el Dulce Huésped del alma.
  4. Tomar uno o dos propósitos de vida inspirados en el mensaje y que durante el mes podrían ser un propósito particular para transformar en vida.

Sin embargo, en esta ocasión, quiero compartir contigo no tanto una reflexión, sino ayudarte a orar con el corazón, en base a algunas palabras con las que nuestra Madre nos ofrece su consuelo en este mensaje.

Para esta oración te propongo que oremos con cuatro palabras o situaciones de vida y emocionales acerca de las cuales nos habla la Virgen Santísima; ellas son:

  1. Problemas
  2. Tribulaciones
  3. Penas
  4. Inquietudes

 

Introducción a una oración contemplativa

Cierra tus ojos, e imagina que estás delante de la Reina de la Paz, quién te mira con un tierno amor, y a través de su mirada te das cuenta como ella comprende todo lo que hay en tu interior.

Quédate sumergido en la mirada de María todo el tiempo que te sea posible, pues a través de esa mirada, ella fortalece y sana tu corazón…

Luego contempla como ella extiende su mano izquierda, para que en esa mano extendida pongas:

  1. Los problemas.
  • Háblale de tus problemas personales…, y luego toma un momento de silencio para percibir lo que Ella quiere trasmitirte en lo profundo de tu corazón.
  • Háblale de los problemas de algunos miembros de tu familia, y después pídele a María que interceda ante su Hijo por esos familiares que le estás presentando.
  • Pon en esa mano extendida: a los laicos comprometidos con Dios y con la Iglesia, al Papa, a sus hijos los obispos, sacerdotes y diáconos, a las religiosas y religiosos, a los seminaristas y jóvenes en formación, a los muchachos y chicas que el Señor está llamando al sacerdocio, y a la vida religiosa, pero también a formar familias cristianas comprometidas con la Iglesia y con la sociedad.
  • Finalmente, pon en la mano y en el Corazón Inmaculado de María, todas las situaciones de tu país y del mundo entero, recordando que Dios te ha concedido -a través del Sacramento del bautismo y de la confirmación- la fuerza espiritual para ser copartícipe de las bendiciones que él quiere derramar sobre la tierra.
  1. Las tribulaciones
  • Háblale de tus tribulaciones. Este término se refiere a las situaciones adversas o desfavorables que padece una persona y que al ser repetitivas pueden tener un origen diabólico; pero también pueden ser parte de un proceso por medio del cual Dios nos está llamando a una nueva conversión para que cambiemos algo de nuestra vida, o para que tomemos decisiones que están siendo inspiradas desde lo alto.
  • Una persona atribulada es alguien que está bloqueado en algún punto de su vida, sin saber bien cómo seguir adelante.
  • Sin embargo hay una respuesta de parte de Dios que es necesario descubrir, para que se abran esas puertas de bendición.
  1. Las penas
  • La pena es el sentimiento de tristeza provocado por una situación adversa.
  • Es como cuando alguien está andando en bicicleta con un fuerte viento en contra y queriendo subir una pendiente no logra avanzar o lo hace con demasiada dificultad.
  • Por eso, toma un tiempo para poner en la mano y en el corazón de la Virgen Santísima, todas las situaciones adversas que se te hayan presentado en el último tiempo, y luego dile a Dios que se haga su voluntad.
  1. Las inquietudes
  • La inquietud es contraria a la quietud del corazón y a la paz profunda que la Virgen y Dios quieren que habiten en nuestros corazones.
  • En la mayoría de los casos la inquietud y la ansiedad no tienen un origen determinado, pero son emociones negativas alimentadas por las heridas del alma aún no sanadas, la falta de confianza en Dios, y una cierta incapacidad para discernir lo que se mueve en nuestro mundo interior.
  • Las inquietudes crónicas terminan afectando el sistema nervioso y algunos órganos del cuerpo, especialmente lo que se refiere al estómago y a los intestinos.

Los problemas forman parte de la vida de todo ser humano, pero recordemos que en este mensaje la Gospa nos invita nuevamente no sólo a orar, sino también a ser nosotros mismos oración. Esto nos liberará de las raíces profundas que la inquietud quiere arraigar en nuestro corazón.

Termina tu oración contemplando a la Virgen María que pone su mano derecha sobre su pecho, y pídele a Ella que también ponga su mano maternal sobre tu pecho y que libere tu corazón de todo aquello que le inquieta.

 

Oración

Extiende tu mano, Reina de la Paz, pues todo lo puede tu delicado y tierno amor.

Hoy te proclamó a ti como mi consuelo, y a Dios, como mi Señor y Salvador.

Reina de la paz, cambia mi corazón por el tuyo.

En tu corazón Inmaculado no hay inquietud ni tinieblas, sino sólo paz y luz.

Ahora extiende tu mano y cambia mi mente y mi corazón.

 

Padre Gustavo E. Jamut, omv

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