Mensaje de la Virgen María Reina de la Paz del 25 de Septiembre de 2013, Medjugorje y reflexión del P. Francisco Á. Verar H.
“Queridos hijos: También hoy los invito a la oración. Que vuestra relación con la oración sea cotidiana. La oración hace milagros en ustedes y a través de ustedes, por eso hijitos, que la oración sea alegría para ustedes. Así entonces, su relación con la vida será más profunda y más abierta, y comprenderán que la vida es un don para cada uno de ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”
El mensaje que la Madre nos da para este mes, recuerda otra vez la razón de su venida a la tierra en esta hora particular: quiere enseñarnos a orar. Pero, se debe observar además, que es una invitación, desde ahora, para entrar en el mes de octubre; mes de oración por excelencia. La Virgen ha dicho: “Queridos hijos: También hoy los invito a la oración. Que vuestra relación con la oración sea cotidiana.” Cuando una Madre exhorta a un hijo suyo a desarrollar una virtud, lo hace por amor y porque piensa también en su futuro, en lo que puede ser lo más importante para él. Y cuando la Virgen invita a sus hijos a la oración, también lo hace por amor, y porque Ella sabe lo que más conviene a sus hijos. Y esta invitación es de cara al presente y al futuro de sus hijos. Por lo tanto, una vez más, debemos fijar la atención sobre la importancia que la oración tiene en la vida del cristiano en la hora presente.
Recuérdese que la Madre, desde el inicio de sus apariciones, invitó a orar y ahora, después de 32 años, la llamada continúa. Empezó primero a pedir el rezo diario del Credo, 7 Padrenuestros, Aves y Glorias. Luego pidió el rezo diario del santo rosario. Después pidió, que cada día se leyera y se meditara la Santa Escritura. También pidió la participación semanal en un grupo de oración, la adoración al Santísimo, la veneración a la Cruz y el ejercicio del Vía Crucis. Y ahora cuando nos vuelve a llamar a la oración no es para que agreguemos más oraciones al programa que dio desde el principio sino para que dicho programa no se abandone. Porque la Madre sabe que sus hijos, al dejarse conducir por el activismo, el desánimo, los problemas y las arideces espirituales, fácilmente descuidan su relación con Dios a través de la oración. Entonces, la nueva llamada que la Virgen nos hace no es una exhortación nueva sino una llamada a no descuidar las oraciones usuales. En otras palabras, la nueva exhortación es de carácter motivacional. Tiene como fin: perseverar en las decisiones tomas al respecto del dialogo amistoso con Dios. Por eso la Madre dice: “Que vuestra relación con la oración sea cotidiana”, porque si cotidiano es el trabajo, el descanso, la comida, las relaciones humanas, la recreación… del mismo modo lo debe ser la oración. Es decir, cada día se debe tomar una o varias partes de la jornada, para hablar con Dios: a solas y en familia. Recuérdese que al inicio de las apariciones la Virgen dijo en un mensaje: “Yo sé que cada uno de ustedes puede llegar a orar hasta cuatro horas al día porque apenas es la sexta parte de la jornada”. Y se nota que, por lo común,que la gente trabaja unas 8 horas al día; duerme, a lo sumo, unas 8 horas al día; dedica a las comidas, una hora y media al día; y con todo, aún quedan 6 horas y media. Si de esas 6 horas se dedican 3 a las relaciones familiares, al diálogo, al cariño, al amor… se estaría cumpliendo con Dios y con el amor al prójimo. Pero obsérvese, que aun quedarían otras 3 horas y media diarias. Y la Madre ha dicho que esas son: una para asistir a Misa, hora y media para rezar las 3 partes del santo rosario, media hora para meditar la Biblia, rezar la Coronilla de la Misericordia y los 3 ángelus. El problema no gravita en que no hay tiempo para Dios, sino que el tiempo no se utiliza como se debe.
Lamentablemente, la gente ha aprendido a vivir sin oración y por eso no encuentra tiempo para orar. Antes no existían la televisión ni el internet y por lo tanto, no hacía falta tiempo para ellos, porque no existían. Pero luego la gente encontró tiempo para ellos. Dios siempre ha existido y siempre existirá, pero la gente no encuentra tiempo para Él. Y es sabido que Dios es más importante que cualquier programa, que cualquiera red social, que cualquiera amistad… sin embargo, la gente no encuentra tiempo la Él. Y esto es paradójico: que los mismos cristianos que cree en Él no encuentren tiempo para orar. Se puede comprender que un ateo no encuentre tiempo para estar cada día con Dios porque no cree en Él, porque no lo siente, no lo experimenta. Pero un cristiano que sabe quién es Dios, que cree en Él, que lo ha experimentado, que lo ha sentido y no quiera estar con Él cada día no se comprende. En caso tal, los cristianos deberían tener problemas para encontrar el tiempo para ver televisión, para entrar a las redes sociales, para salir a restaurantes, para divertirse…. porque les gusta permanecer “ocupados” con Dios. Pero en la práctica no es así. En la práctica muchos se comportan como “no creyentes”, porque pueden pasar días sin orar, porque dedican más tiempo a otras cosas, en lugar de dialogar con Dios. Por eso no se ven los milagros que la Virgen dice en el mensaje de este mes.
La Madre ha dicho: “La oración hace milagros en ustedes y a través de ustedes, por eso hijitos, que la oración sea alegría para ustedes.” No hay milagros sino se ora. Si no hay oración no puede haber paz, amor y alegría en el corazón. Tampoco puede haber fe y no se puede interceder por los problemas que el mundo atraviesa. Entonces, que tomar la bandera de Medjugorje, la bandera de Medjugorje es el rosario en mano, también es el escudo que nos identifica como hijos de María y soldados de Jesús, de la Paz y del Amor.
La Madre dice al final del mensaje: “Así entonces, su relación con la vida será más profunda y más abierta, y comprenderán que la vida es un don para cada uno de ustedes”. Esta parte del mensaje también es muy importante, porque cuando se ora, el ser humano, no sólo se encuentra con Dios, sino que además se encuentra con el misterio de la vida humana. Hoy día hay mucha gente desesperada porque no viven con Dios, y por lo tanto no encuentran el sentido de la vida humana. En la base de muchos intentos de suicidios, homicidios y abortos, prevalece una vida vacía, sin sentido, sin Dios. Se afirma que Japón tiene, proporcionalmente a la cantidad de habitantes, el mayor índice de suicidios anuales: más de 35,000. Pero en Japón, pese al adelanto tecnológico y económico que el país tiene, evidentemente hay poca experiencia de Dios, del autor de la vida. Lo mismo ocurre con las guerras: el que asesina no experimenta a Dios. La Virgen nos ha dicho que nos encontramos frente a grandes peligros, porque el hombre vive como si Dios no existiera. Entonces, hay que orar por nosotros y por quienes no experimentan el amor de Dios, porque la vida humana está en peligro. Recuérdese que Dios nos ha creado para Él y no para el mundo pasajero, para la economía, para el trabajo o para las relaciones afectivas. Hemos sido creados, más bien, para la eternidad, estamos en este mundo sólo de paso. La vida en este mundo sin Dios es falsa, es engaño, es ilusoria. Por eso la madre dice: “con la oración… su relación con la vida será más profunda y más abierta, y comprenderán que la vida es un don para cada uno de ustedes”.
Sea alabado Jesucristo