Esta aparición ocurrió inesperadamente. Era martes, víspera de la Asunción. Ivan oraba en su casa y luego comenzaba a prepararse para ir a la iglesia, a la liturgia vespertina. Nuestra Señora se le apareció de repente y le pidió que transmitiera el siguiente mensaje:

Pido a las personas que estos días oren conmigo y oren todo lo que puedan, y que además ayunen estrictamente los miércoles y los viernes, y que recen cada día al menos un Rosario completo: misterios gozosos, dolorosos y gloriosos.

Nuestra Señora pidió a la gente que aceptara este mensaje con una voluntad firme. Ella pidió especialmente esto a los fieles de la parroquia y de los lugares vecinos.