Medjugorge

Desde hace veintisiete años unos testigos afirman que la Virgen María se les aparece y, a diario, les transmite mensajes. Sorprende ya, de entrada, que los que entonces eran adolescentes no hayan variado su opinión durante un lapso tan largo de años. También sorprende que su testimonio haya ido acompañado de grandes peregrinaciones a la que era una pequeña y desconocida aldea de Bosnia-Herzegovina. Personalmente he conocido a bastantes personas que han viajado hasta ese lugar y, en todas, a su regreso he notado un cambio. En algunas la transformación ha sido más duradera y, en otros, ha tenido una duración temporal, pero a todos les ha hecho bien y les ha conducido a intensificar su vida espiritual.

La Iglesia no ha pronunciado un juicio definitivo sobre ese fenómeno, que mueve a millones de personas y al que atribuyen su conversión no pocas personas. Lo cierto es que no cabe esperarlo de momento si nada de lo que allí sucede se opone a la fe y, por otra parte, siguen recibiéndose revelaciones. En cualquier caso sí que podemos decir que se producen beneficios espirituales y que merece la pena conocer más de cerca qué sucede en Medjugore.

Jesús García, colaborador en varios medios de comunicación sobre temas religiosos, nos acerca a Medjugore. Ha elegido el método periodístico, en el que intenta exponer los hechos sin entrar en juicios de valor ni manipular la información en dirección alguna. Quiere que conozcamos lo que allí sucede y nos lo ofrece de primera mano. Por ello abundan en el libro las entrevistas y testimonios. Interroga a los videntes, que no abusan de su posición y cuando no saben algo simplemente lo indican. Sólo cuentan lo que saben y pueden decir, nada más. No se ve en ellos ningún deseo de sobresalir, ni se arrogan importancia alguna. Todos sus testimonios remiten a la Señora que dicen ver desde hace años. Y coinciden en los cinco puntos que les ha transmitido: oración, eucaristía, Biblia, penitencia y ayuno. También insisten en el mensaje de paz que trae la Virgen para todo el mundo y en la prudencia porque cada uno ha de ir caminando poco a poco en las peticiones que hace la Virgen.

Jesús García recoge también el juicio de varios eclesiásticos sobre las apariciones, cuya investigación ha asumido directamente la Santa Sede y también testimonios de conversiones, como la del Iván Filipovic, que venía del mundo de la droga y ahora es sacerdote. Su transformación sucedió en Medjugorje, pero al amparo de la Comuniutà del Cenacolo, que tiene allí una casa aunque su historia no está vinculada a las apariciones marianas.

Es este un libro ameno y fundamentalmente documental. El autor se había propuesto conducirnos como si fuera un viaje peregrinación y, cuando cerramos la última página, tenemos la sensación de haber estado con él en Medjugorje. Cabe decir también que su lectura enciende en nosotros el deseo de acercarnos a ese lugar singular, al que ya han acudido treinta millones de peregrinos, para poder experimentar esa paz espiritual que tanta gente dice haber conocido allí.

Juan Hernández

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