25 de julio de 2008

EL VERDADERO DESCANSO ESTA EN DIOS

Es la época de las vacaciones anuales y la gente se pregunta cómo pasar de la mejor forma posible ese tiempo y cómo descansar bien. Algunos eligen las montañas, otros van a la playa, algunos deciden leer un buen libro, y algunos eligen pasear por la naturaleza.

La Virgen nos invita a que elijamos una clase totalmente diversa de descanso. Ella nos enseña que el verdadero descanso se puede encontrar en la conversión. La conversión envuelve a la persona entera: el cuerpo y el alma, las palabras y las obras. San Marcos cita las primeras palabras de Jesús al comienzo de su vida pública: “Arrepiéntanse y crean en el evangelio” (Mc 1,15). La conversión no consiste solamente en el cumplimiento exterior de los mandamientos de Dios. Consiste en el encuentro personal con Jesucristo. Después de ese encuentro, el hombre se vuelve completamente consciente de quién es y de cómo es, toma conciencia de sus pecados y debilidades, pero también de su importancia y valor. Después del encuentro con Jesús, en el hombre se despierta el deseo de cambiar su antigua forma de vida, de comenzar una nueva vida. Permite a Jesús entrar en sus días, en su vida, en su comportamiento y pensamientos.

La Virgen nos invita además en su mensaje a orar, a fin de que nuestros corazones anhelen más a nuestro Dios Creador, dado que solamente El puede dar un verdadero descanso a nuestra alma y a nuestro cuerpo.

El corazón es el centro del hombre. Nadie tiene dos corazones, de tal forma que pueda odiar con uno y amar con el otro. Un hombre tiene solamente un corazón, y por lo tanto debe decidirse por el perdón, la paz, el amor y la confianza. Perdonar significar recibir a otro en su corazón y aceptarlo tal como es. Tomás de Aquino dice que el corazón humano está creado a imagen de Dios, para amar.

El tiempo de descanso es una gran oportunidad para detenernos por un momento y para comenzar a orar nuevamente. Es un tiempo para un encuentro más intenso y más profundo con Dios. El descanso es también una oportunidad para dedicar más tiempo a los amigos que quizás hemos olvidado, para llamarlos y para compartir con ellos buenas noticias o decisiones que hemos tomado recientemente. El tiempo de descanso es una oportunidad para un cambio total de vida con relación a Dios, hacia los demás y hacia uno mismo. Utilicemos ese descanso, y no permitamos que ese tiempo precioso se malgaste en vano.

La Virgen intercede por nosotros ante Dios y le pide perdón y misericordia para nosotros. Ella intercede por nosotros y nos sigue en nuestro camino y por eso no debemos temer.

Concluiría con las palabras del salmo 62, que dice:

Descansa sólo en Dios, alma mía,
porque él es mi esperanza;
solo él es mi roca y mi salvación,
mi alcázar, no vacilaré.
De Dios viene mi salvación y mi gloria,
él es mi roca firme, Dios es mi refugio.
Pueblo suyo, confía siempre en él,
desahoguen ante él vuestro corazón,
que Dios es nuestro refugio.

Fr. Danko Perutina
Medjugorje, 26.07.2008

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