El Señor que nos ha dicho que el que lo reconozca ante los demás él lo reconocerá ante el Padre de los cielos. (San Mateo 10,26-33)

El Señor nos esta enseñando que hay una manera más plena de mirar, de ver, con una perspectiva que es superior y que no esta herida por el pecado, ni contaminada con el miedo y las tinieblas del pecado, sino que por el contrario esta fundada en el designio de Dios, en la bondad de las personas, en la verdad interior en la que somos liberados de una vida de parámetros errados y equivocados, limitados por el horizonte egoísta, y nos concede reconocernos con la mirada de Cristo.

Por eso la Reina de la Paz, en estos años ha insistido maternalmente en invitarnos a vivir en la gracia y en caminar por una senda eterna, sin fin, donde el motor principal es el amor de Dios, donde la plenitud consiste en poseerlo todo, sin tener nada, por que se tiene como huésped a Dios Uno y Trino, viviendo en comunión interior con El, en una relación profunda de misericordia, de entrega, de donación, por medio de la cual se ama a los hermanos generosamente, sin buscar nada a cambio, con un desprendimiento pleno, porque ya no hace falta nada más, por que ya lo tenemos todo. Es por eso que nos invita a vivir una nueva vida, inaugurada con los pilares de la lectura de la Palabra de Dios y el rezo del Santo Rosario, para fortalecer nuestra Fe; el Ayuno y la Adoración, para incrementar muestra Esperanza; ha vivir y crecer finalmente en la Caridad en la Confesión y en la Eucaristía.

Nuestra Madre  nos acaba de decir:

MENSAJE 25 de junio de 2023

«¡Queridos hijos! El Altísimo me permite estar en medio de vosotros, para orar por vosotros, para ser vuestra Madre y vuestro refugio. Hijos míos, os invito: regresad a Dios y a la oración, y Dios os bendecirá abundantemente. Gracias por haber respondido a mi llamada»

Podemos reconocer lo necesaria que ha sido nuestra Madre María en nuestra historia de salvación y en nuestra historia personal, que desde Medjugorje nos guía, aconseja, consuela y abraza, para llegar a reconocer, con la gracia de Cristo y la potencia del Espíritu Santo, a un profundo grado de “comunión”, de unión con el Señor, reconociendo en nuestra Madre su presencia de santidad, su testimonio y el gozo del Señor.

Por eso un verdadero devoto de Medjugorje, aprende, por la meditación de cada Mensajes de la Reina de la Paz, a reconocer la luz trascendente del Evangelio, la descripción de la autentica vida, y el sublime regalo de nutrirnos del Corazón de Cristo en la Eucaristía, casi como respirando el cielo en la tierra, por la abundancia de la acción de la gracia en Medjugorje.

Bendito es el cielo, donde reina una Madre, y bendita es la tierra sobre la que nuestra Madre extiende sus brazos. Benditos los videntes que escuchan sus Mensajes y benditos los devotos que con fervor los meditan. Benditos los que con el corazón oran, comulgan y se confiesan, benditos los que con el rosario tres veces al día, a la Madre de la Iglesia suplican. Benditos los que ayunan, dan limosna y al Señor Sacramentado adoran de rodillas. Benditos los grupos de oración, las familias consagradas y los apostolados que los Mensajes multiplican.

Bendita la familia Medjugoriana, escuela de santidad y amor materno, que a la Reina de la Paz, cada día consagran sus vidas.

 

¡VIVA LA GOSPA! ¡VIVA MEDJUGORJE! ¡QUE LA REINA DE LA PAZ EN NUESTROS CORAZONES SIEMPRE VIVA!


Atentamente en Jesús, María y José…

Padre Patricio Romero

 

 REGNUM DEI

            “Cuius regni non erit finis”

 

Padrepatricio.com

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