P. Livio: Queridos amigos, aquí tenemos en directo a Marija que nos comunicará el mensaje de la Virgen de la Paz del día de hoy 25 de noviembre de 2018.

P. Livio: ¡Buenas tardes Marija!

Marija: ¡Buenas tardes padre Livio! Un saludo a todos los oyentes de Radio María. El bellísimo mensaje, que nos ha dado la Virgen esta tarde, es el siguiente:

”Queridos hijos, este es un tiempo de gracia y de oración, un tiempo de espera y de donación. Dios se da a vosotros para que lo améis por encima de todo. Por eso, hijos míos, abrid vuestros corazones y vuestras familias para hacer que esta espera se convierta en oración y amor, y especialmente en donación. Yo estoy con vosotros, hijos míos, y os exhorto a no renunciar al bien, porque los frutos se ven y se escuchan a lo lejos. Por eso el enemigo está enojado y utiliza todo para alejaros de la oración. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

P. Livio: Marija, este mensaje me parece muy apropiado para el tiempo de Adviento, es decir, un mensaje que nos quiere preparar para la Navidad.

Marija: Sí, un mensaje muy bonito para este tiempo de Adviento, porque es tiempo de gracia, tiempo de espera, tiempo de oración y también de donación, como dice la Virgen. Así como empieza este mensaje, me parece justamente, el mensaje de Adviento.

P. Livio: Sí, realmente, Adviento es tiempo de gracia y también es tiempo de espera. Es decir, que la Navidad no es simplemente un recuerdo, sino un acontecimiento que debe vivirse en nuestro corazón.

Marija: Sí, en nuestro corazón, pero, además, como dice la Virgen, también en nuestras familias. La Virgen dice que es tiempo de donación y debemos aprovecharlo.

P. Livio: Marija, ¿qué te parece, crees que la oración debería estar en primer lugar, sobre todo, cuando se habla de familia? Aunque son tantas las cosas que ayudan a preparar la Navidad, que ayudan a recordar este acontecimiento central de la Redención. Por lo tanto, reencontrar todas nuestras tradiciones de la Navidad de antaño y no la Navidad consumista que se vive ahora.

Marija: Sí padre Livio. En nuestro país, tenemos la tradición de una misa que se llama la misa de Adviento que se celebra muy temprano por la mañana con velas, ya que no se encendía la luz eléctrica. Esta misa es a las 5 de la mañana y es muy frecuentada. Yo cuando estoy en Medjugorje en el tiempo de Adviento, me gusta mucho porque veo que las madres llevan el pijama debajo del abrigo, para volver a la cama cuando regresen a casa, o bien tomar el café con calma y después despertar a los niños. A veces ves también a niños que vienen con los padres. Esta es una tradición croata. No sé si existe en Italia, quizá existía antiguamente.

P. Livio: El peligro de nuestro tiempo y también de nuestras familias cristianas es que el tiempo de Adviento transcurre en medio del consumo. Es verdad que también hay cosas bonitas, pero ¡ay de nosotros si nos falta la oración personal y familiar! Es muy bonito hacer el belén, pero de tal manera que pueda ser recordado y celebrado como el día en que nació Jesús.

Marija: Es verdad, ahora hay mucho consumismo, por eso la Virgen nos dice que es un tiempo de espera, de oración, un tiempo de gracia. También un tiempo de amor, un tiempo de Dios ya que nos pide poner a Dios ante todo.

P. Livio: Sí, también la palabra “donación” es probablemente para indicar cómo Dios se nos da, como dice la Virgen: “Dios se da a vosotros para que lo améis por encima de todo.” Esta donación que la Virgen espera de nosotros, es justamente el don de nuestro corazón. La primera donación debe ser para Jesús el día de Navidad.

Marija: ¿Te acuerdas, que ya en los primeros años, la Virgen pidió a nuestro grupo de oración, ofrecer al Niño Jesús en el pesebre, una flor como señal de la donación de nuestro corazón? Yo me acuerdo de aquellos tiempos con una nostalgia y alegría muy grandes porque éramos muy jóvenes y la Virgen infundía entusiasmo en nuestros corazones. Además, en Medjugorje todo se vive con un espíritu diferente, aquí reina la Virgen, esta es la tierra de la Virgen. Aquí, cuando la Virgen habla, se escucha de manera especial. Yo creo que aquí todo se vuelve celestial, incluso las cosas cotidianas, es como si aquí en Medjugorje todo lo viéramos con los ojos del Cielo. Todo lo que la Virgen nos decía, lo cumplíamos porque Ella lo pedía y ello nos proporcionaba una alegría inmensa. Me acuerdo de aquella vez en que cada uno de nosotros buscaba una flor para ofrecer al Niño Jesús. Aquí en Medjugorje, con el comunismo, no había tantas flores, bueno había claveles rojos porque era la flor oficial del comunismo y se encontraban en cualquier lugar. Pero nosotros fuimos hasta Mostar, Čitluk… bien lejos de aquí porque no había ninguna floristería. Queríamos tener una flor para cada miembro de nuestras familias y esto se volvió un reto para nosotros. Pensar en ir a buscar flores a Mostar, que dista 28 km. de aquí, para ofrecer a Jesús, era para nosotros muy emocionante y este recuerdo me llena de una alegría enorme.

P. Livio: Aquí en Medjugorje me parece que hay la bonita tradición del pesebre viviente que, por otra parte, deberíamos hacer también, en pequeño, en nuestras familias.

Marija: No solamente en las familias, yo creo que también delante de nuestras casas. En el periodo comunista estaba prohibido, pero ahora que podemos, hagamos el pesebre donde se pueda: delante de la casa, en el balcón, en las ventanas… Debemos mostrar que para nosotros el pesebre es importante. A veces voy a la librería a comprar postales de Navidad y me dan postales con papá Noel o un árbol, y cuando yo les digo que esas no son postales de Navidad, me miran sorprendidos y me aseguran que sí lo son. Entonces, les tengo que dar la explicación de que las de Navidad solo son esas en las que aparece el pesebre. El pesebre es la Navidad. Estas son también muestras de nuestra fe. No pongamos árboles, muñecos o tantas otras cosas que se suele poner, ¡pongamos el pesebre! Hagamos esa pequeña publicidad, por así decir, que cada uno de nosotros podemos hacer.

P. Livio: Claro que sí. Pongamos al menos al Niño Jesús, ya que Él es el homenajeado. Se celebra una gran fiesta para Navidad, pero hay mucha gente que no sabe lo que realmente se celebra.

Marija: La verdad es que así es. Hoy en día se vive con mucha confusión, por esta razón, nosotros debemos ser muy claros y testimoniar. Yo no digo que no pongamos un árbol, pero si lo hacemos, pongamos debajo del árbol el pesebre.

P. Livio: En este tiempo de Adviento, deberíamos también rezar el rosario en familia porque no hay otra manera mejor para preparar la Navidad.

Marija: Sí, es un reto muy bonito. Es también una manera de empezar y después, poco a poco, se vuelve algo cotidiano. Es precisamente esto lo que la Virgen nos pedía desde el principio. Primero nos pedía rezar la coronilla de los 7 Padrenuestros, Avemarías, Glorias y el Credo, después siempre un poco más, y así hasta que nuestra vida se volviese oración. Esto no significa que nosotros debamos rezar las 24 horas del día, pero sí debe hacerlo nuestro corazón. Esto es lo que la Virgen desea.

P. Livio: Marija, me ha impresionado mucho una frase del mensaje de hoy que también dijo en el mensaje de Mirjana en el mes de octubre. La Virgen decía en aquel mensaje que, incluso el más pequeño gesto de bondad, puede frenar la ola amenazante del mal. En el de hoy, dice la misma cosa, pero de manera más contundente. Dice así: “Exhorto a no renunciar al bien, porque los frutos se ven y se escuchan a lo lejos. Es decir, que quizás no nos damos cuenta de que el bien, la verdad, el amor, las cosas buenas, tienen una importancia fundamental para vencer el mal en el mundo.

Marija: Sí, así es. La Virgen es siempre positiva, por eso nos dice que el bien llega lejos, ya que los frutos del bien se ven, se sienten y se extienden.

P. Livio: Sí, a pesar de no hacer mucho ruido, como bien dice el proverbio: “Hace más ruido un árbol que cae, que un bosque que crece.” La verdad, es que la frase: “los frutos se ven, se escuchan y van lejos”, me impresiona. Creo que no somos conscientes de lo importante que puede ser para nosotros si durante el día rezamos una oración, tenemos unas buenas palabras con alguien, damos un buen testimonio, hacemos una obra buena…

Marija: Sí, es verdad. Yo lo veo en muchos peregrinos, sobre todo al principio, cuando llegaban a sus casas con tanto entusiasmo y regresaban a Medjugorje con otros peregrinos, a los que habían animado con sus testimonios. Yo veo que cuando se siente el bien, se comunica. En nuestros días, parece que se sobrepone el pesimismo, el encerrarse en uno mismo. Por esto, la Virgen nos pide tener una vida de amor, de oración, de entrega a los demás.

P. Livio: Sí, sin la necesidad de hacer propaganda, digamos, sin tener que anunciarlo con un trombón; silenciosamente, pero de modo irrefrenable, algo que nos debe animar a hacerlo.

Marija: Por esto, la Virgen dice que el enemigo está enojado y utiliza todo lo que puede para alejarnos de la oración. Porque una persona que reza, es una persona positiva, una persona que tiene mucho que dar y compartir con los demás. Por eso la Virgen insiste tanto en la conversión. Todos necesitamos la conversión, todos necesitamos de Dios.

P. Livio: La clave de la conversión, es la confesión. Me acuerdo que años atrás, había unas filas enormes para la confesión y de imprevisto, hubo una caída notable de esta buena costumbre. Sin embargo, ahora parece que se está retomando, gracias a la Reina de la Paz. Es decir, debemos saber que no podemos acoger a Jesús en nuestro corazón, si estamos en pecado mortal.

Marija: La Virgen dice que tenemos necesidad de la gracia, pero si estamos en pecado, no podemos recibirla. Por lo tanto, confiésate y empieza un camino con Dios y entonces recibirás la gracia porque Dios te escuchará. Di sí a los Mandamientos de Dios, di sí a la gracia de Dios. Por esto, en el tiempo de Pascua, en el tiempo de Navidad, es decir, antes de cada fiesta importante, la Virgen nos pide hacer alguna renuncia, algunas oraciones especiales como las novenas… y con estas pequeñas cosas, ya vivimos un tiempo en la gracia. Es como una novia que antes de casarse, debe preparar el vestido, ir a tomar medidas, probárselo, etc. Pues así debemos hacer también nosotros, prepararnos para este tiempo que viene. La Virgen dice que debemos abrir nuestro corazón, abrirlo a nuestras familias, abrirlo a la oración, ya que este es un tiempo de espera, un tiempo de entrega y, sobre todo, un tiempo de encuentro con Dios.

P. Livio: Deberíamos hacer de nuestro corazón una cuna donde poder poner al Niño Jesús. Una cuna rebosante de amor y de paz.

Marija: Exactamente. Donde la paz es Dios en oración. Donde no hay oración, no está Dios.

P. Livio: Una frase dice que el enemigo está enojado, pero nosotros debemos enojarlo, porque es cuando hacemos el bien y rezando cuando él se enoja, aunque después nos quiera molestar o quiera vengarse de nosotros, ¿no Marija?

Marija: La Virgen nos dijo que el diablo está atado a la cadena y nosotros no debemos querer nada con él. Nosotros hacemos nuestro camino siguiendo los Mandamientos de Dios e intentando hacerlo lo mejor posible. Obviamente, nadie es perfecto, nadie está completamente convertido, pero estamos en ese camino y tenemos mucho que hacer, empezando de nuevo cada día intentando mejorar esto y aquello. Yo creo que hoy en día, en los cristianos, lo que más sorprende es, tantas veces, la tristeza, la falta de entusiasmo de ser cristianos. Hay tantas personas en el mundo que están muriendo por Jesús, dispuestas al sacrificio, y en cambio nosotros, que vivimos en una Europa opulenta, somos tan insignificantes.

P. Livio: Sí, es verdad. Somos tibios como dice el Apocalipsis.

Marija: Yo diría que más que tibios, es que no interesa en absoluto. Muchas veces, empiezo a hablar y parece que no interesa. Una vez, estaba hablando con una mamá y me dijo que ella no creía y que no le interesaba. ¿Cómo podemos, pues, hablar de conversión a alguien a quien no le interesa?

P. Livio: Sí, pero cuando llegará el momento de los secretos, entonces se interesarán todos.

Marija: Yo creo que lo mejor es dar buen testimonio, es mostrar cómo Dios nos da esta fuerza de ser testimonios con entusiasmo. Esto es lo que yo estoy intentando con mi vida, aunque no siempre lo consiga. Hace unos días vino una mamá y me dijo: “Sabes Marija, mi hijo de 14 años se encontró contigo y ahora está tan feliz, que, cada vez que se acuerda de vuestro encuentro, habla con mucho entusiasmo de ti.” Y yo dije: “Gracias a Dios”. Me siento muy feliz cuando con nuestra vida, con nuestro entusiasmo, con nuestro testimonio, logramos impresionar a los demás. Ayer era el aniversario de la muerte del Padre Slavko y, ¿te acuerdas padre Livio que la Virgen había dicho en un mensaje que Padre Slavko había nacido en el Cielo?

P. Livio: Sí. ¡Un mensaje muy bonito!

Marija: Padre Slavko con su entusiasmo, con la vida de conversión que vivió, cuando vino aquí a Medjugorje, porque él era psicólogo y debía estar cerca de nosotros, se enamoró de la Virgen, se enamoró de sus mensajes, haciendo de ellos su vida. Hablaba siempre con una alegría inmensa. Me acuerdo que cuando venía a nuestras casas, era cosa de unos 10 o 15 minutos, pero parecía que fuese una hora por cómo nos contaba las cosas y los niños esperaban felizmente su visita. Era, en verdad, un hombre feliz.

P. Livio: Padre Slavko se tomó muy en serio la misión que la Virgen le dio, entregándose enteramente a ello.

Marija: Sí, me acuerdo que cuando hubo varios enfermos psíquicos que madre Elvira no podía acoger, padre Slavko dijo que debían quedarse en Medjugorje, porque si nosotros no les dábamos esperanza aquí donde hay el Cielo, ¿quién se la habría podido dar? Yo creo que no somos conscientes de esta esperanza que Dios nos está dando a través de la Virgen.

P: Livio: Sí, creo que este es un pecado de nuestro tiempo, ya que hay muchas personas que no lo toman ni siquiera en consideración, como Ella misma ha dicho.

Marija: Lo más hermoso es que la Virgen continúa con su proyecto poco a poco, con serenidad y gozo. Yo tantas veces, cuando veo que la gente no escucha sus mensajes, me digo que sí yo fuese la Virgen, me enfadaría, en cambio Ella es siempre positiva, mantiene la esperanza, siempre con el deseo de llevarnos a todos al Paraíso.

P. Livio: Gracias de todo corazón Marija por esta introducción al Adviento y a la alegría de la Navidad y te encomiendo a toda la familia de Radio María.

Marija: Por supuesto padre Livio. Aquí en Medjugorje, ahora, hay pocos peregrinos, pero mucha felicidad y viviendo el tiempo de gracia, tal y como dice la Virgen. Nos unimos en la oración, especialmente con los enfermos y con las personas que se sienten solas. Pido a las personas que sufren, que ofrezcan sus sufrimientos a la Virgen para que Ella los lleve a Jesús para una Navidad llena de paz. ¡Que Dios os bendiga a todos!

TRADUCCIÓN: Equipo Asociación Amor de Déu

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