Entrevista a Marija por P. Livio

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P. Livio: Queridos amigos, ahora tenemos en directo a Marija de Medjugorje que nos dará el mensaje de la Reina de la Paz de hoy 25 de diciembre 2020.

P. Livio:¡Buenas tardes Marija!

Marija: ¡Buenas tardes padre Livio! Un afectuoso saludo a todos los oyentes de Radio María y les deseo a todos una feliz y serena Navidad. Hoy, como cada 25 de mes, la Virgen nos ha dado el mensaje, pero esta vez de manera especial ya que la Virgen ha llegado con el Niño Jesús en brazos. Además hoy es una fiesta muy especial porque ha nacido nuestro Salvador. El mensaje que la Virgen nos ha dado hoy es el siguiente:

“Queridos hijos: Os traigo al Niño Jesús que os trae la paz, Él, que es el pasado, el presente y el futuro de vuestro vivir. Hijos míos, no permitáis que se apaguen vuestra fe y la esperanza en un futuro mejor, porque habéis sido elegidos para ser testigos de esperanza en cada ocasión. Por eso estoy aquí con Jesús para que os bendiga con Su paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

P. Livio: Marija, entonces hoy ha sido una aparición especial porque la Virgen llevaba consigo al Niño Jesús.

Marija: Así es. La Virgen ha venido con el vestido dorado con el Niño Jesús en brazos y sobre todo con gran gozo como cada año. Les he ofrecido toda la situación que estamos viviendo y he pedido a la Virgen y al Niño Jesús que nos libren de esta pandemia para poder, en la libertad y con esperanza ir hacia un futuro mejor. Cuando la Virgen ha terminado el mensaje se ha quedado en silencio y yo, siguiendo las palabras del mensaje, he aprovechado para pedírselo. La Virgen ha dado Su bendición, en cambio el Niño Jesús no se ha movido ya que es un niño y miraba a su Madre que lo llevaba en brazos. El Niño Jesús miraba a Su Madre con tanta ternura, es una escena bellísima. Es muy conmovedor porque puedes ver la ternura de Dios a través de este Niño en brazos de su madre. La Virgen estaba muy guapa, estaba tan tierna, ¡era el Paraíso!

P. Livio: ¿La Virgen miraba también a Jesús?

Marija: Sí, primero lo ha mirado a Él, después a mí y luego me ha dado el mensaje. Pero el Niño Jesús miraba a la Virgen no a mí.

P. Livio: Jesús aparece como un recién nacido, ¿pero tenia los ojos abiertos?

Marija: Sí, recién nacido, pero en algún momento abría los ojos para mirar a la Virgen, con una carita tan, tan bonita que te daban ganas de llorar de la emoción. Es que se trata de una ternura a la cual nosotros no estamos acostumbrados. La verdad es que cada vez vemos menos recién nacidos, al menos aquí en Italia, que parece que se haya vuelto la tumba para muertos y no la cuna para la vida. A menudo ruego a la Virgen para que nos dé la vida a través de tantas nuevas familias con muchos hijos. Una vez, la Virgen dijo a Mirjana que no debíamos tener miedo a tener muchos hijos porque cada hijo es una bendición para la familia. En nuestro tiempo ya no se cree en esa bendición, por eso no nacen niños. Nuestros gobiernos no hacen nada para las familias numerosas. Pidámosle al Señor que mueva nuestro corazón. Además, ahora con el problema del Covid, se tiene miedo a tener hijos, se piensa que no se puede sobrevivir con los hijos dados que, en vez de ser una bendición, se cree que son solo una preocupación.

P. Livio: Nosotros deberíamos, como lo hace el Niño Jesús, tener nuestra mirada fija en la Virgen, mirarla como lo hace Él, con el mismo amor.

Marija: Exactamente. Nosotros debemos fijar nuestros ojos en la Virgen y seguir adelante con la esperanza tal como nos ha dicho esta tarde. Con la esperanza y la paz que nos trae el Niño Jesús para un futuro mejor. Ahora, tenemos miedo del futuro, pero no debemos permitir que se apague esa esperanza. Roguemos pues para que muchos que no tienen fe, la puedan adquirir para poder confiar en el futuro. Me acuerdo que, al principio de las apariciones en Medjugorje, la Virgen nos dijo que fuéramos a confesarnos y a felicitar a nuestros amigos y vecinos y que nos deseáramos la paz. Fue muy bonito ver cómo se pedían perdón unos a otros y se abrazaban después de tantos años. La Navidad, es esa vida nueva que la Virgen nos dice. Nosotros somos cristianos y debemos demostrarlo con los hechos para ser reconocidos como tales. Personas que aman, que perdonan, que comparten, que oran, que se sacrifican, pero con alegría. La Virgen nos dice que con el ayuno y la oración, incluso las guerras podemos alejar. Ayer ofrecimos a la Virgen la novena de Navidad porque cada uno de nosotros ofreció algo (ayunos, pequeños o grandes sacrificios, etc…) para la salvación de la humanidad y la Virgen, con una sonrisa, lo aceptó contenta diciendo que no nos íbamos a arrepentir. Yo creo que cualquier sacrificio que hagamos no se desvanece en el aire, sino que la Virgen lo acoge y nos lo devuelve con el bien para nuestra vida espiritual y para bien de toda la humanidad.

P. Livio: Dime Marija, La impresión que he tenido de este mensaje, como también con el de Jakov, es que en estos momentos en que la humanidad se ha puesto en el lugar de Dios, la Virgen reafirma con fuerza que Jesús reina cuando dice: “Él es el pasado, el presente y el futuro de vuestro vivir.” Este es un mundo que quiere preparar un futuro sin Dios, pero la Virgen dice que no es así. Nuestro futuro es Jesús, ya que Él reinará, Él vencerá.

Marija: Sí, cierto. Tantas veces veo que los mismos sacerdotes tienen un comportamiento de buenismo que no es acertado. Nosotros cristianos no debemos ser tan permisivos y aceptar o justificar cualquier cosa por una falsa misericordia. Debemos ser fuertes en nuestras decisiones, con nuestro testimonio, con todo lo que hacemos. Debemos ser fuertes en la fe, pero también amorosos, como lo es la Virgen con toda la humanidad. Por esto Dios le ha permitido estar entre nosotros para guiarnos y ayudarnos. Yo creo que ahora estamos viviendo la vida de un desierto, todos encerrados en casa, con toque de queda, etc., pero este desierto es también una preparación por los cuarenta años de la presencia de la Virgen entre nosotros. Tomémoslo como una invitación del Cielo. Nos habíamos acostumbrado demasiado bien, no le temíamos a nada, habíamos tomado el lugar de Dios, en cambio la Virgen nos dice que pongamos a Dios en el lugar de Dios. Muchas personas con las que he hablado me han dicho que en este tiempo su vida espiritual había vuelto a despertar, y yo les digo que eso es gracias a Dios, porque ya no tenemos que correr de un lado a otro sino que ahora tenemos tiempo para pensar en Dios. También ahora, en la época de Navidad, ya no hay tanta disponibilidad para comprar regalos porque tenemos miedo de entrar en las tiendas, tenemos miedo del virus, y al quedarnos en casa podemos aprovechar esta oportunidad para rezar más, para vivir este desierto que nos aproxima al aniversario de los 40 años de la presencia de la Virgen entre nosotros.

P. Livio: Marija, permíteme hacer una observación acerca del mensaje recibido por Jakov. He notado que en ambos mensajes, hoy, aparece la palabra “futuro”. En el mensaje de Jakov, la Virgen habla del futuro en el sentido de un desánimo por parte de nosotros, una pérdida de esperanza. En cambio me parece que estamos en un tiempo en el que la Virgen está realizando su plan, y nosotros deberíamos ayudarla con esperanza y con vigor.

Marija: No se trata solo de esto, sino también que nosotros debemos estar seguros de ello, de que la Virgen es la mujer del futuro que ha venido entre nosotros. Ella ve lo que nosotros estamos viviendo, y nos ha dicho que su Corazón Inmaculado triunfará. Para ello, debemos creer y obrar.

P. Livio: Marija, Ella dice que no debemos permitir que se apaguen nuestra fe y nuestra esperanza. Estamos viviendo un momento de auténtica tentación. Muchos corren el riesgo de ceder al mal, y ahora es el tiempo de la vigilancia y de la resistencia.

Marija: Yo no creo que estén cediendo al mal, sino que están dormidos. Están como perdidos entre tantos entretenimientos, como niños con un juguete nuevo. Creo que mucha gente está perdida en asuntos que no son importantes, que solo son materiales, mientras la Virgen nos dice que no tenemos que permitir que la fe se apague, ni que se desvanezca la esperanza en un futuro mejor. Ahora vivimos días tras día porqué no confiamos en el futuro, pero en realidad el futuro será tal y como queramos nosotros mismos. Puede ser un futuro de general o de soldado raso. La Virgen nos está llamando a estar en primera línea, a ser testimonios, a ser alegría para los demás, a vivir la vida en lugar de sobrevivir. La Virgen nos pide que seamos agentes activos en la construcción de un mundo mejor. Y nosotros, con lo que transmitimos, somos parte de este mundo mejor. Me acuerdo que quedamos sorprendidos cuando la Virgen, el día después de la muerte del padre Slavko, nos dijo que nuestro hermano acababa de nacer en el Cielo. Hoy, de manera especial, la Virgen nos pide que recemos por nuestros difuntos, ya que muchos pasan del purgatorio al paraíso. Nosotros quedamos sorprendidos por las palabras de la Virgen porque el padre Slavko era uno de nosotros: era un sacerdote, era un hermano, era un amigo, y pensábamos que tendría que pasar por una purificación. En cambio, igual que con el ladrón crucificado al lado de Jesús, todo el mundo tiene esta posibilidad. Nosotros también , aunque seamos pecadores, aunque estemos alejados, tenemos la posibilidad de volver a Dios; sobre todo hoy mismo, ante la ternura del Niño Jesús y de su Madre, que hoy también nos ha repetido que nos quiere, que nos ama, que está entre nosotros para ayudarnos y guiarnos hacia la santidad.

P. Livio: Según tu opinión, Marija, ¿Cómo estamos viviendo este tiempo de prueba? Un día la Virgen dijo que puede ser un tiempo de purificación o también de endurecimiento de los corazones. ¿Cómo lo estamos viviendo?

Marija: Hay muchas personas que viven este tiempo en la oración. Hay muchos grupos de oración, muchas pequeñas iniciativas que están brotando, no en la iglesia como se hacía antes, cuando se reunían grupos de oración del estilo de Medjugorje, también en salones, centros deportivos, etc. Ahora son más bien reuniones familiares, y esto es bueno porque es lo que la Virgen ha ido pidiendo ya desde el inicio de las apariciones. Ella pedía que los primeros grupos de oración fuesen en familia, una familia en la que se reza juntos. Creo verdaderamente que todo esto es una bendición, ya que no es fácil rezar en familia, puesto que nuestros hijos podrían decir que predicamos bien pero no actuamos de la misma manera. En cambio, en este momento, tenemos necesidad de actuar conforme a la oración, hacia nosotros mismos y hacia el prójimo, hacia nuestros amigos o nuestros vecinos. Dar testimonio es una obra fundamental. En nuestro ámbito restringido, hacer grandes cosas.

P. Livio: Marija, estamos viviendo un momento muy difícil ya que la misma Virgen nos ha revelado que nuestras vidas corren peligro, y lo mismo le pasa a la Tierra donde vivimos. El peligro es que las almas están enfermas y se dirigen hacia una muerte espiritual. La gente va perdiendo ilusión. Me acuerdo que cuando hubo la caída del Comunismo, la Virgen avisó que tuviéramos cuidado en no pensar que Dios no sea lo suficientemente poderoso para llegar a realizar lo que ha decidido. Así que debemos confiar en que Dios, incluso en los momentos más difíciles, lleva siempre a cabo su proyecto.

Marija: ¡Por supuesto! La Virgen, en cuanto mujer, y mujer de futuro, como mujer que ve mucho más que nosotros, porque Ella ve desde el cielo, sabe que nosotros podemos cambiar este futuro, sabe que podemos transformar el mal en un bien, y si Ella dice “no permitáis”, nosotros no lo permitiremos, porque nosotros rezamos, mantenemos viva la esperanza en una vida futura mejor, no solamente para nosotros y para nuestros hijos, sino para todos, incluidos aquellos que no creen, aquellos que no aman, aquellos que no rezan y no adoran a Jesús. Nosotros somos más, somos aquellos que testimonian, que aman, que adoran, que rezan; esta es nuestra vida. Porque, sobre todo a partir de cierta edad, se vuelve mucho más simple hacer experiencia de Dios. Es muy fácil hablar de Dios, porque estamos enamorados, y ese perfume de Dios sale de tu corazón, de tu actitud, y con tu vida te conviertes en ejemplo para los demás. Nos convertimos en la esperanza, en el perfume de Dios para los demás. Es parecido a lo que experimentan las monjas de clausura. Ellas también son mujeres de Dios, y son humanas. Ellas también tienen sus más y sus menos, pero están consagradas a Dios, rezan, aman, se confiesan, intentan mejorar día tras día. En este tiempo de Navidad se nos llama a la confesión, ya que nunca es tarde. Así que, vamos a la iglesia, a mirar a Jesús, a san José, a la Virgen. Vamos a la iglesia a rezar a la Sagrada Familia, para que nuestras familias sean como ellos.

P. Livio: Hoy en día, para resistir a las tentaciones, a este clima de ateísmo imperante, es necesario estar enamorados de Dios, estar enamorados de Jesucristo, ya que en caso contrario acabamos arrasados. Para ello, es necesario encontrarle cada día en la oración.

Marija: Es verdad. Además, la oración es como un bombón: cuando empiezas a comerlo, seguirías sin parar. Lo mismo con la oración: cuando empiezas a rezar, seguirías sin parar. También en el mensaje de hoy, la Virgen nos dice que somos elegidos. En el profundo del alma, creo que esto es un privilegio que el Señor nos está dispensando. No somos personas cualesquiera, somos especiales: especiales a los ojos de Dios, especiales a los ojos de la Virgen. Por esto la Virgen nos está llamando, para que nuestras almas perciban esa fuerza que hace de nosotros unos elegidos. Nosotros los humanos no somos como una flor o como un animal, sino que somos algo más. Nosotros somos criaturas elegidas por Dios para crear un futuro mejor y para dar testimonio. Testimoniar la esperanza, testimoniar que Dios es amor, es paz, es luz, es el Espíritu Santo que nos está guiando hacia las alturas de la vida espiritual.

P. Livio: Marija, una última pregunta. En pocos días entraremos en el año 2021 y nos acercaremos al 40 aniversario de las apariciones de la Virgen en Medjugorje. ¿Qué hay que esperar de ello?

Marija: Siempre digo que la Virgen está con nosotros, nos está guiando, nos está amando, y una persona que se siente amada no tiene ningún temor.  Y nosotros somos amados por Dios, amados por la Virgen, amados por el Cielo.  Con valor, vamos adelante, recemos y seamos alegres. Seguramente, en nuestras vidas no todo es alegría, también hay muchas dificultades materiales, hay muchos que han perdido el trabajo, hay muchos que están preocupados por su futuro; pero este es el año de san José, y él se preocupaba por sacar adelante a su familia, para alimentar a Jesús y a María con su trabajo de carpintero. Ellos vivieron una vida sencilla, y creo que esta pandemia nos ha llevado a considerar las cosas en su esencialidad, a vivir una vida sencilla. Cuando llegue nuestro momento, cuando falleceremos, ¿qué nos llevamos al Cielo? No nos llevaremos mil abrigos o mil zapatos o mil otras cosas, no nos llevaremos nada de todo eso. Miremos de librarnos de tantas cosas que son superfluas, y apostemos por lo esencial. Apostemos por lo que cuenta, y la Virgen nos lo repite siempre: pensad en las cosas del Cielo, y lo demás nos lo dará el Señor. En cada situación, incluso en esta situación de dificultad, creo que deberíamos adoptar una mirada más larga en perspectiva, una mirada como la de Dios. La providencia ya pensará en nosotros, Dios pensará en nosotros. Consagremos nuestras familias, y obtendremos beneficios, encontraremos las soluciones. Hay tantas familias que viven en la confusión: debéis tener valor y humildad, y empezar a rezar juntos. Ya veréis como se solucionan incluso las situaciones más difíciles. Si no tenéis trabajo, rezad a san José, y ya veréis que el trabajo llegará. Sobre todo en este año especial dedicado a san José, vamos a darle la oportunidad de actuar.

P. Livio: Marija, me gustaría terminar esta entrevista tal y como la empezamos, o sea con los ojos del Niño Jesús. Leí que en las primeras Navidades de las apariciones, en la Navidad de 1981, el Niño Jesús os miró, a vosotros los videntes.

Marija: Sí. Nos miró varias veces, y otras veces estaba mirando a su Madre con ojos enamorados. Yo le pido que yo también esté cada vez más enamorada de Ella, para que pueda ser cada vez más el reflejo de la Virgen, en este mundo que tiene tanta necesidad de la ternura y del amor de Dios. En esas Navidades a las que te refieres, nosotros éramos unos niños, unos jóvenes, y el Niño Jesús nos miró y nos guiñó el ojo y luego se amagó bajo el manto de la Virgen, en su pecho. Pero antes de amagarse, nos miró y nos guiñó el ojo, en una actitud de complicidad, de simpatía, así que empezamos a guiñar el ojo a todos los demás, y el padre Slavko nos regañaba porque decía que no teníamos que guiñar el ojo a las personas. Pero el sentido por parte del Niño Jesús era el de demostrarnos que tenía nuestro mismo corazón, nuestra misma actitud. Fue bellísimo, un acto de ternura y de complicidad hacia nosotros. Y ahora acabemos con la oración.

P. Livio: Gracias Marija por recordarnos esa anécdota.

TRADUCCIÓN: Equipo de traductores de Amor de Déu

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