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Comentario del Mensaje del día 25 de Octubre de 2006
La Bienaventurada Virgen María, al ser Madre, conoce bien el alma y el corazón humanos. Conoce también nuestras enfermedades espirituales en que podemos caer y ellas son: el olvido, la dureza de corazón, la negligencia, la ceguera y la ingratitud...