P. Livio: Queridos oyentes, aquí tenemos en directo a Marija de Medjugorje que nos comunicará el mensaje de la Virgen de la Paz de hoy 25 de enero de 2020.

P. Livio: ¡Buenas tardes Marija!

Marija: ¡Buenas tardes padre Livio! Un saludo a todos los oyentes de Radio María. Hoy, aquí en Medjugorje, hace un día invernal, pero a la vez es especial porque es un día de oración intensa en espera del mensaje de la Virgen. Esta tarde, la Virgen nos ha dado el mensaje siguiente:

“¡Queridos hijos! Hoy os invito a que recéis aún más, hasta que en vuestro corazón sintáis la santidad del perdón. Debe haber santidad en las familias, porque, hijos míos, no hay futuro para el mundo sin amor ni santidad, porque vosotros os dais en santidad y en alegría a Dios Creador que os ama con inmenso amor. Por eso Él me envía a vosotros. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

Livio: Marija, este, como siempre, es un mensaje muy bonito. Lo hace recordándonos la oración, que no debemos olvidar. En este mensaje vemos que repite varias veces la palabra “santidad”. ¿Qué nos puedes decir al respecto?

Marija: Me parece muy claro este mensaje. Precisamente esta tarde, he pensado que, ese brote que vemos en los árboles, es la palabra santidad. Si vemos ese brote de santidad en nuestra vida, podremos ver cómo florece y cómo se convierte en algo bello. Por esto, la Virgen nos invita esta tarde a rezar aún más. De hecho, dice que debemos rezar hasta volveros santos, pero a mí lo que más me ha impresionado es que ha dicho: “la santidad del perdón”. Nosotros debemos ser los que perdonemos, los que amemos en la alegría, en la santidad. La Virgen nos pide que seamos alegría en el perdón, alegría en la oración, alegría en la santidad. Esta tarde la Virgen no nos ha invitado a rezar más, sino todavía más. Es decir, que no es suficiente, que debemos esforzarnos más. Esto se siente también ahora aquí en Medjugorje porque hay poca gente en las colinas, está muy tranquilo, hay más tiempo para rezar. Es invierno y con el frio preferimos estar al lado de la estufa y nuestro cuerpo realiza menos actividad. La Virgen nos dice que debemos sentirnos atraídos por el calor de la santidad y del perdón y con ello en nuestro corazón, nacerá la alegría.

P. Livio: Marija, en un mensaje a Mirjana me ha impresionado mucho esta expresión: “El perdón es la forma más elevada del amor”. Es decir, que la máxima expresión del amor está en el perdón. ¿Cómo ves tú este pensamiento tan profundo de la Virgen? Es decir, que el perdón es la más alta manifestación del amor que pueda existir.

Marija: No sé si has visto la película de un director español cuyo título es: El mayor regalo. Es una película basada en testimonios de personas que han tenido ese don tan grande del perdón. Hay el testimonio de una madre a la que mataron a su hijo y ella se encuentra con el asesino. Él siente mucho miedo en su corazón y ella en cambio lo recibe con la alegría del perdón, con la alegría de una persona de oración, lo invita a sentarse junto a ella y a comer con ella. Cuando se siente el perdón, se siente alegría. Yo creo que el perdón es un gran don de Dios. Cuando hay conversión, sentimos el perdón por aquellos que nos han hecho daño, ya sea a nosotros o a otras personas. Aquí en Medjugorje lo hemos visto muchas veces y se puede comprobar el cambio que se produce en esas personas que empiezan una vida nueva y dan testimonio de ello. Se les ve una alegría que a mí me parece celestial. Es la expresión de un cristiano que ha empezado a perdonar, a amar con el amor inmenso de Dios. En estos días estoy hablando de un joven que vivió cerca de Medjugorje, tenía 21 años, tenía leucemia y en el hospital hicieron todo lo que se podía hacer en su caso sin éxito. Un día quiso venir aquí y estar conmigo en el momento de la aparición. Cuando yo hablé con él me dijo que había dicho a sus padres que quería salir del hospital y que lo llevaran a casa. Él sabía que le quedaba poco tiempo de vida y pidió a su madre que lo llevara a Medjugorje. Hablando conmigo dijo que, a pesar de tener solo 21 años, había vivido mucho porque quien sufre vive el doble. Yo vi en ese joven, a un hombre adulto. Preparó a su madre, a su padre, a su hermana y murió, pero murió con una fe muy grande. Estos días es el aniversario de su muerte y si hablas con su madre, la ves con una serenidad, con una alegría hablando de su hijo santo ya que él no solo supo amar, sino perdonar. Nunca habló mal de los médicos por no haber hecho esto o lo otro, que si hubieran empezado antes la terapia, habría sido diferente, etc. cosa que se suele hacer. En cambio, llegar a ese punto de tu vida amando, perdonando y con gratitud en el corazón, esta es la santidad. Estamos llamados a la santidad de muchas maneras: en el dolor, en el sufrimiento, en la alegría, en la conversión personal abandonando el pecado, siguiendo el camino, fuertes en la fe. Te cuento que, hace diez años un joven vino a Medjugorje y aquí tuvo su conversión demostrándolo con gran entusiasmo. Mi marido lo encontró hace pocos días y le preguntó si todavía conservaba el mismo entusiasmo de entonces. El joven le contestó que ahora esa alegría era mucho mayor ya que se sentía un elegido por Dios y que se lo agradecía cada día. Es la felicidad de haber abrazado el camino de la conversión yendo a misa, a confesar, rezando el rosario. Sus amigos, los que viven por completo en el mundo, poco a poco han dejado de salir con él, pero sienten curiosidad y lo aprecian. Eso es lo importante, que se fijen en él y quizá el día de mañana se conviertan ellos también. Es muy bonito ver a esas personas que han tenido ese cambio en su vida, esa alegría de la conversión. Esperemos que a través de esa santidad, contagien a otras personas.

Livio: Marija, en el mensaje de hoy, la Virgen ha remarcado estas palabras: santidad, perdón, amor y alegría. Pero, a mi parecer, hay otra palabra que también es muy importante para la Virgen y es la palabra: familia. Yo creo que las situaciones más graves nacen en el corazón de las familias, cuando se separan, cuando se enfadan, cuando se deshacen los vínculos más queridos. Son tan profundas estas heridas, que cuesta mucho perdonar. Por lo tanto, y como dice la Virgen, es fundamental mantener unida la familia.

Marija: Sí, por esto es tan importante este mensaje. La Virgen dice que debe haber santidad en las familias. Sin la santidad es muy difícil seguir unidos debido a todas las veces que debemos perdonarnos mutuamente. Sin embargo, con la santidad, todas las situaciones toman otro sentido. La santidad es una invitación a la oración, la santidad es una invitación a estar con Dios, la santidad es ofrecerse a Dios… La Virgen nos decía que debíamos leer la vida de los santos e imitarles. Sabemos que hay muchos santos que estaban casados, entonces, hagamos como ellos. Tengamos santidad en nuestras familias, en las tribulaciones, en los problemas. Yo veo tantas veces que muchas familias se han destruido por tonterías. Después hablan del amor, pero ¿de qué amor hablan? ¿Del amor igual a sexo? El amor es algo mucho más profundo que viene de Dios. De hecho, aquí hay una tradición muy bonita el día del matrimonio (nosotros también lo hicimos) y es que el novio y la novia ponen las manos sobre la cruz y el sacerdote con la estola los ata a ella y dice: “Aquello que une Dios, que no lo separe el hombre”. Es un voto a Dios, es el compromiso de amarse en la salud y en la enfermedad, también en la vejez. Cuando somos jóvenes estamos delgados, somos guapos… pero cuando envejecemos y empezamos a sufrir dolores de aquí o de allí, a veces nos preguntamos qué sentido tiene. Pues sí lo tiene, cada cosa tiene su sentido. A mí, tantas veces hay ancianos que me dicen que ya no pueden hacer casi nada, solo rezar a lo que yo les contesto siempre lo bonito que es poder hacerlo. Mi madre, por ejemplo, me decía que había trabajado tanto, decía que había traído tanta leña de la colina de las apariciones que hubiera podido cubrir todo Medjugorje. Pero en su vejez era más feliz porque tenía más tiempo para rezar. Es como el invierno para nosotros. Aquí, este invierno es el 20º aniversario de la muerte de padre Slavko y vino un fraile a bendecir nuestras casas y trajo un calendario con una bonita foto del padre Slavko, el cual ponemos en un lugar bien visible. ¡Qué bonito pensar que aquel fraile que, vivió con nosotros, es santo! Ayer, 24 de enero, han empezado en el pueblo de padre Slavko a rezar el Rosario en la capilla donde había sido bautizado. Estas pequeñas cosas son importantes para reconocer la santidad de esa persona y comprender que también nosotros estamos llamados a esa santidad. Yo siento siempre una gran ternura pensando en tantos santos: Don Bosco, San Francisco, Santa Clara, San Felipe Neri, etc. etc. ¡Qué bonito!

Livio: Marija, quisiera que comentáramos la parte final del mensaje en el que la Virgen habla del gran Amor que Dios siente por nosotros. Es decir, yo creo que podemos encontrar mucha fuerza en perdonar si nos damos cuenta de cuanto Dios nos ha llegado a perdonar; de lo grande que es Su Amor y Su Misericordia. Este conocimiento da la fuerza para perdonar a los demás.

Marija: Es verdad. Piensa en un misionero en África, ¿cómo podría hacer esos sacrificios sin ese amor hacia Dios? Nosotros también estamos llamados a ese amor en nuestra vida cotidiana, a colaborar con Dios. Cada respiración nuestra debe ser una respiración con Dios. La Virgen nos ha dado siempre a entender: “en amor, con amor”. Dios siente un inmenso amor por nosotros. Hoy la Virgen nos dice que Dios nos ama tanto, que ha permitido que Ella esté con nosotros. No tenemos idea de lo afortunados que somos. Tantas veces me pregunto por qué yo soy tan afortunada, no solo de ver a la Virgen, sino también de conocer a tanta gente. Creo de verdad que es un gran don. Cuando era niña pensaba que la parroquia de Medjugorje era muy pequeña, en cambio con la llegada, siempre más numerosa de peregrinos, se convirtió en algo grande. ¡Qué bonito! Sabemos que hoy en día hay tantos mártires en la Iglesia, personas que mueren por el amor que sienten hacia Dios, dando testimonio de su fe. Nosotros, los videntes, al principio de las apariciones pensábamos que íbamos a morir, pero, por la gracia recibida, Dios nos ha dejado vivir. Debemos dar ejemplo con nuestra vida de que Dios es Amor. Dios nos ofrece mucho y nosotros le damos muy poco. En cambio, a quien nos ofrece tanto, deberíamos devolver también mucho. A veces, me agobio pensando que debería hacer mucho más y le pido a Dios que tenga piedad de mi porque yo quisiera convertirme, pero no sé cómo. De todas maneras, le digo que lo que hago, lo hago con mucho amor y le pido que Él haga el resto porque solo Dios sabe cómo llegar al corazón del hombre.

Livio: Marija, quiero hacerte una última pregunta. Tú sabes que hoy hay mucha ansiedad en el mundo, ya que debido al calentamiento del planeta, al armamento atómico, etc. se dice que se avecina el final. Esto se ha vuelto una verdadera preocupación, pero la Virgen tiene otra preocupación. Ella dice que no hay futuro en el mundo sin amor y santidad. ¡Esta es la verdadera causa por la que el mundo puede no tener futuro, porque sin amor y santidad habrá una catástrofe global!

Marija: Sí, sin amor y santidad no existirá el mundo. Bueno, puede que exista, pero será un mundo falso. Sin embargo, con amor y santidad empezamos a respetar la vida, a respetar el planeta donde vivimos… Hoy el diablo reina, por esto la Virgen nos pide rezar aún más para que pueda reinar el amor. Debemos recordar que el fruto de la oración es la santidad y el fruto de la santidad es la alegría. La clave de este mensaje es el inmenso Amor de Dios. Amor que Dios nos da y también la Virgen, por esto Ella nos llama a este nuevo camino, a este cambio global en el mundo. No nos llama a recoger el plástico, sino a cambiar el corazón, porque cuando cambie el corazón, ese plástico ya no estará. Nuestro corazón se hará responsable y reconocerá este mundo como una Tierra Santa y la respetará, la amará y la protegerá.

P. Livio: Muchas gracias Marija por tus palabras acerca del mensaje de hoy y acabamos con la oración.

Marija: De todo corazón.

TRADUCCIÓN: Equipo Asociación Amor de Déu

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